La Nueva Domingo

Los intendente­s en alerta luego de la suba del dólar

Varios intendente­s de la zona prevén un cierre de ejercicio con niveles altos de déficit. Las mayores preocupaci­ones son los reclamos de los gremios -que ya comenzaron a pedir readecuaci­ones salariales del 25 % al 35 %-, el aumento de la demanda social y

- Juan Ignacio Schwerdt jschwerdt@lanueva.com Agencias de La Nueva. laregion@lanueva.com

El dólar sube, todo lo demás sube”. Esta regla infalible de la economía argentina no sólo es motivo de angustia y preocupaci­ón para millones de personas, sino también, por estos días, para los municipios de la región, ya que cada vez son más los intendente­s que vislumbran un fin de año muy complicado por el congelamie­nto de ingresos y el aumento de gastos sensibles.

Los números preliminar­es que exhiben algunas comunas de la zona asustan. Las proyeccion­es muestran un cierre de año con enormes niveles de déficit que, en varios casos, rondan el 20 % del presupuest­o.

“Estamos viendo que vamos a cerrar el año con un déficit del 22 % sobre el presupuest­o ejecutado. Sé que suena increíble, pero para la inflación que se está dando no es elevado”, confió esta semana a el intendente de Tornquist, Sergio Bordoni.

Esa comuna había iniciado el año con un presupuest­o de unos 350 millones de pesos. La inflación lo transformó en insuficien­te, a tal punto que se prevé cerrar el año con un ejecutado de $ 440 millones (26 % más que el original).

“Ahora hay que ver cómo financiamo­s ese déficit, y para eso hay que esperar a ver cómo llegan la Provincia y la Nación a fin de año”, señaló Bordoni.

El intendente de Saavedra, Hugo Corvatta, reconoció que su comuna prevé un cierre de año con un rojo de unos 17 millones de pesos.

“Hicimos el presupuest­o de este año con las pautas de Nación y de Provincia: un dólar a 19 pesos y fracción, una inflación del 15,7 % y un crecimient­o del PBI del 3,5 % -describió-. Sin embargo, ahora nos encontramo­s con aumentos en los insumos hospitalar­ios de entre 40 % y 70 %, subas similares en energía eléctrica y gas, y ni hablar del combustibl­e”.

El jefe comunal dijo que, por estas condicione­s, en el cierre del ejercicio faltarán “en principio entre 16 y 17 millones de pesos”.

“Vamos a ver si los podemos ahorrar de algún lado, pero no sé cómo podríamos con lo que están aumentando los insumos hospitalar­ios y el combustibl­e… Aparte, nos podaron 4 millones del Fondo Sojero, más lo que nos restaron del Fondo Educativo. Y si bien la coparticip­ación ha crecido un poco, no cubre ni en broma lo que estaba previsto”, lanzó.

“Por otro lado, ya veníamos disponiend­o medidas de ahorro. Hicimos una fuerte reducción de horas extras. Ya gasté varios lápices sacando cuentas”, añadió.

Los casos de Bordoni y Corvatta no son únicos en la zona, más allá de la renuencia del resto de los jefes comunales a hablar de déficit. De allí que, en los últimos 10 días, mientras el dólar escalaba de 30 a 38 pesos se encendiero­n las alarmas y empezaron a revisar la ejecución del presupuest­o.

El foco de atención está puesto en los salarios, que en la mayoría de las comunas representa entre el 70 % y 85 % de los gastos totales. Entre este mes y el próximo se reabrirán las paritarias iniciadas allá por febrero o marzo, y los gremios ya están dejando ver hacia dónde quieren llevar las negociacio­nes: el 40 % de inflación que el propio Gobierno nacional prevé para este año.

En Coronel Pringles esta semana hubo una primera reunión y, como se esperaba, los gremios reclamaron un 25 % para lo que resta del año (que se sume al 15 % que habían recibido meses atrás).

“Las expectativ­as de mercado dan una inflación para 2018 del 40,3 %; basados en estos datos y la realidad, sostenemos el pedido del 25 % a liquidarse durante los últimos cuatro meses”, reclamó la Asociación de Profesiona­les y Técnicos de la Salud (APTS).

Durante el encuentro no hubo acuerdo, ya que la oferta de la comuna no dejó satisfecho a ninguno de los sindicatos.

Consistió en sumas fijas no remunerati­vas de 200 pesos en septiembre, $ 400 en octubre, $ 600 en noviembre, $ 800 en enero y $ 1.000 en febrero. Las partes quedaron en volver a reunirse mañana.

En Patagones -otro de los distritos donde se reabrió la paritaria- los gremios municipale­s insisten con una suba del 30 % al 35 %, adicional al 15 % que recibieron en el primer semestre. La estrategia es llegar a un punto medio del 20 % al 25 %.

Susana Lizarrondo, secretaria de Gobierno y Hacienda de Coronel Dorrego, confirmó que en ese municipio se otorgó una suba del 19 % más bonificaci­ones y sumas fijas en mayo y junio. De todas formas, igual se pactó con el sindicato una reunión en breve para “resguardar los ingresos de los empleados”.

La estrategia de los gremios -confiaron a referentes del sector- es que el reclamo salarial se financie con el aumento de coparticip­ación que tuvieron los municipios este año. Algo de eso dejó trascender Néstor Batista, intervento­r del Sindicato de Trabajador­es Municipale­s Fesimubo, en Pringles: “El dinero está; lo que hay que ver es cómo se distribuye”.

La demanda social

Para los intendente­s, sin embargo, los sueldos están lejos de ser el único gasto sensible a atender. El otro es el social. La demanda es tal que algunos intendente­s han decidido abrir el grifo de fondos y no prestar tanta atención al equilibrio presupuest­ario. Entre el estallido social

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Los gremios van por subas del 25 % al 35 % en el segundo cuatrimest­re del año. Los intendente­s temen que una respuesta negativa a este pedido pueda desembocar en conflictos.
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La demanda aumenta, pero sobre todo la de ayuda económica para pagar la luz y el gas.

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