La Nueva Domingo

El agua termal y los aceites esenciales son las estrellas de la cosmética de vanguardia. Aliadas de la belleza natural, son incontable­s sus beneficios para la piel y el cabello. Los especialis­tas explican cómo utilizarla­s.

OPUESTAS Y COMPLEMENT­ARIAS, SON LAS ESTRELLAS DEL MUNDO DE LA COSMÉTICA Y DEL AUGE DE LA BELLEZA NATURAL. CUÁLES SON SUS BENEFICIOS Y CÓMO DEBEN UTILIZARSE.

- Por Daniela Calabró. Foto de apertura: Freepik.

Ya hace un tiempo que el término beauty junkie se acuñó entre las influencer­s de moda y belleza para describir a las fanáticas de la cosmética de vanguardia. Encabezan las filas de esta tribu urbana las féminas  ancesas ( históricam­ente, un paso adelante en el cuidado de la estética), secundadas por las japonesas, cada vez más proclives a esta movida. En ambos países, uno de los productos vedette es el agua termal, que se vende a razón de más de una botella por segundo. No en vano la recomienda la bloguera Emily Weiss en su famoso portal Into The Gloss, o la adoran en partes iguales celebridad­es nada parecidas en su look como Gwyneth Paltrow y Kim Kardashian. A este auge se suma el de otro elemento natural, antagónico al agua pero eterno complement­ario: el aceite. Con el boom respaldado por el de coco y el de argán, los flashes apuntan a los de flores: las editoras de la sección de belleza de Vogue España sostienen que en las tiendas online más cool de su país se vende un famoso aceite de rosa mosqueta cada diez minutos. Antes de iniciar la curva ascendente en la que estos dos elementos cobraron protagonis­mo por separado, lo cierto es que siempre fueron un matrimonio exitoso. “En una crema se combinan una fase acuosa y una oleosa. La primera está constituid­a por el agua y por otros ingredient­es hidrofílic­os, mientras que la segunda está formada por aceites y ceras, incluyendo ácidos grasos, ésteres,

hidrocarbu­ros, glicéridos y siliconas”, detalla Johanna Gleiser, médica dermatólog­a de Estetique Láser. En la actualidad, quienes manejan los hilos del mercado beauty ponen mucho más el foco en la calidad y la trazabilid­ad de estos elementos. “Buscamos aguas que provengan de termas y tengan minerales y oligoeleme­ntos, o aceites puros que provengan de cultivos orgánicos. Eso genera cosméticos nobles, ricos en propiedade­s y más compatible­s

con la piel”, explica Alejandra García, gerenta de producto de Biogreen. Este último dato es el quid de la cuestión: en un indisolubl­e correlato con lo que sucede en materia de alimentaci­ón y bienestar, a la belleza le llegó el turno de aliarse con la naturaleza. “El mundo de los productos de cuidado personal está en pleno proceso de transforma­ción. Hay una mayor responsabi­lidad para con el medio ambiente, lo que incrementa la preferenci­a de materias primas nacidas de cultivos ecológicos”, desliza María Ester Siri, cosmiatra de Weleda. En ese sentido, el agua pasa al ente como motor fundamenta­l del cuerpo, y el aceite hace lo propio por el aporte que otorga al cutis y al cabello sin mediar elementos sintéticos. “En la cosmética natural, los aceites vegetales se mezclan con agua –muchas veces floral– para obtener emulsiones que respeten el equilibrio de la piel. Estas son ricas en vitaminas y actúan como regenerado­res celulares, además de dar brillo

y elasticida­d”, explica la doctora Claudia Sánchez, dermatólog­a de Halitus Salud y Estética. En la composició­n de

estos productos, todos los elementos son principios activos, lo que facilita su absorción y mejora los resultados.

De la Pachamama, sin escalas

El dicho de que todo lo bueno viene en envase chico parece explicar el porqué de la presentaci­ón de las aguas termales en pequeños atomizador­es de menos de cien mililitros. Sin embargo, la respuesta más contundent­e es otra: esa medida es la que permite llevarlas en el equipaje de mano del avión, dado que uno de sus usos más extendidos (sobre todo entre las celebridad­es paseandera­s) es el de mantener el rostro hidratado durante extensos viajes. También se utilizan para hacer más duradero el maquillaje, para descongest­ionar la piel después de la depilación, para neutraliza­r radicales libres, para cicatrizar heridas… y la lista sigue. “Estas aguas tienen oligoeleme­ntos y sales minerales con efectos super

positivos”, revalida la doctora Sánchez. Para entender sus virtudes “milagrosas”, basta con saber un poquito más de ellas: son ni más ni menos que agua de lluvia, que luego de ser absorbida por el suelo viaja durante años entre rocas subterráne­as coqueteand­o con infinidad de minerales. Al emerger a la superficie, están nutridas de todo lo que pudieron absorber: si estuvieron en contacto con selenio, serán más antiinflam­atorias; si conviviero­n con silicio y magnesio, tenderán a la regeneraci­ón celular, y si su periplo las llevó por caminos ricos en hierro y magnesio, serán oxigenante­s y antioxidan­tes. “Son ideales para pieles sensibles, atópi

cas y con rosácea”, asevera Gleiser. Si bien en las comunidade­s cercanas a manantiale­s las aprovechan desde épocas inmemorial­es, pasó mucho tiempo hasta que se encontró la forma de embotellar­las y comerciali­zarlas, ya que sus propiedade­s se evaporaban rápidament­e. La clave fueron los atomizador­es, en los que el agua no entra en contacto con el oxígeno y se evita su degradació­n. A partir de ese descubrimi­ento, no hubo quien las detenga. Aquellos que ya estén pensando en sumarlas a sus infaltable­s, tomen nota del consejo de Olivier Échaudemai­son, director creativo de Guerlain y mentor del estilo de grandes estrellas, como Sophia Loren, Elizabeth Taylor y Audrey Hepburn: no hay que rociarlas directamen­te, sino colocar un pañuelo de papel sobre el rostro, humedecerl­o y acomodarlo cubriendo cada ángulo. Unos minutos ¡y voilà!

Óleos multitaski­ng

Quienes lideran las tendencias de belleza a fuerza de stories de Instagram aseguran que la versatilid­ad de los aceites esenciales ayuda a ahorrar espacio y unos cuantos centavos, ya que se pueden usar indistinta­mente en el cuerpo, en el rostro y en el cabello. “Son mezclas de varias sustancias biosinteti­zadas por las plantas. Al ser las causantes del aroma caracterís­tico de algunas flores, árboles, frutos y hierbas, son intensamen­te aromáticas. Por su composició­n, se evaporan rápidament­e, lo que los hace muy livianos para utilizarlo­s so

bre la piel”, subraya Gleiser. De allí que los llamen “aceites secos” y vengan a echar por la borda la presunción de que puedan provocar grasitud o brillo. Sus incontable­s beneficios tienen un porqué: al ser tomados directamen­te de las plantas, sin mediar procesos químicos, cuentan con una altísima concentrac­ión de vitaminas, minerales

y ácidos grasos poliinsatu­rados. “Esto supone un extraordin­ario aporte de nutrientes en la piel, por sus cualidades excepciona­les para hidratarla, nutrirla y regenerarl­a, ayudándola a prevenir su

envejecimi­ento prematuro”, comenta Sánchez. En cuanto a sus bondades para el cabello, la especialis­ta revela que sirven para darle fuerza y poten

ciar su salud: “El aceite esencial de lavanda refuerza el cabello, además de combatir su caída y cumplir una función antibacter­iana, mientras que el de romero reduce la caspa, y el de menta estimula y energiza el cuero cabelludo”. Amén del aspecto corporal, estos elíxires del reino vegetal suman su granito de arena en lo referido al bienestar

emocional. Siri es clara al respecto: “Al ser de flores, plantas y frutos, contienen fragancias suaves que nuestro sistema límbico recibe con placer. Por eso, son la base de la aromaterap­ia y tienen un profundo espíritu de sanación”. Los hay para todos los gustos y bolsillos: ya sea que uno escoja las fórmulas que ostentan las marcas de lujo u opte por los prometedor­es aceites orgánicos tomados de la mano de su productor, es importante dominar su uso. Gleiser sugiere esparcirlo­s por el cuerpo después del baño y dejarlos actuar unos minutos antes de vestirse. “En caso de sequedad de la piel, se pueden aplicar dos veces por día. La hidratació­n perfecta para cada paciente dependerá de su edad y tipo de cutis, así como de si presenta n enfermedad­es cutáneas”, concluye.

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