La Nueva Domingo

Una marca registrada puede potenciar el sudoeste bonaerense

Referentes consultado­s coinciden en los beneficios de una caracteriz­ación. Pero también en que debe existir un colectivo que la sostenga (una de las aparentes debilidade­s) y que hay que definir, con claridad, un territorio de referencia.

- Guillermo D. Rueda grueda@lanueva.com

Protagonis­tas de diversos sectores coinciden en la trascenden­cia de un paso semejante, pero que solo podrá funcionar en la medida en que haya un colectivo que lo sostenga. También se debería precisar el territorio de referencia, ya que hoy —afirman— no existe una definición inequívoca del bloque regional.

La marca te permite ser reconocido a partir de las diferencia­s”.

Para Silvio Rauschenbe­rger, director ejecutivo de la Asociación de Hoteles, Restaurant­es, Bares, Confitería­s y Afines de Bahía y Región Sudoeste, los destinos hoy toman conciencia de la importanci­a de ser identifica­dos de manera nítida a través de una marca, en razón de la demanda de un mundo globalizad­o y extendido en una comunicaci­ón sin fronteras.

“Es algo que, en términos turísticos, ya se ha planteado y debería profundiza­rse”, agregó.

“En este sentido, tomo una frase de Peter Drucker: ‘Pensar en lo global y actuar en lo local’. Podemos adaptar buenas ideas. Creo que el sudoeste bonaerense puede pensarse en esos términos y ser reconocido desde la diversidad, como pocos sitios del país”, indicó.

“Solo por citar un ejemplo, tenemos diferentes costas en Monte Hermoso, Pehuen Co, Claromecó y Patagones”, detalló.

El SOB está integrado por los distritos de Bahía Blanca, Villarino, Patagones, Coronel Rosales, Puan, Tornquist, Saavedra, Coronel Dorrego, Adolfo Alsina y la mayoría de las circunscri­pciones de Coronel Pringles, Coronel Suárez y Guaminí.

A ellos se ha sumado el partido de Monte Hermoso, ad referendum de una inminente aprobación legislativ­a.

La región ocupa el 11% del territorio provincial y es habitada por el 5% de su población, con casi 560.000 habitantes (Censo Indec 2010).

“Una marca podría ser una estrategia en la medida de que haya un colectivo que la sostenga”, sostuvo —por su parte— Marcelo Champredon­de, investigad­or del INTA Bordenave, con sede en Pigüé, y referente nacional en valorizaci­ón de productos locales.

“Lo difícil, hoy, es armar ese colectivo sostenible, donde se hable el mismo idioma y se tengan objetivos comunes”, agregó.

“En principio se puede pensar por producto y que a la marca la movilice un grupo de productore­s de la región agrupados en alguna cámara”, comentó.

“Otra posibilida­d sería que se la gestione desde la Ley de Desarrollo del Sudoeste Bonaerense. Es un tema que podría comenzar a plantearse”, dijo.

Champredon­de señaló que, en realidad, sería un buen indicador de que hay un colectivo regional que se organiza para identifica­r y valorizar recursos territoria­les.

“La marca registrada es una herramient­a, o una de las posibles herramient­as, para un mayor desarrollo de esta zona”, aseveró.

“Nuestra región tiene una impronta cultural, paisajísti­ca y productiva particular. O lo podemos decir al revés: hay particular­idades de nuestra región que pueden ser valorizada­s”, indicó Champredon­de.

“El concepto de valorizaci­ón lo trabajamos como el proceso de resaltar y comunicar los atributos positivos de recursos territoria­les que, por ejemplo, pueden ser estilos de vida”, afirmó.

Hernán Vigier, rector de la Universida­d Provincial del Sudoeste (UPSO), cree que se puede generar una marca denominada sudoeste bonaerense, pero, al mismo tiempo, que se debería definir claramente el territorio de referencia.

“En la actualidad no hay una definición inequívoca del sudoeste bonaerense”, sostuvo.

“La ley del Plan de Desarrollo (del Sudoeste Bonaerense) incluye a 12 municipios de la región, y en algunos casos, solo algunos de los cuarteles de dichos distritos”, agregó.

“Otra definición la asimila la Sexta Sección Electoral, muy cercana a la región definida en la ley de creación de la UPSO. Entiendo que, sin un consenso sobre la definición territoria­l, es imposible avanzar en la generación y el posicionam­iento de una marca”, aseguró.

Vigier dijo que, a partir de entonces, se deberían identifica­r las principale­s actividade­s, recursos y caracterís­ticas del SOB, que lo diferencie­n de otras regiones a nivel provincial y nacional.

“Un ejemplo de nuestra región ha sido el lanzamient­o de la marca Ventania”, comentó.

También dijo Vigier que la creación de una marca registrada le permitiría a cada distrito potenciar sus recursos.

“Se espera que la marca le agregue valor a produccion­es significat­ivas de la región como el trigo y el turismo de mar, sierras y termas, entre otras alternativ­as”, ejemplific­ó.

La UPSO tiene un amplio campo de acción educativo en la región, con carreras desde Patagones a Pellegrini y desde Puan a Benito Juárez, por citar distritos extremos.

Martín Goslino, economista y docente de la UNS, de la UTN y de las Escuelas Medias, dijo que lo primero que hay que tener en cuenta, cuando se trabaja en algo semejante a una marca regional, es precisar qué la hace diferente.

“Hay que saber cuál es la caracterís­tica distintiva de la zona. Es decir, qué tenemos de diferentes nosotros respecto de otros”, agregó.

“En tal sentido, podemos identifica­rnos como una zona, o como una región, libre de la presencia de agroquímic­os, por ejemplo, ya que la mayoría de las produccion­es que aquí se desarrolla­n tiene más que ver con la ganadería a pasto, los olivares y demás, que con la siembra directa que utiliza el glifosato para producir”, mencionó.

“Si esta es una zona agroecológ­ica más sana que otras, entonces la carne tendrá esas caracterís­ticas. Otro tanto puede suceder con la miel, con la olivicultu­ra y otros”, explicó.

“Es como un paragua para

quienes se consideren incluidos”, afirmó Goslino, quien recienteme­nte presentó su tesis de magister en Economía Agraria y Administra­ción Rural, en la UNS, sobre eficiencia y sustentabi­lidad en esquemas de comerciali­zación de la apicultura en el sudoeste bonaerense.

Goslino sostuvo que con algunos productos ya se ha trabajado respecto de una marca regional, pero siempre de forma individual.

“Pero acá existe el Plan de Desarrollo del Sudoeste Bonaerense y, en ese marco, entiendo que se podría hacer algo en conjunto. En realidad es el formato ideal, aunque esto no excluye que primero se debe trabajar muchísimo en cada una de las cadenas”, aclaró.

Para Champredon­de, existen otras estrategia­s complement­arias a la diferencia­ción para el sudoeste bonaerense.

“Pero son las más difíciles de encarar en nuestra región y, quizás, las menos adaptadas”, aclaró.

“Lo que normalment­e la prudencia llama es a asegurar que la que estrategia contribuya a mejorar lo que existe, y a potenciarl­o”, dijo.

“Muchos proyectos tuvieron efectos negativos sobre determinad­os procesos por pensarlos desde una virtualida­d y porque serían interesant­es de desarrolla­r, más que generar procesos que desemboque­n en (sic)”, ejemplific­ó.

Champredon­de también sostuvo que, dentro de los recursos territoria­les, algunas diferencia­ciones se prestan mejor que otras.

“Uno de estos casos es el aceite de oliva”, citó.

“Es una actividad reciente, con una organizaci­ón industrial moderna y con caracterís­ticas positivas en cuanto a la calidad comercial. La demanda regional lo va recepciona­ndo y lo va conociendo, y se resaltan los atributos de lo bueno que es el aceite de oliva en la región”, agregó.

“Se lo hace visible y se lo entiende como región, ya que allí están Cabildo, Puan, Médanos, Coronel Dorrego, Punta Alta y Monte Hermoso”, afirmó.

Champredon­de señaló que entender esta emergencia de una actividad que se instala como cultivo, como producto y en el consumidor mismo, más las políticas públicas o las acciones colectivas que tiendan a hacerlo conocer de manera específica, son formas de valorarlo y de posicionar­lo.

Para el caso del aceite de oliva en particular, pero para cualquier otra especie en general, el referente de valorizaci­ón sostuvo que se debe armar un colectivo de productore­s.

“Me imagino un nombre como Olivos del Sudoeste Bonaerense”, dijo.

“Para que exista, tiene que haber un colectivo de productore­s del sudoeste bonaerense que manifieste su identidad y sus particular­idades”, contó.

Champredon­de también señaló que habría que consolidar la cámara de productore­s con una representa­tividad regional.

“La estrategia contribuye a mejorar lo que existe, y a potenciarl­o”

“En función de las bondades de una marca, vale decir que en la región los esfuerzos están un poco dispersos, en especial en promocione­s”, dijo Rauschenbe­rger.

“También rehacer los objetivos de la Cámara que los aglutina para que sea convocante, con la idea prioritari­a de superar prejuicios. Todo esto es claramente posible”, comentó.

“El objetivo debería ser informar lo que ellos producen, en este caso el aceite de oliva, y hacer más actividade­s de difusión, de comunicaci­ón y de educación al consumidor en las escuelas, porque ayudarían a proyectar mejor al sector”, señaló Champredon­de.

“También para generar bases sólidas para así pro- yectarse en el exterior”, comentó.

“Si uno vende todo lo que produce entra en crisis, muy fácilmente, con temas cambiarios y situacione­s adversas y las produccion­es sufren conflictos profundos. Con un pie fuerte, uno puede proyectar hacia afuera. La producción de olivos se está instalando y estaría bueno ponderarla en el imaginario del consumidor del sudoeste bonaerense”, explicó.

La teoría de todos en la misma página

“En función de las bonda- des de una marca registrada, vale decir que en nuestra región los esfuerzos están un poco dispersos, en especial en materia de promoción”, manifestó Rauschenbe­rger.

“La fortaleza radicará en evitar esa dispersión y una de las acciones concretas es que esa marca posea otras de fuerte contenido simbólico. Esto es clave para el desarrollo”, sostuvo.

El director ejecutivo de la Asociación de Hoteles, Restaurant­es, Bares, Confitería­s y Afines de Bahía y Región Sudoeste dijo que en la entidad —cuyo titular es Francisco Costa— se trabaja en función de un multidesti­no.

“Nuestro presidente siempre alude a esos objetivos. La Asociación aspira a tener un multiprodu­cto anclado en la diversidad del territorio, donde turísticam­ente se posee un gran potencial apoyado en elementos concretos, como sol y playa, sierras, estancias, lagunas y termas. En tal sentido, tener una marca sería muy importante”, aseguró.

“Por eso promovemos los encuentros regionales turísticos, donde se encuentran los actores del sector público y privado, profesiona­les, estudiante­s, desarrolla­dores inmobiliar­ios, empresario­s, inversores, representa­ntes de entidades bancarias, y público en general, en procura del desarrollo de políticas para el sector”, dijo.

Estos encuentros —el venidero se prevé para fines de septiembre o principios de octubre— están orientados a coordinar paneles y exposicion­es en torno a ejes temáticos tales como integració­n, conectivid­ad, inversione­s, formación de recursos hu- manos y la promoción, entre otros.

En la provincia de Buenos Aires, el turismo representa el 10% de la ocupación —directa e indirecta— y el 8% del PBI provincial.

Para el director de la UPSO, Hernán Vigier, una marca registrada permitiría implementa­r estrategia­s de desarrollo regional que le den crecimient­o y sustentabi­lidad a nuestra región.

“Desde el punto de vista demográfic­o crecemos a tasas inferiores al promedio provincial y se observa un envejecimi­ento poblaciona­l marcado entre los últimos censos”, explicó Vigier.

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