Una ley “animal” que ya es obsoleta
Mientras las redes sociales viralizan vídeos de conejos despellejados en laboratorios y ratones inyectados para comprobar la efectividad de una nueva crema "antiedad", científicos, legisladores, y ambientalistas esperan que el Senado apruebe una ley de Protección Animal que renueve la que sigue vigente desde hace 64 años.
Hoy, 29 de abril, se celebra en nuestro país el Día del Animal, y los ambientalistas piden que la Cámara Alta apruebe el proyecto para adecuar la ley de protección animal a los tiempos actuales.
"El uso de animales está legalizado en la actividad científica y en el testeo de cosméticos, pero la ley es muy antigua y no genera transparencia: nadie sabe qué hacen los investigadores", dijo el diputado radical Alejandro Echegaray, autor del proyecto con media sanción de la Cámara baja, llamado de Protección para Animales de Experimentación Utilizados con Fines Científicos y Educativos.
La Ong PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) con más de 5 mi- llones de miembros en todo el mundo -entre ellos muchas celebridades, como Paul McCartney, Kate Moss y Leonardo Di Caprio-, cal- cula que "cada año más de 100 millones de animales sufren y mueren en crueles pruebas químicas, cosméticas, de drogas y en experi- mentos médicos". La ley argentina vigente, la 14.346, de Malos Tratos y Actos de Crueldad a los Animales, fue sancionada en 1954, cuando vestir tapados de pieles estaba de moda y los vegetarianos podían contarse con los dedos de una mano.
Hoy, esa ley quedó lejos de los estándares de trabajo equiparables a la comunidad científica internacional.
Silvina Diaz es veterinaria, investigadora del Conicet y técnica para Bioterio- lugar destinado a la cría y control de animales de laboratorio- y explicó que "una nueva ley permitiría tener un registro y un control riguroso sobre su cuidado".
Además, señaló que tampoco "hay una ley que prohíba el uso de animales en testeo de productos cosméticos, y eso es importante transmitirlo, porque (esos tipos de test) no son indispensables para la vida humana como las investigaciones sobre patologías, desarrollo de vacunas y curas de enfermedades" .
"Argentina -concluyó- no puede estar atrasada respecto al resto del mundo, acá hay un nivel de investigación muy bueno y no podemos trabajar como en el medioevo".
Sofia Mobili, miembro de PETA, explicó que "los ani- males utilizados en pruebas de cosméticos viven atrapados y hacinados en diminutas jaulas, en constante temor y sufriendo por los dolorosos experimentos sin recibir ninguún tipo de analgésicos".
Y detalló que "ratas, conejillos de indias y conejos son forzados a tragar o inhalar enormes cantidades de sustancias de pruebas o de soportar el dolor de tener químicos aplicados en sus pieles y ojos sensibles".
En el mundo, ya hay 2.500 empresas que se unieron a la campaña Beauty without bunnies (Belleza sin conejos), a través de una declaración de PETA, en la que aseguran y verifican que ni ellos ni los proveedores de sus ingredientes conducen, comisionan ni pagan pruebas en animales para sus ingredientes, fórmulas o productos finales en ninguna parte del mundo.