Torres: “Si uno no se prepara no podría triunfar”
La estructura del tornquistense tiene bien ganado su lugar en la prensa mayúscula del automovilismo.
Quienes conocen su esencia, lo afirman una y otra vez. Aún con todo el éxito logrado en más de 20 años de elaboración y gestión de potencia, la humildad y sencillez serán dos aspectos inalterables en la personalidad de Sergio Torres.
“¿Cómo andan?, perdón por la demora. ¿Tienen tiempo para que les muestre todo?”, fue la carta de presentación del tornquistense, anNueva. te la llegada de La al lujoso taller que tiene montado en la vecina localidad.
Casi cuatro días después del magistral baño triunfal logrado por la estructura familiar en la séptima final del año de la Clase 3 de Turismo Nacional, de la mano del rionegrino Antonino García, naturalmente aún quedaban resabios de agotamiento...
“Recién hoy (por el jueves), logramos acomodarnos un poco en el taller, entre el cansancio y la tensión acumulada del fin de semana”, sostuvo Sergio, quien además de plasmar sus virtudes en la preparación, también se ocupó de exhibir talento en la conducción.
Prueba de ello, su destaca- do palmarés Karting (campeón en varias oportunidades) y en Midget (subcampeón en las temporadas 93/94 y 94/95). “Siempre me sentí campeón”, expresó alguna vez en el recordado suplemento de Mundo Midget.
Paralelamente a su incursión al volante, Sergio fue descubriendo un nuevo mundo; el que hoy le permite tutearse ante las grandes terminales y marcas del automovilismo nacional.
“Me preparé para esto. Pude estudiar Ingeniería Mecánica en la UTN y volcar todo eso en los autos de carrera. Cuando supe que quería ser preparador, y que lo iba a poder hacer, lo primero que hi- ce fue comprar el mejor banco de pruebas posible y todas las máquinas necesarias para construir buenos motores”, destacó.
De aquel Paisanito de pueblo, como él mismo se define, al prestigioso motorista que hoy abastece a pilotos de la talla de Leonel Pernía (puntero del certamen de Clase 3) y Leonel Larrauri, hubo un largo camino...
“Traté de crecer quemando cada una de las etapas; desde el karting, el Midget, las zonales y demás, a lo que logramos hoy. Tuve la suerte de conocer a Néstor Percaz y a Juan Heguy, quienes me dieron la posibilidad de mostrarme en Turismo Nacional. Los cuatro títulos logrados con ellos, fueron el trampolín más importante”, detalló.
“Me acuerdo --agregó-que en mi segunda carrera de TN, veníamos ganando por una diferencia importante con Néstor (Percaz), y como todo, cuando un desconocido irrumpe de golpe la repercusión es grande.”
"De chico uno se ilusiona"
Desde el vamos, Sergio Torres supo hacía dónde ir y cómo debía trabajar para lograrlo.
De hecho, hoy está a la vista; tanto en las estadísticas como en la materia tangible. Nadie le regaló nada...
"De chico uno se ilusiona, pero también ve que económicamente imaginar algo tan grande de golpe es difícil. Tuvimos la suerte de proyectarnos con éxito en una categoría nacional desde un principio, lo cual es una responsabilidad grandísima. Si uno no se prepara, no podría triunfar. Pero si paralelamente uno se maneja bien, puede ir evolucionando en todo sentido", subrayó.
"Estando en la conversación--resaltó--, el precio y las condiciones lo pone uno. Eso te permite crecer y poder ir plasmando todo en trabajo y crecimiento. No la gastamos en otra cosa, nuestra pasión, por suerte, es nuestro medio de vida. Y con el sabor especial que a mis hijos les gusta lo mismo y me acompañan en este proyecto".
"Tengo ganas de correr"
Corría el Estival de Midget 98/99 en la pista de Dublin, cuando, abruptamente, la responsabilidad laboral lo obligó a colgar el casco.
"Cuando conozco a Néstor Percaz y Juan Heguy, tuve que dejar el Midget. Corrí un tiempo más mientras les preparaba, pero se me hacía muy difícil. En esa época yo preparaba todo con la ayuda de mi padre. Nunca dije que me había retirado, siempre dije que tengo ganas de correr. Pero la exigencia durante el año es muy grande y terminamos cansados", dijo.
"Mi papá dejó de ir a las carreras un tiempo, porque solían ser muy injustos con decisiones deportivas para con el paisanito del pueblo (risas). Y el lo sufría mucho. Pero yo le decía que era un trampolín, que no iba a quedar en eso y que iba a llegar mucho más lejos".
Vaya si estaba en lo cierto...