“No soy de demostrar mucho, pero casi me largo a llorar”
Fausto Ruesga no se olvidará jamás de Buenos Aires 2018, evento en el que logró dos medallas de oro. "Dimos todo por la camiseta, por nosotros y por nuestras familias", sostuvo.
Solo tres argentinos tienen el placer de haber ganado dos medallas de oro en Juegos Olímpicos; pero solo uno lo hizo en el mismo año. El polista Juan Nelson (en París 1924 y Berlín 1936), el futbolista Javier Mascherano (Atenas 2004 y Beijing 2008) y el basquetbolista bahiense Fausto Ruesga (en su versión para atletas de 15 a 18 años, en Buenos Aires 2018).
"Desde que llegamos al CeNARD que nos propusimos ir por la de oro. Se armó un grupo muy lindo, jugamos bien al básquet, nos pasamos la pelota y, sobre todo, en defensa, entendimos lo que había que hacer. Haber pasado la fase de grupos como lo hicimos fue alentador, porque se habló mucho de que era la zona de la muerte. Jugamos como sabemos y dimos todo por la gente que nos fue a alentar, por la camiseta, por nosotros y por nuestras faNueva. milias", le contó a La el alero formado en Olimpo. La Selección solo cayó con Estados Unidos antes de vencer a Bélgica, el otro candidato, en la definición.
"Ucrania fue muy duro, estuvimos abajo casi todo el partido. Nos enfocamos en la defensa y entre Giordano y De la Fuente hicieron un par de buenas jugadas con las que levantamos el partido. Y a la final llegamos los dos equipos más poderosos, jugamos muy bien desde el arranque. Teníamos algunos dolores antes de entrar a la cancha, pero una vez que empezó el partido te olvidás de todo y lo único que querés es meter más puntos que tu rival", sintetizó.
En el medio, a Fausto le tocó representar a la Argentina en el torneo de volcadas. Y vaya si lo hizo bien.
"La primera volcada la hice a los 14 años y a partir de ahí empecé a probar distintas variantes. Me gusta practicarlas. A participar fui con cuatro pensadas, pero fueron muchas más así que improvisamos con los chicos. Sentí una felicidad inmensa. No soy de demostrar mucho las cosas, pero casi me largo a llorar. Conseguir esa medalla, en un Juego Olímpico, en mi país, con el apoyo de la gente, que llenó la cancha y se hizo sentir, fue tremendo", expresó.
El torneo tuvo una perlita: ni él, ni Sofía Acevedo (bronce en el concurso de triples), sabían que se entregaban medallas. "Pensé que era por un diploma o que te regalaban una pelota o una remera -señaló-. Una medalla era demasiado (risas)". Hubo más... El último día, Ruesga se levantó y recibió una noticia: "Me avisaron mientras está- bamos desayunando que iba a entregar la bandera olímpica a Senegal. Lo viví con una mezcla de emoción y de nervios, porque no pude ensayar y no sabía cómo pasar la bandera. Me paralicé, no sabía qué hacer", recordó.
Inolvidable.