Balcones verdes: una buena forma de colaborar
Bahía Blanca es la ciudad argentina que más gases del efecto invernadero lanza a la atmósfera y por poco que parezca todos podemos hacer algo para cambiarlo.
Mientras el Concejo Deliberante analiza cómo avanzar con un proyecto de ordenanza para exigir la creación de terrazas y balcones verdes en los edificios, un grupo de profesionales lucha para que ese tipo de iniciativas surjan de los propios bahienses.
Desde el Municipio, el Instituto Cultural cuenta con un área llamada Educación Verde Urbana desde la cual el ingeniero Norman Dicek, Ana Laura Horvath y Gustavo Gertiser realizan una tarea de concientización que busca modificar el gris del cemento bahiense.
Recorren escuelas y jardines de infantes e incluso centros de jubilados tratando de que grandes y chicos entiendan la importancia de proteger el arbolado, generar nuevos espacios verdes y fomentar conciencia sobre el medioambiente.
Días atrás se presentaron ante los 24 concejales y explicaron los mil y un motivos que existen y por los que sería trascendente contar con terrazas y balcones verdes en nuestra ciudad. La lucha contra el calentamiento global es uno de ellos.
Meses atrás se conoció que Bahía es la ciudad argentina que más gases del efecto invernadero lanza a la atmósfera y, por lo tanto, la que menos aporta a la lucha contra el cambio climático.
Esos datos surgen de un estudio publicado por la consultora IDOM, que fue desarrollado para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Dirección Nacional de Preinversión Municipal (DNPM).
“Bahía Blanca ha crecido mucho, tiene un polo industrial muy importante y un parque automotor en constante crecimiento. Además la construcción de edificios es muy notoria en el micro y macrocentro, lo que lleva a la desaparición de áreas verdes”, dijo Ana Laura Horvath.
También afirmó que por todos esos cambios de las últimas décadas se determinó que en el centro bahiense se generan islas de calor y dio a conocer que las temperaturas en las terrazas de edificios suelen llegar a los 70 grados.
“No se ha mantenido una proporción equilibrada entre áreas libres y áreas edificadas, por eso es importante impulsar la creación de espacios verdes, ya que todas estas alteraciones provocan el calentamiento global”, explicó Horvath.
“En Bahía hay muchísimos balcones y pocos espacios verdes, por lo que resulta vital tener plantas, ya que eso mitiga los efectos nocivos del cambio climático”, agregó Dicek.
Además propuso varias especies que podrían servir para esos espacios. Cactus, geranios, malvones, diferentes ti- pos de pequeños arbustos y hasta enredaderas en paredes.
“La temperatura en una casa que tiene plantas suele ser muy inferior en verano, se logra una reducción del nivel de contaminación atmosférica, un aumento de la biodiversidad, un sentido de pertenencia al lugar, y además consigue un maravilloso efecto psicológico que, por otra parte, es necesario para el equilibrio mental de las personas”, agregó Horvath.
Además argumentó que la incorporación de la naturaleza a nuestra ciudad es el instrumento de gestión ambiental más efectivo para aumentar nuestra calidad de vida y mitigar los problemas ambientales que generamos.
“En Bahía pocos espacios verdes, por lo que resulta vital tener plantas, ya que eso mitiga los efectos nocivos del cambio climático”, señaló Norman Dicek.