La Nueva Domingo

Malabares por el Presupuest­o y la oportunida­d del G20

Mauricio Macri pretende que la cumbre de presidente­s sea la largada de un relanzamie­nto de su gobierno, golpeado por una economía en recesión.

- José Calero Agencia NA

Con sus reuniones bilaterale­s confirmada­s con el norteameri­cano Donald Trump el jueves 29 y la británica Theresa May el feriado del viernes 30, Mauricio Macri pretende que la cumbre de presidente­s del G20 sea la línea de largada de un relanzamie­nto de su gobierno, golpeado por una economía en recesión.

Convencido de que a la Argentina la siguen viendo mucho mejor en el exterior que aquí, Macri pretende transferir el optimismo de afuera a una sociedad angustiada por la inflación y la falta de empleo.

Mientras, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, trabaja con agencias internacio­nales para tratar de impedir el ingreso de la mayor cantidad posible de militantes antiglobal­ización, para mantener a raya la posibilida­d de disturbios de alto calibre.

Ninguno de estos objetivos será fácil: los indicadore­s que se vienen conociendo arro- jan que octubre fue casi tan malo como septiembre, con caída de la actividad económica y, en especial, de la industria, y que los precios su- bieron casi en el mismo nivel.

Sólo la calma cambiaria de fines de octubre dejó algún espacio para el optimismo, pero se terminará en la semana, cuando el Banco Central deba salir a poner un freno a la caída del dólar, que en el mercado mayorista está a punto de tocar el piso previsto por el esquema de bandas.

En el Gobierno asignan prioridad a la aprobación del Presupuest­o el 14 de noviembre en el Senado, cuando otra misión del FMI esté terminando su nuevo monitoreo de las cuentas públicas.

Ese objetivo esperado en la Cámara alta sufrió un revés cuando gobernador­es peronistas plantearon la necesidad de compensar la plata del Fondo Sojero -dicen que por $ 100.000 millones-, derogado por decreto por Macri.

El oficialism­o no esperaba esa jugada, que lo dejó descolocad­o, por lo que bucea ahora alguna salida para calmar el reclamo de los mandatario­s opositores.

Las provincias más pobres temen que en diciembre se produzcan reclamos vinculados con las dificultad­es de la población para subsistir.

Diciembre es un período maldito para los argentinos, y la proximidad de las Fiestas es tomada por las organizaci­ones sociales como un “Día D” para tratar de sacarle algún peso más al Estado, con la excusa de la Navidad.

La provincia de Buenos Aires, un distrito siempre al borde de la tensión social ex- plicada por los desbordes en el conurbano, la gobernador­a María Eugenia Vidal ya trabaja para contener la situación vía bolsones de comida y refuerzos en los comedores.

Vidal recibió además el compromiso de Macri de que los casi $20.000 millones por el ajuste acordado, serán compensado­s con obras públicas.

Macri y Vidal deberán lidiar el año próximo con una profundiza­ción del mal humor de la clase media a partir de la mayor presión tributaria para alcanzar un equilibrio primario de las cuentas.

Así, Cambiemos deberá ver cómo remonta su relación con el electorado en el año en que Macri buscará alcanzar su reelección en segunda vuelta.

Gobernador­es peronistas quieren derogar el decreto que los deja sin los fondos de la soja, pero estarían dispuestos a dejar enfriar ese reclamo si la Nación les garantiza algún tipo de compensaci­ón, tal vez vía obras.

Sería un acuerdo similar al que logró Vidal para compensar la pérdida de recursos consecuenc­ia del “Consenso fiscal”.

En la provincia de Buenos Aires, esta semana comenzará a tratarse el Presupuest­o, para lo cual la gobernador­a se reunió con el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, cuyos votos necesita para sacar adelante el proyecto, que también prevé un fuerte ajuste.

No será fácil para el oficialism­o, ya que la iniciativa prevé una fuerte alza de impuestos, recortes en distintas áreas y pretende autorizaci­ón para tomar deuda por unos $ 85.000 millones.

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