López Puccio, el director de la orquesta de la risa: Les Luthiers
Charlamos con uno de los miembros fundadores. La situación del país, el vértigo constante y más.
No tenía más de 9 años cuando, con mi hermano gemelo, decidimos hacer la imitación de un espectáculo entero de Les Luthiers en el living de casa.
Lo sabíamos de una punta a la otra, porque habíamos escuchado el casete (sin exagerar) más de mil veces. De los dos lados.
"La kermese de los sábados" o "La gallinita" eran los sketches que más nos divertían. Ahora me acuerdo también de un tal "Yogurtu Ungue" (pronunciado como si al final te quedaras sin aire).
Una vez que logramos hacerlo bien en casa, lo presentamos en lo de un vecino. Después vino un amigo mucho más grande, nos filmó y grabó en VHS. Aún lo tengo.
Más de 25 años después tuve el placer de entrevistar a uno de sus miembros fundadores: el licenciado Carlos López Puccio (en la foto es el canoso de arriba, a la derecha).
"En verdad esa anécdota que contás, de muy diversas formas, nos aparece a menudo. En nuestros comienzos pensábamos sólo en el primer círculo, el obvio: hacíamos nuestras obras para el teatro y esperábamos que allí el público las disfrutara. Ese era el modelo esencial, el motor que nos llevaba a componerlas. Pero luego, para nuestra alegría, empezó a aparecer ese segundo circuito en el que a la gente también le da alegría y diversión imitarnos, cantar nues- tras obras en su propio ambiente, para sus familiares, amigos o compañeros de escuela. Un doble placer porque nos lleva a sentirnos no sólo unos protagonistas más sino también generadores de cierta parte de la cultura nacional, esa que en parte se compone de ideas, frases, historias y aún chistes que se repiten y se hacen de a poco idiosincráticos de un pueblo", aclaró López Puccio. La sólida idea inicial
Siempre me resultó muy interesante cómo manejan el lenguaje. Los giros inteligentes que les suelen dar para lograr la risa o al menos que la gracia se mantenga siempre latente. ¿Escriben los guiones? ¿los chistes/ gags salen directamente en los ensayos o ya se pueden oler en el guión?
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Un alto porcentaje de lo que se ve y escucha en escena es cuidadosamente planeado en las etapas iniciales. Claro que escribimos los guiones y las letras de las canciones (sin las cuales no se podría componer nada, menos algo tan difícil como una historia graciosa cantada o un chiste con ritmo musical). Esta escritura previa es una condición esencial: sin eso el tren no arranca. Luego, cuando la obra está en carrera, a su estructura básica podemos agregarle chistes, caminos accesorios, novedades. Pero siempre nos es imprescindible partir de una sólida estructura inicial.
—¿Cómo manejan el vacío que queda luego de presentar a más no poder un espectáculo y sentir que ya está agotado? ¿Cómo manejan el vértigo de tener que siempre sorprender?
—Ese vértigo ha sido siempre la espada pendiente sobre nuestras cabezas. Pero la vida, la autoexigencia y la realidad nos han ido mostrando que el ingenio y la creatividad nos alcanzaban por lo menos para cincuenta años. Como complemento, para el vértigo tomamos un comprimido de Dramamine dos veces por día. --(risas) ¿En tiempos de crisis los chistes son recibidos de manera diferente? —Empiezo, para bien entendernos, haciendo una
Carlos López Puccio es licenciado en Dirección Orquestal y uno de los miembros fundadores del grupo musical y humorístico Les Luthiers.
aclaración: no creo que hoy estemos en crisis. O por lo menos llamo la atención sobre la necesidad de poner en su justo valor el alcance de esta palabra si se la quiere aplicar a muestra realidad de hoy. Una subida del dólar, medidas de ajuste con un propósito declarado y préstamos del FMI no me alcanzan para aceptar la idea de que el Gobierno esté haciendo todas las cosas mal, como intentan mostrar por razones políticas los gremios peronistas, el kirchnerismo y la izquierda piquetera, aprovechándose de la mala memoria, de la mala fe o de la ignorancia de algunos.
"Pero para dar una respuesta completa a la pregunta declaro que deberíamos haber vivido mayormente fuera de crisis. Y no tuvimos esa suerte. Si afirmamos que hoy estamos en crisis, en
nuestra historia de cincuenta años somos injustos con la dictadura de Onganía, la crisis de los tempranos setenta y sus muertos, el rodrigazo, la matanza de Ezeiza, la dictadura de Videla y sus desaparecidos, la Semana Santa de Alfonsín, la hiperinflación, la caída de De la Rúa, los corralitos de distinto tamaño, los cuatro presidentes, el default de Rodriguez Saá, Griessa y los fondos bui- tres, Nisman... etc., etc. No sabemos del todo cómo es nuestro país ni cómo somos los argentinos sin esas crisis, a veces grandes, a veces pequeñas.
"Es un honor haber podido llevar la risa a tanta gente en nuestros cincuenta años, entre zozobras y desesperanzas. Por suerte hay un enorme núcleo estoico en el país que pone el pecho y el hombro", desarrolló Puccio.