Un estudio sobre los desechos de Bahía en general
En 2012 se realizó un Análisis Estadístico de los Residuos Sólidos Domiciliarios de Bahía Blanca.
El objetivo principal era elaborar un plan para la Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos (GIRSU), pero los resultados también reflejaron aquello que la basura dice de nuestras costumbres.
“Encontramos situaciones de todo tipo. Por ejemplo, era previsible que no hubiera muchos pañales en la zona de Palihue, porque tiene una población mayoritaria de gente de edad mediana, con pocos niños pequeños y ancianos”, comentó tiempo atrás a “La Nueva” la doctora en Ingeniería Química, Silvia Barbosa, coordinadora del proyecto.
“En cambio, no era previsible la gran cantidad de bandejitas de comida hecha, así como cajas de pizza y empanadas, en los barrios de relativo menor poder adquisitivo”, agregó en aquella oportunidad.
Al principio creyeron que había un error, pero el dato se mantuvo durante todo el estudio. Al relacionarlo con la demografía, la conclusión fue que en esas zonas vivía mayoritariamente gente joven, sobre todo de 25 a 40 años, un segmento con menos costumbre de cocinar en casa.
El estudio también describió que en el término de 7 años (2005-2012) un habitante de Bahía Blanca pasó de generar 550 gramos de residuos por día a 715. Hoy esa cifra se sitúa en torno a los 800.
El análisis se realizó a partir de un consorcio convocado por la empresa Dow, que incluyó a la Municipalidad, la UNS, la UTN y la entonces prestadora del servicio de recolección Covelia SA, entre otras instituciones.
Además de diseñar el GIRSU, otras metas eran evaluar la Ecoplanta de Cerri, desarrollar una campaña de concientización ciudadana y promover la separación de residuos en origen.
Sin embargo, poco después de concluido el análisis, la comuna se desvinculó del consorcio, el cual fue perdiendo fuerza hasta que el trabajo se discontinuó.