El año que termina, contado en siete esquinas
La geografía urbana es un organismo dinámico, donde se conjuga lo tradicional con lo nuevo. Veamos.
“Sólo me queda el goce de estar triste / esa vana costumbre que me inclina/ al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina”. 1964, JL Borges.
Se termina 2017 y la ciudad no es la misma. Ha crecido, cambió, sumó barrios, consolidó otros, reconstruye su centro, muta.
Sumó, este año, 360 mil metros cuadrados. Creció en extensión --de manera inadecuada, según los especialistas-- y en altura. Agregó locales comerciales, vio caer decenas de antiguas casonas y otras que, acaso de manera inesperada, dieron paso a nuevos emprendimientos.
El siguiente es un repaso de siete esquinas. La selección, antojadiza, rescata sitios singulares de la ciudad, referentes de barrios, significativos en el trazado urbano, un punto para el encuentro.
Dos con historia
“Que no te compren por menos de nada / que no te vendan amor sin espinas / que no te duerman con cuentos de hadas / que no te cierren el bar de la esquina”. Noches de Boda, J Sabina.
Dos esquinas históricas, sobre la avenida Colón, separadas cien metros. Los edificios que las ocupan cumplieron un nuevo año sin uso, sumando una década, en un caso, y un lustro, en otro.
Se trata del magnífico edificio de Colón y Brown, de origen hotelero, reconvertido en centro de compras, desocupado desde 2007. Este año se presentaron dos propuestas para su uso: una para reconvertir su planta baja con locales comerciales. Otra, ambiciosa, para locales y una torre de 20 pisos. El año próximo puede ser clave.
La segunda esquina la ocu- pa el ex Banco Hipotecario Nacional, en Colón y Vicente López. Una maravilla arquitectónica, una muestra de la mano de obra de la época, un inmueble que en los últimos meses ingresó al mercado inmobiliario buscando alquiler. Algunas consultas abrieron un juego que, se espera, tenga frutos en 2018.
Bodega y Molino
Este año terminaron de ser borrados de la geografía urbana dos edificios industriales. El primero, en Dorrego y General Paz, el exmolino La Sirena, de Luis Godio, con casi 40 años de abandono. En su lugar comenzó a aflorar Crono, uno de los conjuntos edilicios más ambiciosos de los últimos tiempos, donde se destacarán dos torres de 24 pisos cada una.
También cayeron las paredes de la ex bodega Bombara, en Mitre y Caronti. Se perdió la generosa vidriera sobre Mitre, donde generaciones vieron la etapa final del proceso de embotellado del vino. "La esquina" se llamará la torre de departamentos que se comenzó a ejecutar.
Standar, fuego y casona
“Me pararé en la esquina a la que no vendrás / y diré las palabras que se dicen / y comeré las cosas que se sueñan / y sé muy bien que no estarás”. El futuro, J Cortázar.
Salvo por tareas menores de demolición, sigue demorado el inicio del edificio de Saavedra y Colón, donde funcionó la estación de servicio Esso, sucesora de la West Indian Oil, “la Westin”. El lugar lleva 15 años rodeado por un cerco de chapas y, se dijo, será ocupado por un edificio de 7 pisos, con 110 departamentos y locales comerciales en la planta baja.
Luego de dos años de incertidumbre cayeron las paredes del inmueble de Zelarrayán y 19 de Mayo, donde funcionó una pinturería devastada por un incendio. En las últimas semanas comenzó el movimiento de suelo para fundar un edificio de 7 pisos, con locales en planta baja y departamentos y oficinas en los pisos superiores.
Por último, una casa de Rodríguez y Zelarrayán, de la década del 50, será adecuada para locales, lo cual fortale- cerá el carácter comercial en una cuadra que busca integrarse con fuerza al centro.
Final
Para los arquitectos una esquina suele generar un conflicto, un lugar a resolver, un desafío. Para los vecinos son puntos significativos, el lugar del encuentro del barrio, una casa distinta, un negocio, el toque de identidad. Es, en la ciudad, un lugar singular, donde ocurren cosas, donde se establecen ciertos recuerdos que perduran para siempre.
“Algo se dijo también / de una esquina y de un cuchillo / los años nos dejan ver / el entrevero y el brillo”. Milonga de Jacinto Chiclana, JL Borges.
Para los arquitectos una esquina suele generar un conflicto, un lugar a resolver, un desafío. Para los vecinos son puntos significativos, lugar de encuentro del barrio.