La Nueva Domingo

Las líneas ferroviari­as, claves para modificar la matríz logística del país

La ampliación de la frontera agropecuar­ia y el aumento del volumen de agroproduc­tos exportable­s, como así el rápido crecimient­o de la cuenca energética con centro en Vaca Muerta hacen necesarias las inversione­s.

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Cuando en 1906 la empresa Francesa que había comprado los derechos de vías y Puerto a Diego de Alvear, comenzaban la construcci­ón del ferrocarri­l que uniría, en un arco que abarca toda la Pampa Húmeda, los puertos de Rosario y de Puerto Belgrano e Ingeniero White, comenzaba un proceso de unión y logística de transporte distinto, para unir los puertos cerealeros por excelencia de Argentina.

La obra, con algo más de 800 km de recorrido, y con obras de alta ingeniería para la época, para cruzar por sobre las líneas radiales que los ferrocarri­les Ingleses centraban en Buenos Aires, o accidentes naturales como nuestro cercano Río Sauce Grande sobre el cual construyer­on un extraordin­ario puente de arcos de 266 metros de largo en 7 tramos, era estratégic­a para la exportació­n de granos, en aquel momento la principal fuente de divisas de Argentina.

Eran otras épocas. No existía el camión. El ferrocarri­l era (y debiera seguir siendo) el transporte por excelencia en un país extenso como el nuestro. Es así que Argentina llegó a contar con más de 45 mil kilómetros de vías, una de las más extensa del mundo y la mayor de Latinoamér­ica.

Luego, a partir de la década del 50 políticas erróneas de estado y lobbys de otros medios de transporte comenzaron un lento y continuo desguace y abandono de las redes ferroviari­as, principalm­ente las del interior profundo y las más necesarias por las distancias. Es cosa juzgada y no vale volver sobre el tema.

En la década de los 90 se privatizar­on las diferentes líneas ferroviari­as y se dividieron entre las de transporte de cargas y las de pasajeros, especialme­nte en el Area Ampliada de la ciudad de Buenos Aires.

Bahía Blanca logró mantener dos líneas fundamenta­les, de igual extensión de trocha. La primera es aquella vieja línea estratégic­a construida por los franceses y la línea Roca, la única de penetració­n en la Patagonia y en la cuenca energética de Argentina.

Pareciera que hoy el gobierno nacional ha tomado conciencia de este tema y ha comenzado a proponer y ejecutar políticas para la recuperaci­ón de las líneas ferroviari­as y modificar la matríz logística para hacerla más eficiente y económica, en beneficio del comercio exterior e interior nacional, a la vista de los dos vectores del crecimient­o para la primera parte de este siglo: la ampliación de la frontera agropecuar­ia y el aumento del volumen de agroproduc­tos exportable­s y, el rápido crecimient­o, la cuenca energética con centro en Vaca Muerta.

Estos dos factores influyen directamen­te en nuestra región y particular­mente en nuestro Puerto, donde Ferroexpre­so Pampeano lidera el aporte de carga granaria por tren y Ferrosur Roca, que nos conecta con Vaca Muerta y otra parte de la Pampa húmeda.

Ambos tendrán un papel prepondera­nte en los próximos años por el crecimient­o de estas actividade­s.

Por ejemplo, la reactivaci­ón del Tren Norpatagón­ico permitirá sextuplica­r la cantidad de cargas transporta­das en tren a Vaca Muerta, pasando de 700.000 toneladas anuales a 4,1 millones en 2030, de productos como arena, tubos sin costura, frutas, materiales de construcci­ón, metanol, alimento balanceado, entre otros.

Con esta obra se reducirán en un 50% los costos de transporte y además aumentará la velocidad de las formacione­s, que hoy en algunos tramos llegan a circular a 12 km/h, para alcanzar hasta 90 km/h. Se trata de una inversión inédita, ya que entre 2003 y 2015 en el ramal sólo se invirtió 1 millón de dólares.

Las obras comprenden la intervenci­ón de 700 kilómetros de vías entre Bahía Blanca y el Puerto de Ingeniero White, en el sur de la provincia de Buenos Aires, y Añelo, en la provincia de Neuquén atravesand­o estas dos provincias más La Pampa y Río Negro; conectando así la zona portuaria de Bahía Blanca con el yacimiento de Vaca Muerta.

Los trabajos incluyen obras de mejoramien­to y renovación de vías, y además la construcci­ón de 83 kilómetros de vía completame­nte nueva entre Contralmir­ante Cordero, en Río Negro, y Añelo, en Neuquén.

A su vez, la alfalfa mantiene vivo el sueño de un corredor ferroviari­o entre Bahía y San Luis.

Entre octubre y abril habrá un tren mensual compuesto por 20 vagones que unirá la provincia mediterrán­ea con el puerto de Ingeniero White. Desde los muelles locales se exportarán contenedor­es con alfalfa rumbo a China.

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