Confirman la perpetua por un terrible asesinato
Rechazaron el recurso de una expolicía y su hijo, condenados por la muerte de la expareja de la mujer, ocurrida hace 13 años en Punta Alta.
La última resolución contra la madre y su hijo fue dictada por los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda, de la Corte.
Las dos condenas por un caso de un asesinato en Punta Alta -con algunas características que lo asemejan al que recientemente conmocionó a Río Gallegos, por parecer planificado- fueron confirmadas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La medida se dio a partir del rechazo de una queja, luego de desestimar un recurso extraordinario, presentado por la defensa de Irene del Carmen Gómez y su hijo Gabriel Damián Pedro, quienes recibieron la pena de prisión perpetua por la violenta muerte de Rodrigo Norberto Rojo, expareja de la mujer.
El hecho ocurrió la madrugada del 10 de diciembre de 2004, en la casa de 9 de Julio 560.
La víctima recibió golpes y puñaladas, luego de que, supuestamente, la pusieran en estado de indefensión dándole a tomar un tranquilizante de uso veterinario.
En su declaración ante el tribunal que finalmente lo condenó (el Criminal Nº 1), Pedro confesó haber apuñalado a Rojo, pero aclaró que lo hizo para defender a su madre, que supuestamente era golpeada por la víctima.
Gómez, por su lado, aseguró que Rojo había concurrido a su casa para tratar de reanudar la relación, a lo que ella se oponía. Dijo que discutieron y que el hombre decidió quedarse.
Los jueces observaron contradicciones en ambos imputados, entre lo que dijeron en primera instancia y durante el juicio
Un testimonio clave fue el de la expareja de Pedro, Silvia Pague, presente aquella noche, quien reconoció que Gómez, en la cocina, estaba picando en una cuchara sopera cuatro pastillas blancas y que luego las colocó en una bolsita transparente, para afirmar que "estas pastillas son para caballos, yo lo voy a matar, a mi no me amenaza nadie...".
También escuchó a Rojo, luego de consumir el sedan- te, cuando tosía y le preguntaba a su exmujer: "qué me hicieron...", mientras Gómez le decía "quedate tranquilo, que te llevo al hospital..."
Otros testigos, entre ellos vecinos, dijeron que la mujer no le quiso abrir a la policía
"No debemos olvidarnos que Gómez es una mujer policía, con aproximadamente 13 años de antigüedad en la fuerza de seguridad, con el adiestramiento que reciben para repeler a los delincuentes y resguardar a la sociedad y lo mismo que su hijo Gabriel Damián Pedro, militar de la Marina de Guerra, quien expresamente mani- festó en su declaración que estaban instruidos para matar y defenderse", se dijo en el fallo.
Finalmente, marcaron como agravantes el modo de ejecución y el sufrimiento de la víctima.