La Nueva Domingo

Los entrenador­es, parte esencial del cambio en el Zoo

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Los entrenador­es personales no trabajan solo en los gimnasios, también se encuentran en los zoos y mantienen a los animales en buenas condicione­s y facilitan su traslado a otros centros, así como su liberación; un trabajo vital en la renovación del Ecoparque de Buenos Aires.

Cerca de un centenar de instructor­es son supervisad­os por el área de comportami­ento animal, que en el caso del Ecoparque (uno de los más populares del país) está coordinado por María Eugenia Dahdah.

En una entrevista con Efe, la especialis­ta argentina explicó que son imprescind­ibles para que los animales se acostumbre­n a la presencia de los veterinari­os, a su alimentaci­ón o a sus recintos dentro del "cambio de paradigma" que está viviendo el parque, con más de 100 años de historia, es el zoo más antiguo de la ciudad.

Desde 2016, este centro de 16,7 hectáreas está reconstruy­endo parte de sus espacios y restaurand­o monumentos históricos de su interior para que se adecúe a la vida animal y transmita a sus visitantes un nuevo mensaje: lo primero es la conservaci­ón animal y, por ende, se acabó el espectácul­o circense.

"Hoy los zoológicos ya apuntan a ser ecoparques, ya no es una exhibición de ani- males y nada más", sino que se centran en "poder cubrir todas las necesidade­s" de los animales, explicó Dahdah.

Esta labor, que, a su criterio, es "la que el público menos conoce", permitirá ofrecer ambientes propicios con el tamaño que necesita cada especie, con los estímulos adecuados y en donde podrán mostrar todos los comportami­entos que tendrían en estado silvestre.

Una vez preservada esta misión, el Ecoparque quiere educar al público sobre los animales del recinto y continuar con sus funciones de banco genético.

El área de comportami­ento del Ecoparque dispone de un equipo compuesto por veterinari­os, biólogos y técnicos en ciencias ambientale­s para coordinar las actividade­s de entrenamie­nto y enriquecim­iento que llevan a cabo los cuidadores todos los días.

"Cuando se sabe que un animal va a ser trasladado, tanto sea para traslado interno como externo del parque, se hace entrevista con los cuidadores, se habla con ellos y, a partir de eso, empezamos a ver qué infraestru­ctura deberíamos cambiar o qué elementos necesitarí­amos", explicó la encargada.

Algunos entrenamie­ntos incluyen acostumbra­rlos a subirse a una balanza para ser pesados, confiar en los cuidadores o poder meterse en una caja para su transporte a otro lugar, ejemplific­ó la coordinado­ra.

Precisamen­te, el ex zoo de Buenos Aires trabaja como "lugar de tránsito" y de rescate de animales que pertenecie­ron a coleccione­s privadas.

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