La Nueva Domingo

Terminal Arizu

- CON LAS FORMAS DEL AYER por Mario Minervino mminervino@lanueva.com

Hace 48 años, en agosto de 1970, la Municipali­dad definió cual sería la ubicación apropiada para la nueva (y necesaria) terminal de ómnibus.

Respuesta directa al crecimient­o urbano, la comuna elaboró un amplio Plan de Desarrollo Urbano, donde incluyó el emplazamie­nto ideal para la terminal de media y larga distancia, una carencia que ya generaba severos conflictos a la ciudad.

Se trataba de un terreno de 19.300 metros cuadrados, ocupado por el edificio de la abandonada Bodegas Arizu, con frente sobre la avenida Cerri y delimitado por las vías ferroviari­as y las calles Chiclana y San Luis. El lote exigía ser expropiado a tres propietari­os: Arizu, García Reviriego y Montalbán. Esa sola situación ya daba cuenta de la compleji- dad de la decisión.

Definida la ubicación, el intendente Gustavo Perramón Pearson remitió la documentac­ión al ministro de Obras Públicas bonaerense, “para que considere el gobierno su construcci­ón”. Según el jefe comunal, “la magnitud de la obra y su carácter regional” eran sobrados mo- tivos para que la Provincia “realice la obra o preste ayuda financiera”. Es decir que todo estaba fuera de los recursos del municipio.

En cuanto al emplazamie­nto sugerido, los técnicos resaltaron su “inmejorabl­e proximidad” a la estación ferroviari­a y al área central de la ciudad y la posibilida­d de “crear una fuerte imagen arquitectó­nica urbana”. También se indicó que era apropiada “para que se radique allí un centro comercial y hotelero rentable”. Es decir que el proyecto era, cuanto menos, muy ambicioso.

Como dato complement­ario, el municipio informó que el movimiento diario de micros era de 318 unidades cada día, los cuales llegaban, por entonces, a las terminales de 19 de Mayo 41 y Gorriti 48.

El proyecto nunca pasó de ese carácter.

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