¿Por qué el hijo mayor de Manu no quería que se retire?
Ginóbili contó ayer el curioso argumento de Nicola: “El pollo frito del estadio está buenísimo”, le dijo a su papá.
El proceso para definir el retiro le llevó un tiempo a Manu Ginóbili. Antes de sus vacaciones había tomado la decisión, sin anunciarla, claro, porque necesitaba confirmarlo una vez que regresara y se metiera nuevamente en el gimnasio.
“Se juntó todo; el tema de la familia empezaba a tirar cada vez más, el volver a la Argentina y pasar con mi gente también; pero me guardé un poco de tiempo para volver a esta cancha (la de práctica de los Spurs) y ver si me volvían ganas de agarrar esa pelota y empezar a prepararme físicamente”, contó Manu. “Y la verdad que cuando me metí ahí -agregó-, empecé a hacer gimnasio y agarré la pelota, no pasó nada; de hecho, me veía más lejos que antes mirando cómo se preparaban los chicos. Pero las tres fuerzas fueron similares: físico, mental y familia”.
La determinación de no continuar jugando fue respaldada por su mujer, Marianela Oroño, y dos de sus tres hijos.
"Cuando les preguntamos a los nenes si los emocionaba que papá no viajara tanto, que pudiéramos viajar a la Argentina, Nico dijo: 'Sí, sí, pero no quiero que te retires, pa...'. '¿En serio? ¿Por qué?' 'Porque el pollo frito del estadio de los Spurs está buenísimo'", contó el 20.
“Bueno, te lo compro en otro lado”, lo consoló Manu.
Entre tantos elogios tras su retiro, en una curiosa iniciativa el alcalde de San Antonio pronunció el 30 de agosto Día de Manu. Y en la ciudad, la mayoría se sumó mostrando algo identificatorio al bahiense.
“Cuando fui a la escuela y vi a todos los profesores con mi camiseta fue algo muy loco, inesperado, pero una linda caricia”, admitió.
Con su salida del equipo y, paralelamente la de Parker (emigró a Charlotte), los Spurs perdieron a su histórico tridente.
“En lugar de hablar tanto de lo que se perdió, sería mejor decir lo que pudo mantenerse tanto tiempo: Danny Green estuvo 10 años; Matt Bonner, 10; Tim, 20; Tony (Parker), 16; Michael Finley en su momento, Brent Barry, Bruce Bowen; yo, 16... No sucede tanto en la NBA. Por eso, lo nuestro fue más una excepción, que la regla. Acá tuvimos algo mágico, algo muy único y lo valoro muchísimo. Esa continuidad hace que uno se sienta muy cómodo viniendo acá día a día, y eso lo hizo muy especial. Me pasó algo muy similar en la Selección argentina. Fui muy afortunado de tener estos dos grupos”, destacó.
“En lugar de hablar tanto de lo que se perdió (en los Spurs), sería mejor decir lo que pudo mantenerse tanto tiempo”, opinó Manu.