Brasil: Lula lanzó desde la cárcel su candidatura para la presidencia
Los comicios están previstos para el 7 de octubre, con una eventual segunda vuelta el 28. La Corte podría inhabilitarlo por estar preso.
El Partido de los Trabajadores (PT) lanzó ayer la candidatura presidencial de su encarcelado líder, Luiz Inácio Lula da Silva, en una apuesta improbable que confirma, sin embargo, el papel central del exmandatario de izquierda en la política de Brasil.
Aparte del PT, que celebró su convención en la ciudad de San Pablo, otros dos candidatos fuertes se lanzaron al ruedo para los comicios del 7 de octubre, con una eventual segunda vuelta el 28: el exgobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, centro-derecha); y la ecologista Marina Silva, del partido Rede Sustentabilidade.
Alckmin, de 65 años, fue recibido en el Centro Inter- nacional de Convenciones de Brasilia por un millar de personas al son de tambores y al grito “Brasil de frente, Geraldo presidente”. Su candidatura fue aprobada por 288 de los 290 delegados. Entre los participantes en la convención figuraba el expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002).
Como compañera de fórmula escogió a la senadora Ana Amélia, en una tentativa de recuperar votos del sur conservador.
Esta será la segunda tenta- tiva de Alckmin de llegar al Palacio de Planalto, después de la de 2006, cuando fue derrotado en la segunda vuelta por Lula.
También en Brasilia, Rede Sustentatilidade lanzó la campaña de Marina Silva, que fue ministra de Medio Ambiente de Lula y quedó tercera colocada en las elecciones de 2010 y 2014.
Marina Silva escogió como compañero de fórmula al exdiputado Eduardo Jorge, del Partido Verde, que compitió en las presidenciales de 2014.
Pero de hecho, una vez más, aunque esta vez desde una cárcel de Curitiba (sur), Lula (2003-2010) se perfila como la figura central de la campaña y mantiene una incompresible condición de favorito, con un 30% de intenciones de voto.
En San Pablo, unos dos mil delegados y militantes participaron de la convención del PT, que rehúsa evocar cualquier alternativa a esa candidatura, que con toda probabilidad será impugnada por la justicia electoral.
“La situación es imprevisible, no sabemos lo que sucederá, pero arriar la bandera y buscar alternativas es aceptar el golpe. Ellos creían que el golpe cerraría con Lula preso, que el pueblo lo aceptaría, pero sucede lo contrario”, dijo Paulo Henrique Barbosa Mateus, quien participó en la numerosa convención en la Casa de Portugal.
En Brasil la votación es obligatoria, pero dos encuestas recientes muestran que de un 33 a un 41% de los electores están tentados por la abstención.