Cold Brew
Temperatura del agua, tiempo de infusión y calidad del grano de café. Esas tres variables entran en juego a la hora de preparar el café frío que cautiva a propios y extraños. La gran diferencia con los métodos tradicionales es que se utiliza agua a temperatura ambiente. El café molido se infusiona durante horas para hacer un concentrado que puede ser diluido con agua y servido con hielo. “Es una bebida que, al no poseer aditivos ni conservantes, se convierte en un energizante natural. El café se macera durante veinticuatro horas sin pasar por ninguna temperatura: así no quema ningún tipo de aceite. Esto logra un sabor equilibrado, aprovechando al máximo las propiedades del producto y despertando los aromas del café”, explica Ariel Schegvitz, barista de Café Martínez.