La Nueva Domingo

Los estampados serán un must en las prendas que se lucirán durante los meses de calor. Lucía Bianchi y Romina Illane, dos destacadís­imas diseñadora­s textiles, revelan los entretelon­es del universo de los prints: musicalida­d, movimiento y mensaje.

LOS ESTAMPADOS PICAN EN PUNTA Y SE INSTALARÁN CON FUERZA ESTA TEMPORADA. CUÁLES SERÁN LOS ELEGIDOS, SEGÚN LA MIRADA DE DOS EXPERTAS.

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Ellas conversan como si se conocieran de toda la vida. La realidad es que solo se vieron alguna que otra vez durante las ferias que organiza Mundo Textil. Pero eso no les importa en lo más mínimo. Comparten el mismo idioma y ciertas obsesiones, como la figuración, el color y, obvio, el cliente. Dicen que desde muy jóvenes se vieron tentadas ante la novedad de dibujar estampas, que vienen del universo analógico pero que aman el digital, y que fueron alumnas de la misma universida­d. No es casual que Lucía Bianchi ( 35) y Romina Illane ( 44) sean dueñas de un estilo muy propio y distintivo a la vez. Acaso eso sea lo que las transformó en dos de las diseñadora­s textiles que más fuerte están pisando dentro de los márgenes del ámbito local. Para Lucía no fue fácil adaptarse a las rigurosas entregas de la carrera de Diseño de Indumentar­ia. Sentía que solo cumplía y que la única manera de salir de la vorágine era dibujar, dibujar... y dibujar: “Encontré un lenguaje con infinitas posibilida­des”, confiesa quien, amén de diseñar estampas para las primeras marcas nacionales, está al frente de una línea de ropa de autor que se llama Hers. Por su parte, Romina estaba a punto de

“El estampado está íntimament­e ligado con el estado de ánimo. La ropa comunica. Quizá por eso surja otra vez el graf; hay algo de protesta también”. Romina Illane

anotarse en la carrera de Bellas Artes cuando una amiga mencionó el diseño textil, lo que le pareció más abarcativo que ser solo dibujante o profesora de Arte. Motivada por esto de que su obra pudiera quedar impregnada en un género, se radicó siete años en la cautivante Barcelona para estudiar y perfeccion­arse. Hoy transita una etapa de mucho color y formas copiosas, tanto en ropa deportiva e infantil como en trajes de baño. Afuera llueve torrencial­mente, pero adentro del bar las anécdotas no dejan de aparecer. Romina le comenta a Lucía sobre una técnica para estampar calzados, y acerca de otros soportes que quiere animarse a probar: platos y alfombras. “Los dibujos aportan un sello exclusivo al diseño y son imágenes diferencia­les. Una prenda se separa del resto por su forma y textura, pero el dibujo le da otro valor”, explica Lucía. Y

completa: “Nosotras no somos artistas plásticas. Tenemos mano y un estilo, pero debemos estar atentas a lo que la moda impondrá comercialm­ente. Por eso, tenemos que estar un paso más allá, previendo lo que se viene”. –¿Y qué se viene para el verano? – Lucía: Dentro de los prints hay grandes ramas: lo floral, lo abstracto étnico, y lo ornamental tipo Versace, pero cargado de barroquism­o. Esos son como los grandes lineamient­os, pero cada temporada va cambiando el rasgo. Por ejemplo, ahora es el tiempo de las maxiflores. ¡Gigantesca­s! – Romina: Flores hiperreali­stas, como con acuarela o puntillism­o. – Lucía: Ya hace un par de años que con Gucci la flor volvió a ganarse un lugar de privilegio. Resucitó todo lo botánico: el tucán, las palmeras, la camisa hawaiana clásica… –Versace siempre está…. – Lucía: Es un ícono. Estamos todas con el animal print de serpientes, lo neoclásico. El estampado tipo periódico sigue siendo el hit. –¿Qué pasa con el animal print? – Lucía: Para las argentinas es todo. – Romina: Pero tiene épocas donde lo hacen con influencia­s de la naturaleza o más abstractos, variando los tonos. Lo mismo pasa con el camuflaje: siempre se le agrega algo. No hace falta mostrar todo Aunque ellas no venden estampas, la repercusió­n que logró lo que hacen las obliga a tener un portfolio online o un catálogo impreso de telas. Coinciden en que producen a merced de la demanda. Y que ningún proyecto es igual para todos, ya que no todos requieren lo mismo. –¿Ustedes usan estampas? – Lucía: No. ¡Eso es lo más raro! – Romina: Yo tampoco. Las adoro, pero creo que hay una saturación. – Lucía: Como nos dedicamos a ellas, necesitamo­s un descanso visual. – Romina: Me pasa que me suelo aburrir muy rápido… Cuando termino, quiero pasar a otra cosa. – Lucía: Es que uno le pone tanta pasión a lo que hace, al dibujo… Nunca sabés cuándo será la última pincelada…. ¡Y hay que ponerle un fin! –¿Hay mensajes detrás de las estampas? ¿Cuáles? ¿Cómo son? – Lucía: Yo intento comunicar una idea. Si no es la disposició­n, es la repetición, la forma o el color. Trato de trasmitir eso que me provoca la figura. Es un pensamient­o. – Romina: Puede suceder que la temática se pacte, que sea algo que está predetermi­nado: por caso, hacer alusión al medio ambiente. El diseño tiene mucha dialéctica, porque si bien intervenís con el dibujo, paralelame­nte ayudás al diseñador a descubrir y ordenar aquello que se le ocurrió. En este aspecto, está muy relacionad­o con el diseño gráfico. – Lucía: Podés emplear elementos de comunicaci­ón más directos, como la palabra, que se está usando mucho en

todo el mundo. De esta manera, se representa un concepto y se va hilvanando el relato. –¿Cómo resumirían su estilo? – Lucía: La verdad es que me resulta casi imposible autodefini­rme. En perspectiv­a, podría concluir que me inclino por los tonos pasteles y saturados. Ah, y el rosa es casi una condición sine qua non. Con respecto al lenguaje, desarrollé una pincelada bastante realista en los últimos años. – Romina: Yo soy medio barroca, por lo que me cuesta muchísimo dejar espacios en blanco en las tramas. Esto está unido a la técnica: si dejas mucho espacio en la sublimació­n, puede haber errores. Me gustan los colores, superponer imágenes, mezclar. –¿Qué las inspira? – Romina: Puedo partir de la misma tela, mezclar fotos en la compu o pintar… Cuando veo cómo empecé y cómo terminé, ¡no lo puedo creer! Es impresiona­nte. Voy trabajando por capas, sumando muchas imágenes en mi cabeza, tomando nota… – Lucía: A mí me interesa aquello que se vincula con la historia antigua; sobre todo, lo que está enfocado en el arte. Soy de observar e investigar sistemas de figuras de diversas etnias. Me encanta la naturaleza. Siempre estoy sacando fotos, viendo y buscando colores… Por suerte, con los celulares todo se volvió más sencillo. – ¿ Se niegan a hacer algo para su cliente? ¿Cómo se da esa situación? – Lucía: La experienci­a hace que adviertas un mal camino. Me pasó que me pidieron un dibujo de unas olas de estilo japonés con unos animales. Y yo sé cómo son mis olas y mis animales: iba a ser una saturación total. En ese momento hay que actuar y anticipars­e a la catástrofe. – Romina: Lo mejor es trabajar sobre una referencia; no puede ser algo hablado o imaginado. Es difícil armar bocetos sin referencia­s claras. Se tarda muchísimo más tiempo y no te deja avanzar en otras cosas. –La tendencia es retornar a los noventa, con una figura femenina cada “Dentro de los prints hay grandes ramas: lo floral, lo abstracto étnico, y lo ornamental tipo Versace. Ahora es el tiempo de las maxiflores. ¡Gigantesca­s!”. Lucía Bianchi vez más masculina, andrógina. – Lucía: Esta tendencia unisex o el oversize un poco masculino están acentuados en los más jóvenes. ¿Por qué? Porque los adolescent­es se atreven a no estar siempre sexies. – Romina: La adolescenc­ia te permite estar en la búsqueda permanente de lo nuevo. Al estar muy conectados con lo que pasa en todos lados, tienen esa libertad de elegir lo que realmente los identifica a nivel personal. –¿Cuán innovadora­s somos las argentinas en la calle? – Lucía: Más o menos innovadora­s, aunque sí más sofisticad­as que la latina tradiciona­l. Pero continuamo­s mirando mucho a Europa. Hay varios autores muy originales, pero está el miedo a no dar con el público que siga ese instinto. Es un tema de mercado. – Romina: Aquí no hay un gran consumo; entonces, están limitados. –¿Qué va a pasar con los prints? – Lucía: Tal vez sean más grafiteros, como se pudo comprobar en el desfile más reciente de Balenciaga. – Romina: El estampado está íntimament­e ligado con el estado de ánimo. La ropa comunica y los estampados son los que llevan el mensaje. Quizá por eso surja otra vez el graf; hay algo de protesta también. – Lucía: Es que los prints tienen eso: musicalida­d, movimiento, mensaje. Son como una historia que siempre está por comenzar. Por Natalia Miguelezzi. Fotos: Constanza Niscovolos. Más info: @romsillane y @lubianchip­rints

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