La bellísima Venecia, una ciudad que se mira y no se toca Domingo. Turismo
Se han aplicado numerosas medidas para evitar que este centro turístico termine colapsando.
Venecia está en peligro y las autoridades intentan salvarla antes de que sea demasiado tarde. El Ayuntamiento instaló unos tornos (el Consitorio aclara que se trata de “pasajes”) para regular el flujo de visitantes y tratar de salvaguardar así la esencia de esta ciudad declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. Aunque todavía no han tenido que ser utilizados, su colocación fue toda una declaración de intenciones por parte de los políticos locales: nos visita demasiada gente.
Basta darse una vuelta cualquier día por la ciudad. Cantidad voraces de turistas invaden constantemente las diminutas calles e impiden contemplar los escorzos más característicos sin arriesgarse a recibir un golpe de un palo selfie.
Las prohibiciones parecen no haber amedrentado todavía a los revoltosos, y el alcalde insiste en que quienes perturben la tranquilidad deben acabar durmiendo en el calabozo.
Sin embargo, desde el Ayuntamiento rebajan la tensión. Explican que los alcaldes no pueden confinar a un turista por este tipo de incidentes. Ya se presentó en el Parlamento italiano una proposición de ley para crear una “celda de seguridad” adonde meter durante un rato a los que consideren peligrosos, hasta que "se les bajen los humos". Quienes anden por ahí borrachos, por ejemplo.
“Pero no es una medida de detención”, tranquiliza la Administración municipal, “sino de prevención”, que se añadiría a las ya en vigor.
El Ayuntamiento acaba de adoptar una ordenanza en materia de circulación acuática y unas medidas urgentes aplicables durante los fines de semana de más afluencia , ambas aplicadas desde hace poco. Entre otras normas, se autoriza a la policía local a “impedir temporalmente el tránsito a no residentes”, “instituir sentidos únicos de marcha”, “inhibir el acceso a determinadas áreas”, con pena de multas de entre 25 y 500 euros.
También se prohíbe el uso de embarcaciones tipo kayak, canoas, patines y similares en el Gran Canal y otras zonas identificadas por el Consistorio, y en otras áreas la circulación está restringida de lunes a viernes de 7.00 a 17.00 y el sábado de 7.00 a 15.00. Festivos excluidos.
El próximo paso es aprobar el Daspo urbano, una medida inicialmente pensada para prevenir la violencia en el mundo deportivo y ahora aplicable también en las ciudades tras un decreto del exministro del Interior Marco Minniti. En Venecia, esta herramienta permitiría expulsar durante 48 horas (un destierro moderno) a quienes cometan actos groseros o molesten a visitantes y ciudadanos, además de prever las indefectibles multas.
Delitos
Entre los delitos contemplados: orinar en la calle, consumir bebidas o alimentos estorbando la circulación peatonal, tomar alcohol desde las 19 hasta las 8 fuera del perímetro de los locales o tumbarse en los bancos.
“Trabajamos para resolver un problema que desde hace décadas no encuentra solución”, explica la Administración local, que afirma poner a la cabeza de su lista de prioridades “hacer vivible para los residentes” una ciudad de poco más de 50.000 habitantes que no deja de perder población.