Tardes de descanso y juegos para niños y grandes

Hay quienes se reúnen en la playa con familiares y amigos para compartir largas charlas y los infaltables mates. Otros disfrutan con variados entretenimientos.

Todo se dispone para que la temporada estival arroje los mejores resultados de los últimos tiempos en la localidad balnearia de Pehuen Co.

Sigue llegando gente de los lugares menos pensados. No sólo se hacen el viajecito quienes están en Punta Alta, Bahía Blanca y Coronel Dorrego.

También ingresan a la villa balnearia grupos familiares de Chile y Paraguay, además de quienes provienen de otras provincias argentinas y de la Capital, cuestión que habla de los efectos de la promoción y del famoso "boca a boca", sobre las bondades, que son muchas, de esta parte de la costa bonaerense.

Y todos quienes disfrutar de la playa. Si es posible, la mayor cantidad de tiempo posible.

Una vez que todo está preparado, la jornada acompaña desde el punto de vista climático y ni una sola nube se asoma en el cielo, la variedad de cosas para hacer a orillas del inmenso mar la limita el propio turista.

Así es como algunos optan por tener largas charlas con amigos y familiares, hablar sobre todo lo que vivieron duran- te el año y programar o soñar con lo que les gustaría concretar en este 2018.

Mate de por medio, en la mayoría de los casos, se van acomodando bajo el sol o protegiéndose con la ayuda de la sombrilla de los fuertes rayos y, si se presenta, también del viento.

Lo que no puede faltar son los juegos. Chicos y grandes, no importa la edad. Lo único que interesa es pasarla bien; entretenerse; divertirse, pasar el rato en un espacio envidiable, que se convierte en el mejor escenario para la acción y los veraneantes saben aprovecharlo de la mejor manera.

Los más pequeños aspiran a ser verdaderos constructores. Suelen contar con la ayuda de algún mayor y los castillos, algunos de innumerables torres, se propagan en la costa.

Una opción es apelar al familiar más cercano y taparlo de tierra. Por supuesto nadie se niega porque después de esa experiencia sigue el baño en el mar.

Y el tejo. ¿Cómo no improvisar una cancha y demostrar nuestras destrezas? A jugar se ha dicho.