Los corsos, una peligrosa cita para la violencia juvenil
Hubo decenas de riñas en los festejos, tanto de varones como mujeres. Discusiones, videos y redes.
Organizados por la Asociación de Murgas y Agrupaciones de Carnaval Bahiense en los distintos barrios de la ciudad, los corsos se convirtieron en un riesgoso escenario donde la violencia entre adolescentes de 14 a 19 años se ha repetido en cada jornada. Las riñas y discusiones son frecuentes e incluso difundidas, y hasta anunciadas de antemano, en las redes sociales.
Un boliche, una cancha de fútbol o el patio de una escuela. El lugar para que dos o más adolescentes se crucen a golpes puede ser casi cualquiera, pero el escenario más reciente y llamativo, dado el clima festivo que debe imperar, es el de los corsos.
Los mismos, organizados por la Asociación de Murgas y Agrupaciones de Carnaval Bahiense, se desarrollan a lo largo de todo este mes y hasta principios de marzo en distintos barrios de la ciudad, permitiendo la tradicional concurrencia familiar.
Aunque según pudo obNueva.” servar “La en decenas de publicaciones hechas a través de Facebook por chicos de 14 a 19 años, el ambiente positivo se ve cada vez más manchado por la violencia, al punto de anunciarse los problemas días antes.
Los comentarios de los jóvenes llaman la atención por la ligereza y hasta la satisfacción con la que hablan del sufrimiento ajeno. En capturas de pantalla publicadas en la versión digital de esta nota (lanueva.com) se pueden observar mensajes de este calibre: “Veo el video donde la cagaron a palos y me tiento de risa mal”, “¿Caemos a los corsos a pudrirla de nuevo o qué?”, “Mañana en los corsos de acá va a ser puro bardo”, “Hoy le metemos corsos a buscar roña”.
Pero, por la misma vía, los repudios a la violencia también se hicieron sentir. Muchos criticaron a quienes se pelean por destruir el clima familiar, por no reparar, muchas veces, en que hay niños pequeños que por centímetros se salvan de los golpes, y por ir en desmedro de las murgas, que ensayan todo el año para brindar un espectá- culo de contadas noches.
Respondiendo publicaciones que parecieran exhibir un trofeo de guerra, las propias víctimas se jactan de “haberse parado de manos”, reprochan el hecho de haber sido golpeadas entre 4 o 5 personas y no “mano a mano, como corresponde”, y un joven hasta denunció haber sido golpeado entre 20 y haber estado a punto de ser apuñalado.
Los videos de las peleas, a veces pactadas, otras espontáneas, cotizan en bolsa: algunas publicaciones superan los 50 comentarios y los interesados en recibir el video "en privado" dejan su número de celular.
Tres niveles
Para comprender este negativo fenómeno, “La Nueva.”
consultó al Colegio de Psicólogos.
“Las causas de la violencia entre adolescentes se encuadran en tres niveles. El biológico, porque todavía no han terminado de desarrollar su cerebro y su sistema nervioso central, lo que facilita comportamientos impulsivos. Por eso hay más violencia entre los 15 y los 20 años que entre los 25 y los 30, por eso las matinés tienen más personal de seguridad que la 'noche'”, explicó Antonio Porcelli Piussi, vocero de la institución.
“Por otro lado está la parte psicológica. Estamos convencidos de que este tipo de conductas no responden al común denominador de los adolescentes, sino que les pasa a chicos que familiarmente tienen algún déficit. Esto no surge en ambientes saludables”, agregó.
“Más allá de la conducta activa de pelearse, está la pasiva de ver la pelea, filmarla y querer compartirla. Que te guste ver eso habla de una insensibilidad frente al sufrimiento del otro”, opinó.