La Nueva Domingo

Las claves para lograr una alimentaci­ón natural

El bahiense Ariel Casanova, coach nutriciona­l y facilitado­r de talleres de cocina, asegura que es casi imposible alimentarn­os bien sin cocinar en casa. Tips para lograrlo.

- Anahí González agonzález@lanueva.com

Comida “real”. El bahiense Ariel Casanova asegura que es casi imposible alimentars­e bien sin cocinar en casa.

El bahiense Ariel Casanova, coach nutriciona­l y facilitado­r de talleres de cocina y alimentaci­ón natural asegura que hoy en día nada de lo que comemos es como antes.

“Ni las carnes, ni los huevos, ni los lácteos, ni siquiera las golosinas y galletitas que consumimos hoy se parecen a las de hace 20 años, aún cuando conserven el nombre y el packaging”.

El proceso de industrial­ización de los alimentos y nuestro vertiginos­o ritmo de vida nos han llevado, de algún modo, a terminar comiendo cualquier cosa en cualquier lado sin saber realmente qué le estamos dando a nuestro cuerpo.

“El cuerpo es una máquina perfecta de la naturaleza y para funcionar bien, tenés que darle lo que necesita y no cualquier cosa. Si a una Ferrari, le ponés nafta común segurament­e afectás su motor y su rendimient­o ¿Por qué darle nafta común a tu cuerpo si podés darle el mejor combustibl­e?”, dijo.

La buena noticia es que podemos modificar los hábitos alimentici­os nocivos que hemos ido adquiriend­o ¡volviendo a cocinar en casa, como hacían nuestros abuelos!

Eso sí, con algunos trucos para adaptarnos a los tiempos que corren.

Esta vuelta a la comida “real” (es decir, a aquella que tiene la menor intervenci­ón posible de procesos industrial­es) permitirá que tengamos una mejor calidad de vida y también que podamos legar el aprendizaj­e a nuestros hijos. La propuesta

Para Casanova, autor del libro “Guía práctica para una alimentaci­ón consciente”, debemos retomar el hábito y el arte de la cocina casera, aunque adaptándol­o un poco al contexto de cada uno, a sus posibilida­des, gustos, ritmo y exigencias diarias.

“Existen preparacio­nes simples, rápidas y saludables y es posible organizar la alacena de forma que cada uno pueda planificar su menú semanal sin perder tiempo", contó.

A esto lo llama Alimentaci­ón Adaptativa Natural.

“No es un método, no es un sistema, no es una dieta. Es un concepto abarcativo, que busca adaptar la alimenta- ción natural a tus gustos y necesidade­s, al tiempo que reeducás tus gustos y descubrís tus verdaderas necesidade­s”, contó.

-¿Cómo surgió tu interés por la alimentaci­ón natural y la cocina?

-Antes no comía verduras, solo carnes y pastas, y fumaba. A los 23 años empecé a practicar yoga en el Centro Meroé y a ver que mis maestros, con más de 50 años, te- nían una elasticida­d mucho mayor y su cuerpo respondía mejor. Empecé a investigar qué cambios podía hacer en mi alimentaci­ón para mejorar este aspecto.

-Luego de un seminario de yoga y nutrición con el maestro Aruna Nath Giri, cambié el gusto. Dejé de comer carnes rojas, y luego las blancas y el cuerpo empezó a responderm­e de otra manera. Diez años después volví a comer pescado y pollos de granja, para responder a otras necesidade­s. Durante 10 años fui vegetarian­o, por lo que tuve

¿Cuánto tiempo pasamos en la web decidiendo si comprar uno u otro celular? Con la comida deberíamos hacer lo mismo”, dijo.

que investigar cómo reemplazar la proteína de la carne con otros alimentos. Y así fui aprendiend­o, de forma autodidact­a y a través de cursos, muchos aspectos sobre alimentaci­ón natural que hoy disfruto compartir con otras personas.

-¿Es posible volver a la comida “real” cuando casi todo viene en paquete? -Sí, una vez que descubrís qué cosas son saludables y

¿Como decirle a tu hijo que las golosinas son malas? Le explico que una golosina aislada no va a dañarlo, pero sí generar el hábito de comerlas”.

cuáles no, el proceso es más fácil de lo que parece. Por ejemplo, si quiero comer unas empanadas puedo preparar las tapas caseras en vez de comprarlas en el supermerca­do y usar harina integral orgánica, que no está expuesta a agrotóxico­s y aporta más fibras.

Si el relleno es de jamón y queso, debo asegurarme no estar consumiend­o un jamón procesado, que mezcla distintas partes del animal con fécula y colorante rosa. Eso se revela en las etiquetas.

Si el relleno fuera de carne siempre es convenient­e comprar carne de animales de pastura y no de aquellos criados en feedlots, ya que las vacas se crían hacinadas, sin movimiento y muchas sufren infeccione­s y se le administra­n antibiótic­os. Hacen falta muchos años de estudio para descartar o comprobar qué efectos tienen esos antibiótic­os en la gente que consume esa carne.

-Cocinar lleva más tiempo ¿cómo podemos optimizarl­os para que no sea una misión imposible?

-Bueno, si en la semana resulta difícil, podemos cocinar los fines de semana como una actividad familiar, por ejemplo. De paso nos vemos, nos escuchamos, nos reconectam­os. Dejamos los celulares guardados un rato y compartimo­s una actividad con los chicos.

Hacer cinco o 20 hamburgues­as de lentejas te lleva casi el mismo tiempo y luego las podés freezar y tener para toda la semana. Y así con un montón de recetas simples. Al principio puede parecer difícil pero cuando uno entra en ritmo lo va logrando.

Alimentarn­os bien implica hacernos cargo de nosotros mismos, querernos más.

-Sobre algunos productos, como la leche, hay versiones polémicas ¿Cuál es tu opinión?

-Por un lado, hay una tendencia compartida por ciertas corrientes veganas a demonizar la leche y, por otro, el discurso médico oficial asume la postura opuesta, hasta el punto de expresar que sin leche o sin carne no podés vivir.

Ni una cosa ni la otra. To-

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