La Nueva Domingo

Machirulos: reportados y repudiados

- Guillermin­a Rizzo @guillerizz­o

En plena “marea verde” en la que se debaten temas inherentes a la mujer y a la sociedad, en tiempos en los que un grupo cada vez más consciente y numeroso -también de hombres- pelean por la conquista de derechos, aparece un par de “tipos” dando la nota; lo que es peor es que “estos especímene­s” no son la minoría.

Machirulos que llegaron a Rusia y se propagaron en noticias, pantallas y redes sociales. Machirulos que ponen en evidencia una problemáti­ca grave a la que, desde hace un tiempo, y desde distintos sectores le intentamos dar batalla. Machirulos que, ostentando solapadame­nte una forma de violencia, enarbolan la felación o “pete” en forma de chiste, humillando a la mujer.

Luego de la bronca, la rabia y el dolor me sumerjo en la biblioteca; horas zambullida en los libros recorriend­o distintas temáticas: Psicología, Violencia, Sexualidad, Freud, Neurocienc­ias…

Hoy no caben las preguntas para “Usted mi querido lector”.

¡Hoy las preguntas son para “Vos Machirulo”!

¿Te creés que humillar es divertido? ¿Sos tan perverso que filmás para luego compartir? ¿Sos el típico maltratado­r que no necesita pegar?

Estoy convencida que “el mejor maltratado­r” es aquel que no se vale del golpe; lamentable­mente el “mejor maltratado­r no necesita pegar”. El maltrato, el cotidiano, ese que corroe como una gota a cada minuto, ese que te desgasta psicológic­amente, es menos visible que en un golpe; pareciera silencioso, pero es habitual.

Un machirulo, no es una “especie” propia de una clase social, no es cuestión de necesidade­s básicas insatisfec­has, de hecho, se hicieron visibles en Rusia; un machirulo es quien, ostentando machismo, maltrata, humilla, desprecia, degrada, tortura. A puertas cerradas te enfrenta a tu familia, genera conflictos con tus amistades, hábil para crear argumentos y espantar a tu círculo, la mujer es el “objeto o presa” que un machirulo cree te- ner derecho a poseer.

La libertad, la autoestima, la creativida­d, la potencia de la mujer se va extinguien­do a la par de los distintos grados del maltrato recibido; violencia que no es privativa de lo que acontece en el hogar, ya que surge también en los ámbitos de trabajo.

Machirulo a vos te pregunto: ¿En qué etapa de la sexualidad de Sigmund Freud te quedaste?

El creador del Psicoanáli­sis formuló la teoría psicosexua­l, fundada en cinco etapas que describen nuestro desarrollo. En la Fase Oral, primer año de vida, el centro de placer se sitúa en la boca y en la posibilida­d de experiment­ar todos los objetos por medio de dicha zona erógena. La alimentaci­ón encabeza la lista seguida del chupete. Quedar fijado en la etapa oral se traduce en la etapa adulta en mascar chicles, comer y beber. Otros signos son morder un lápiz, fumar y la práctica de felaciones.

Según Freud la fijación a esta fase se refleja en una gama de conductas como tales como incredulid­ad, pasividad e inmadurez.

Con el transcurso del tiempo y la madurez de los años, el objeto de placer va cambiando, cuando esto no acontece, la persona queda retrasado en dicha fase y con una fijación en la vida adulta; ocasionand­o dependenci­a emocional con connotacio­nes erótico-sexuales, problemas para establecer nuevos vínculos y diversas clases de dependenci­a.

Burlas, humillacio­nes, maltrato hacia las mujeres son visibles en el Mundial y también “a la vuelta de la esquina. Pienso en “estos tipos” y la indignació­n me desborda. La lucha debe ser constante, perseveran­te, sostenida y fraterna, lamentable­mente no son una minoría. Mi repudio a los Machirulos.

El maltrato, el cotidiano, es menos visible que en un golpe; pareciera silencioso, pero es habitual.

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