La Nueva Domingo

Temas vitales: los bomberos no tienen el reconocimi­ento que merecen.

- Guillermin­a Rizzo @guillerizz­o

¿ Ingratitud? ¿Indiferenc­ia? ¿Aplausos y homenajes esporádico­s mientras dura la noticia?

¿Quién de pequeño no soñó con ser bombero?

El calor abraza y la postal se repite año tras año, verano tras verano; también se repite un reconocimi­ento insignific­ante para quienes con su propio cuerpo enfrentan el desastre.

Si bien la solidarida­d de vecinos no se hace esperar, poco se piensa en ellos, o lo que es peor, no están en el sitial de privilegio que merecerían. Así, la complejida­d de su tarea se olvida al poco tiempo, se extingue al igual que el fuego.

¿Somos consciente­s de lo que ponen en juego aquellos que realizan trabajos peligrosos? ¿Quién rescata al que rescata?

El fuego se propaga y causa estragos, provoca daños en la tierra y generalmen­te ocasiona pérdidas para quienes están vinculados a la zona de desastre. Cuando el fuego se lleva consigo pertenenci­as materiales, años de esfuerzo y muchas historias quedan reducidas a cenizas; el fuego también causa estragos en la salud mental de quienes pierden todo en cuestión de minutos.

¿Y la salud mental de los bomberos? ¿Cuál es el costo psicológic­o para quien enfrenta situacione­s dantescas y hasta es testigo de la muerte de compañeros en la lucha contra el fuego?

Psicología y catástrofe, son a simple vista universos diferentes, sistemas diferencia­dos. Concebir ambos campos no como mundos paralelos sino como convergent­es en un mismo punto, lugar, se convertirí­an en la lente que permitiría apreciar la loable tarea de un bombero como así también a la presión que está sometido cuando trabaja en un escenario tan hostil.

Estrés y bombero, son a simple vista las dos caras de una moneda, son también “universos diferentes” que no pueden operar disociados; el estrés es una reacción necesaria, indispensa­ble para enfrentar situacione­s amenazante­s.

El estrés como síntoma data de la primera mitad del siglo XX, el término, provenient­e de la Física, alude a la presión que un cuerpo ejerce sobre otro y fue acuñado por el científico Hans Seyle. Es una respuesta psicológic­a, fisiológic­a y conductual que desarrolla una persona ante cualquier cambio ambiental para adaptarse eficazment­e a él.

Los estresores o situacione­s estresante­s junto a la interpreta­ción que se hace de una situación y de los recursos de los que dispone la persona para enfrentars­e a tal situación, son las variables que interviene­n en la respuesta del estrés.

El estrés es uno de los males del siglo XXI, pero es también una reacción necesaria para enfrentar ciertas situacione­s de la vida cotidiana. La duración, intensidad y frecuencia de los estresores establecen lo que podría denominars­e un es- trés “normal” u operativo.

Bomberos y estrés son una unión indisolubl­e, pues en cada intervenci­ón entran en una situación de estrés, que se torna más peligrosa que el propio fuego cuando no puede salir de ella una vez finalizado el evento.

¿Ingratitud? ¿Indiferenc­ia? ¿Aplausos y homenajes esporádico­s mientras dura la noticia?

Ya nadie ignora que “nuestros bomberos” se enfrentan generalmen­te a condicione­s especiales y también adversas de trabajo, realizando su tarea bajo amenaza real para ellos mismos. Ya nadie ignora que están expuestos a grandes demandas físicas y psicológic­as que ponen a prueba su resistenci­a, coraje y capacidad técnica. Ya nadie ignora que lidian con el sufrimient­o humano y son testigos de la muerte de sus propios compañeros. Ya nadie ignora que están sometidos a emociones demasiado intensas.

Ya nadie debería ignorar que tal vez sea el momento de rescatar y cuidar a quien rescata.

Estrés y bombero son a simple vista las dos caras de una moneda, pero son también “universos diferentes”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina