Una muerte a plena luz del día, con connotaciones de lo peor de la noche
El expolicía Ricardo Zacheo fue asesinado en Ingeniero White. Néstor Sampietro admitió la autoría.
La luz del día puso al descubierto la toxicidad residual de la noche, aquella gobernada por fantasmas que se aferran a las ánimas errantes que, lejos de huir de las historias fantasmagóricas, prefieren salir a su encuentro. O al menos esperar su llegada, para seguir alimentando leyendas delictuales de las que pululan en un submundo en el que la oscuridad pareciera detener las agujas del reloj con su pretensión de no dejar ver la luz.
“No era gente de acá”, se escucha ahora cuando se pretende obtener algún testimonio sobre aquel trágico desenlace de una agresión armada en Ingeniero White, registrada el 19 de octubre de 1995 y que determinó la muerte del exsuboficial de policía Ricardo Bernardino Zacheo.
El hombre, de 33 años y quien habría sido separado de la repartición policial por cuestiones de conducta, resultó herido en un episodio ocurrido en su carrito de venta de sandwiches y gaseosas ubicado en Guillermo Torres al 3900.
"El Panchero", como era conocido, recibió dos balazos, uno en la boca y el restante en el torso, que le interesó la columna vertebral.
En la misma ocasión resultó herida Andrea Verónica Alvarez, quien recibió un balazo en la clavícula izquierda y debió ser intervenida en el Hospital Interzonal doctor José Penna; en tanto que registraron heridas leves Alfredo Cuello, Fabián Domenech, alias “El Pollo”, y Marianela Gisela López.
“El carro estuvo ahí alrededor de un año y trabajaba con gente de los cabarets que estaban enfrente, sobre Guillermo Torres. Ahí ya habían existido peleas. Esto fue a la mañana y si bien yo cierro tarde, cuando ocurrió estaba durmiendo, por lo que no sé mucho”, comentó un comerciante del sector, quien prefirió mantener en reserva su identidad.
Néstor Fabián Sampietro fue condenado a 25 años de cárcel luego de admitir su autoría en el hecho. La san- ción resultó de la unificación con otras sentencias que había recibido por otros delitos, entre ellos asaltos a mano armada y haber sido uno de los líderes del motín ocurrido en marzo de ese año en la Unidad Penal Nº 4 de Villa Floresta.
Al momento del hecho, hacía un mes que Sampietro había egresado de la unidad penitenciaria; y había concurrido a White buscando “un poco de diversión”, como declaró Raúl Alberto Corradi Gaviot, alias “Condorito”, quien había permanecido entre rejas hasta el 21 de enero de ese año y era el dueño del rodado marca Datsun en que se movilizaban.
También los acompañaba Ángel Salazar Rodríguez, oriundo del Gran Buenos Aires y quien había abandonó la prisión menos de 24 horas antes.
Estos últimos recibieron penas de 15 y 5 años de cárcel, respectivamente, como partícipes primario y secundario del crimen.
La víctima falleció una semana después del ataque, mientras era asistido en un hospital de La Plata, como consecuencia de las dos heridas de bala que recibió.