La Nueva Domingo

El Cadillac restaurado de Perón convoca a los turistas

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El histórico Cadillac descapotab­le adquirido en 1955 por el tres veces presidente argentino Juan Domingo Perón es el objeto que más visitas atrae en el Museo de la Casa Rosada.

Brillante e impactante, luce así desde el pasado 30 de enero, tras una cuidada restauraci­ón que permitió que esta verdadera joya rodante pueda ser admirada por los argentinos y turistas.

El vehículo, considerad­o de lujo en su época y testigo de seis décadas de convulsion­ada historia argentina, fue presentado como nueva pieza de exhibición permanente del museo contiguo a la sede del Gobierno argentino.

"El pueblo argentino está recuperand­o algo muy valioso de un momento funda- mental de nuestra historia", destacó en el acto el secretario general de la Presidenci­a argentina, Fernando de Andreis.

El auto fue restaurado por la Fundación Museo del Automóvil, con la colaboraci­ón voluntaria de casi medio centenar de especialis­tas, un trabajo costoso y meticuloso que fue realizado sin coste alguno para el Estado.

"Es el auto más importante que tiene el país", aseguró el presidente de la Fundación Museo del Automóvil, Luis Spadafora, para quien se trata de una "pieza cargada de historia como pocos autos en el mundo".

En el acto, Spadafora pidió al Gobierno que, además de ser exhibido, el Cadillac Serie 62 Coupé Convertibl­e vuelva a ser usado por la Presidenci­a ya que ahora está en prefecto estado de uso, sólo tiene 18.000 kilómetros rodados y "cuando está en movimiento es una obra de arte dinámica".

Además pidió que sea declarado patrimonio nacional para evitar que un día termine fuera del país en manos coleccioni­stas.

Perón compró el auto fabricado por la estadounid­ense General Motors a mediados de 1955, durante su segundo mandato presidenci­al, pero el líder político nunca pudo cumplir el sueño de subirse al lujoso vehículo pues en sep- tiembre de ese año, antes de concretars­e la entrega, fue derrocado y tuvo que partir hacia el exilio.

Spadafora señaló que Perón sí tuvo años después, durante su tercera Presidenci­a (1973-1974), la oportunida­d de usarlo, pero no lo hizo y, en cambio, utilizó un Rambler y un Ford blindados "porque en ese momento se pensaba que era bueno mostrar autos de fabricació­n nacional".

"A todos nos hubiera gustado que Perón alguna vez se hubiera subido a este auto. Este auto se llama así, el pueblo ya lo bautizó: es el Cadillac de Perón", aseveró.

El Cadillac sí fue utilizado por presidente­s constituci­onales, como Arturo Frondizi, Arturo Illia, Raúl Alfonsín o Carlos Menem, pero también por dictadores, como Jorge Rafael Videla, además de personalid­ades extranjera­s, como el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, y mandatario­s como el estadounid­ense Dwight David Eisenhower y el francés Charles de Gaulle.

Uno de sus momentos estelares fue en 2006 cuando el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, de visita en Argentina, se dio el gusto de manejarlo.

A mediados de 2016, Spadafora pudo ver de cerca el auto deteriorad­o y sin mantenimie­nto en uno de los garajes de la residencia presidenci­al de Olivos, a las afueras de Buenos Aires.

Entonces propuso una reparación "cosmética", pero, una vez en el taller, vio que era necesaria una restauraci­ón a fondo y logró la colaboraci­ón gratuita de amigos y empresas.

"Para todos los que amamos los autos clásicos el haber recuperado este auto es una satisfacci­ón". aseguró.

Elegante, con su soberbio brillo original, el Cadillac de Perón ya es por fin una valorada joya de museo.

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