Turismo. El otoño, una estación ideal para una recorrida por el sur del país.
Las ciudades de Bariloche y San Martín de los Andes, distantes 180 kilómetros entre sí, ofrecen un paisaje y una época del año inigualables para visitar.
Esta época del año es ideal para recorrer estos maravillosos lugares del país, con su plena naturaleza y sus colores dorado y oro.
Otoño es tiempo de ocres y rojos en los bosques perfumados del sur argentino. Bariloche y San Martín de los Andes representan dos puntos ideales para disfrutar durante esta época del año, con su increíble naturaleza y la posibilidad de recorrer y vivir experiencias inolvidables.
Paseos por los centros comerciales, edificios, cerros, circuito chico, bosques y la práctica de turismo aventura invitan a pasar días maravi- llosos. Otoño tiene un especial encanto y permite adentrarse en un mundo de colores dorados.
Con 75 años de vida, el Centro Cívico nunca ha perdido su atractivo único. Sus edificios de piedra, sus puertas de madera y, por supuesto, el omnipresente lago Nahuel Huapi como fondo, son algunas de las tantas razones por las cuales el Centro Cívico es una parada obligada para turistas y locales. “La Mitre”, como se la llama comúnmente, fue la primera calle asfaltada de la ciudad.
Allí se encuentra la mayoría de los comercios de la ciudad, como chocolaterías, locales de artesanos, bares y restaurantes, librerías, casas de música, galerías, agencias de turismo y muchos más.
La Catedral de Bariloche, con su estilo neogótico, sus grandes muros y una enor- me cúpula decorada, sorprende por su majestuosidad en un paisaje imponente.
El Circuito Chico es uno de los recorridos turísticos más tradicionales de Bariloche. Desde el centro de la ciudad, por cuenta propia o contratando un tour, es posible recorrer kilómetros de paisajes y sorprenderse con vistas que quitan el aliento. Entre sus atracciones, se encuentran Cerro Campanario, a 17 kilómetros del centro, cuenta con una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad.
Colonia Suiza cuenta con museos, restaurantes y una vibrante feria los días domingo, en donde se puede disfrutar del tradicional plato conocido como Curanto.
Bahía López, Punto Panorámico y Parque Municipal Llao Llao: una excelente forma de apreciar los alrededores de la ciudad a pura naturaleza y paisaje.
Los cerros son los guardianes de nuestra ciudad. Protegen, rodean y convierten a Bariloche en uno de los destinos turísticos más visitados de la Argentina y del continente.
Cerro Catedral: Está abierto durante todo el año y se accede muy fácilmente des- de el centro de la ciudad. Además, en el cerro se encuentra el refugio Frey, ideal para aquellos que adoran las caminatas por la montaña. Existe una nueva pista de entretenimientos para disfrutar en la base, a escasos metros del estacionamiento. Son gomones que se deslizan a gran velocidad por una pista sintética, especialmente preparada para que grandes y chicos se diviertan en familia.
El Tronador es el cerro más alto de los alrededores de Bariloche. Luego de un camino repleto de curvas y contracurvas, con vistas al glaciar Ventisquero Negro y a diver- sos lagos y ríos, la grandeza del Tronador impacta al visitante a medida que se acerca a él. Una experiencia única, tanto para caminar o cabalgar a lo largo de los senderos del cerro como para hospedarse en algunas de sus hosterías, campings y refugios.
Cerro Otto: Lo más atractivo es que se encuentra prácticamente en la ciudad, por lo que es posible llegar hasta él caminando. Pasar una tarde en su famosa confitería giratoria se ha convertido en una experiencia imprescindible para todo aquel que quiera echar un vistazo a la ciudad desde la belleza de sus
La llegada del otoño provoca una verdadera explosión de colores en los bosques, atrayendo a turistas y fotógrafos de todo el mundo.
cerros. El cerro también cuenta con varios refugios, desde los cuales se pueden recorrer los bosques y estar en contacto directo con la naturaleza.
El nuevo complejo recreacional, permite disfrutar y divertirse cruzando un puente colgante de 35 metros de largo a una altura de 7 metros, por entremedio de un frondoso bosque de lengas, así como recorrer la cabaña de los espejos, para reír y fotografiar siluetas deformadas graciosamente.
Y en el Parque Piedras Blancas funciona Zipline, el recorrido más largo de Sudamérica que genera la sensación de "volar", de manera segura, divertida, y en pleno contacto con la naturaleza. Consiste en deslizarse por un cable desde una plataforma de salida hasta el puesto de llegada, atravesando a gran velocidad todo el bosque en posición similar al vuelo rasante.
Quien haya oído hablar de Bariloche, seguramente habrá escuchado hablar del “Nahuelito”, la mítica criatura que, según la leyenda, habita en las profundidades del lago Nahuel Huapi.
Pero la inmensidad de los lagos esconde muchos más secretos que valen la pena ser visitados. Entre ellos se destacan Lago Gutiérrez, Lagos Mascardi, Guillermo y Steffen, Lago Moreno esteoeste, etc.
El lago Nahuel Huapi se caracteriza por su gran tamaño, su bello entorno y sus aguas cristalinas. La Isla Victoria con sus famosos bosques de Arrayanes son paseos obligados y repletos de actividades para realizar en familia.
Para los amantes de la pesca, Bariloche ofrece una gran variedad de paisajes y cuencas pesqueras. Si siempre soñaste con salir en una foto sosteniendo una enorme trucha en una mano y la caña de pescar en la otra, las aguas del lago Nahuel Huapi y de los ríos Limay, Traful, Caleufu y Manso son tu lugar.
La belleza de San Martín
San Martín de los Andes invita a los placeres más va- riados: caminatas por el bosque, paseos a orillas del lago, un delicioso chocolate por la tarde, y el encanto de sus pequeños restaurantes con exquisiteces de la cocina patagónica.
Sin dudas, para muchos, San Martín de los Andes es sinónimo de nieve y esquí. Sin embargo, las montañas, los lagos y los bosques conforman durante el resto del año una maravillosa variedad de postales según la estación, de una increíble belleza y magnetismo.
En 1937, con la creación del Parque Nacional Lanín, comenzó la actividad turística, convirtiendo a San Martín de los Andes en el centro turístico más importante de la provincia de Neuquén hoy en día.
Los lagos, ríos, cascadas y montañas hacen de este lugar un paraíso para el viajero. El Parque Nacional Lanín contiene especies vegetales únicas por su belleza e importancia ecológica.
La llegada del otoño provoca una verdadera explosión de colores en los bos- ques atrayendo a turistas de todo el mundo, especialmente aficionados a la fotografía y el paisajismo.
En principio, los álamos de la zona precordillerana antes de perder sus hojas debido a los fuertes vientos toman un color amarillo intensísimo, increíble. Luego, las lengas y los ñires que cubren las laderas de la cordillera, adquieren una coloración roja. Un auténtico festival de colores se produce en el bosque, donde se mezclan desde el rojo furioso hasta el verde pasando por toda la gama de rojizos, marrones, ocres y dorados imaginables.
Este paisaje otoñal es tan mágico que ofrece todo el tiempo una postal nueva, ya que literalmente varía día a día. En San Martín de los Andes, el otoño brinda un espectáculo único. Realmente es una de la épocas más recomendables para visitar la zona, si no la mejor.
Si miramos hacia el lago Lácar, a la izquierda se ve el imponente paredón de roca negra del cordón del Chapelco, en el que aparecen las primeras nieves, y debajo una deslumbrante franja de vegetación roja parece querer ascender hasta las cumbres. A la derecha del lago, se halla el cerro Curruhuinca, en el que todavía predominan los verdes, mientras que cada mañana insisten en imponerse amarillos y rojos, haciendo totalmente perceptibles las variaciones en el paisaje.