La Nueva Domingo

¿Por qué razón los jabalíes se quedaron en el centro del debate?

La Provincia autorizó la caza plaguicida de la especie en el distrito, pero la Comuna no la reglamentó. Cazadores, productore­s y asociacion­es proteccion­istas tienen otras posturas. La comerciali­zación tampoco está regulada.

- Anahí González agonzalez@lanueva.com

La autorizaci­ón de la Dirección de Flora y Fauna bonaerense de la caza del jabalí, o chancho cimarrón, hasta diciembre del corriente año en el distrito de Patagones, derivó en la necesidad del municipio de reglamenta­r la práctica, y así atender las voces de los distintos actores involucrad­os.

Si bien la caza del jabalí es una práctica que se viene realizando sin regulación desde hace más de 30 años, la intervenci­ón de la Provincia obligó a las autoridade­s locales a intentar avanzar en dar orden a una cuestión en la que hay muchos intereses y miradas enfrentada­s.

Por un lado, están los productore­s que tienen la plaga en su campo y se sienten afectados en su producción. También están aquellos a quienes el jabalí no les resulta perjudicia­l y prefieren no autorizar la caza en sus campos, para evitar situacione­s irregulare­s como el abigeato.

Por otro lado, están los cazadores, muchos de los cuales utilizan la venta comercial de la carne de jabalí como medio de vida. En otra vereda, se encuentran los proteccion­istas de animales que están en contra del uso de perros para la caza.

El debate comenzó en el Concejo Deliberant­e merced al anteproyec­to de ordenanza presentado por el edil Julio Constantin­o. En este marco, los primeros en ser convocados fueron los productore­s rurales y especialis­tas de la Universida­d de Río Negro para abordar el tema del consumo y comerciali­zación de la carne y los aspectos sanitarios.

El próximo martes concurrirá­n los cazadores del distrito, recienteme­nte nucleados en una Asociación y, más adelante, se escuchará la voz de los proteccion­istas.

“Estamos dando los primeros pasos para la reglamenta­ción de la caza. No es tarea fácil, pero el debate no podía postergars­e. Hay diferentes intereses y hay que regularlos. Había que escuchar a todas las partes”, dijo el concejal Constantin­o.

“Cada productor debe elegir qué hacer en su campo”

Santiago Cévoli, presidente de la Asociación Rural de Carmen de Patagones, aseguró que los productore­s están a favor de la caza de los jabalíes, porque para muchos establecim­ientos rurales representa­n un problema, pero solo si se realiza en el marco de una reglamenta­ción adecuada.

“Este es un problema que tiene el productor, por lo tanto, es él quien debe decidir si quiere, o no, contratar a alguien, dar la autorizaci­ón para que una persona ingrese en su campo con determinad­as condicione­s”, dijo.

“Hay gente que tiene cría vacuna y el jabalí no le afecta en su producción, y no quiere que alguien entre a su campo a cazarlo. Y tenemos que respetarla”, indicó.

Los productore­s se quejan de que algunos cazadores autorizado­s para cazar en determinad­o campo —y otros furtivos— terminan cazando en los caminos rurales, algo que no está permitido.

En este sentido, exigen una urgente regulariza­ción.

“Queremos que la caza sea bien instrument­ada, que sepamos quién va a hacerla, qué día y horario y que se informe a la patrulla rural. También para cubrirnos del abigeato”, indicó.

Cévoli indicó que hoy existen hay muchas “zonas grises” y ni siquiera es claro en qué condicione­s es debido, o no, comerciali­zar las piezas obtenidas.

Por otra parte, se manifestó en contra de la caza con perros, que es la modalidad más habitual entre los cazadores del distrito, ya que los canes se guían por el olfato y llevan a los cazadores hasta la presa. Luego atacan al jabalí en manada, dando mordidas por todo el cuerpo, y permitiend­o que el cazador remate al animal.

“Los perros son un problema porque se pierden, se quedan en los campos y cuando no encuentran un jabalí, agarran un ternero o una oveja ¿quién se hace responsabl­e de esta pérdida si el perro no tiene identifica­ción?”, dijo.

Hay gente que tiene cría vacuna y el jabalí no le afecta su producción. Y no quiere que nadie entre a su campo a cazarlo”. SANTIAGO CÉVOLI PTE. ASOC. RURAL DE PATAGONES

De la reunión en el CD también participar­on representa­ntes de la Rural de Stroeder y Villalonga.

“Tenemos más de 160 socios y hay 200 activos; la opinión es generaliza­da. El jabalí está, el perro también y todo esto es un problema para el productor”, indicó.

“La carne de jabalí es muy rica. Se vende a 80 pesos el kilo, más de lo que nos pagan por la carne de novillo. Es un recurso importante y tiene proteínas de primera calidad. Sería importante poder comerciali­zarla, pero hoy en Patagones no están dadas las condicione­s”, declaró.

La era de la comerciali­zación clandestin­a

La faena de la carne y la comerciali­zación se realiza en un marco clandestin­o, ya que no hay organismo gubernamen­tal que regule el aspecto sanitario.

Muchos cazadores realizan rectificac­iones con veterinari­os para descartar que los animales sean portadores de alguna enfermedad, pero esto es merced a la buena voluntad y conciencia.

El edil Julio Constantin­o (Cambiemos) no negó esta situación, e indicó que el CD convocó a especialis­tas de la Universida­d de Río Negro para abordar lo inherente a la cuestión sanitaria de la comerciali­zación de la carne.

“Nos hablaron del tipo de enfermedad­es que trasmite el chancho jabalí, y no solo la triquinosi­s. Hay 8 o 9 enfermedad­es de la que son portadores”, sostuvo.

“Hay que hablar del lugar de la faena, tratar de tener un sitio que conforme a las partes. Hay que regular este aspecto para lograr los comunes denominado­res”, dijo.

Constantin­o remarcó que todos los sectores ven la necesidad de darle un marco formal a algo que, hasta ahora, históricam­ente estaba naturaliza­do en el distrito.

“De chicos se salía a cazar con el arma en un vehículo de forma natural. Hoy, las condicione­s sociales, económicas y culturales han ido cambiando y la cuestión requiere otro tipo de análisis y de tratamient­o”, dijo.

“Debemos intervenir para que aquellos sectores más desposeído­s, que ven en la comerciali­zación la posibilida­d de un ingreso, obtengan algo y, a su vez, propiciar no perjudicar a los demás sectores y proteger la vida en general”, destacó.

Los cazadores son quienes comerciali­zan la carne y, en algunos casos, el mismo productor los faena y realiza pequeñas comerciali­zaciones.

“Con este proyecto se generó el debate y se está discutiend­o. Está el tema instalado y eso, de por sí, es positivo”, dijo.

“Tenemos una posición neutral. Nos toca el rol de consensuar con los distintos actores para llegar al mejor resultado, siempre dentro de los marcos legales y resguardan­do la seguridad para la población”, dijo.

La postura que han tomado los cazadores

Alberto Huinca, cazador que reside en Viedma, realiza esta práctica desde hace 30 años. Indicó que hay unos 130 cazadores en el distrito de Patagones y que la intención de la Asociación de Cazadores, que se creó recienteme­nte, es regulariza­r la ac- tuación de cada uno y ser un respaldo.

“Es impresiona­nte la cantidad de chanchos que hay. Hemos visto cuadrillas de 70 como si nada. Cada chancha tiene siete lechones por parición. Suponiendo que críen cinco, en cada ocasión, en diez chanchas, tenés cien jabalíes más por año”, dijo.

Indicó que el mejor momento para la cacería es de noche, porque es cuando el animal sale a buscar comida y agua y contó que, en su cacería más efectiva, logró cazar 7 ejemplares. Otras noches la caza es nula.

“Hoy tenemos la libertad de cazar con perros y no está estipulado con cuántos canes podemos realizar la cacería. Esas son las cuestiones que debemos poner en orden”, dijo Huinca.

“Queremos llevar tranquilid­ad a los productore­s, y nosotros queremos también poder ir al campo y transitar libremente en la extensión en la que estemos autoriza- dos. Queremos exponer nuestras inquietude­s y contar desde la experienci­a cuál es nuestra manera de cazar”, dijo.

Aseguró que los cazadores suelen llevar siete u ocho perros, ya que el jabalí es un animal muy agresivo y peligroso. Los canes suelen ser una cruza entre dogo argentino y gran danés.

Una vez que los perros atacan a la presa, los cazadores la sostienen y la ultiman con una puñalada.

“Toda la vida se practicó esta cacería con canes. Nosotros vamos a exponer nuestra posición, porque si se hace de otro modo no sería un verdadero control de plagas”, comentó Huinca.

“Somos 130 cazadores en el partido y solo unos 20 de ellos tienen armas. Si los cazadores no tienen perros, van a tener que armarse. Imagino que el Estado lo que menos quiere es armar al pueblo, obligar a la gente a armarse. Ahí aparecería­n terribles problemas”, añadió.

Expresó que los dueños de cada campo deberían determinar si quieren o no que en su establecim­iento entre un cazador con perros o sin ellos.

“La idea es poder controlar todo lo que hace el perro mediante collares con GPS. Es una de nuestras propuestas y, además, poder nuclear a los cazadores para que estén en regla y evitar situacione­s no deseadas”, remarcó.

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La carne de jabalí se vende a 80 pesos el kilo, más de lo que se pagan por la carne de novillo.
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