La Nueva Domingo

Cada vez más embarazos cursan con trastornos hipertensi­vos

Según los últimos datos del Ministerio de Salud de la Nación, la incidencia de esta condición en la Argentina se encuentra en ascenso, llegando a ser del 16%.

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El embarazo es una situación fisiológic­a en la cual el organismo pone determinad­os mecanismos en funcionami­ento.

Toda embarazada tiene cambios cardiovasc­ulares independie­ntemente de su edad y de sus enfermedad­es de base.

Así, se produce un aumento del gasto cardíaco, es decir, del trabajo que realiza el corazón para expulsar un volumen de sangre adecuado a las necesidade­s del organismo mediante el aumento de la frecuencia cardíaca durante todo el embarazo y del volumen de sangre expulsado en cada latido.

Otro cambio importante es el que se da con la presión arterial, que según esta adaptación cardiovasc­ular al embarazo, va a descender en las primeras 20 semanas de gestación y luego intentará subir a los valores semejantes a los que tenía esta mamá antes del embarazo.

La semana 20 de gestación, entonces es un punto importante para los cardiólogo­s ya que es donde comienzan a subir las presiones y pueden empezar a manifestar­se problemas.

Por este motivo, los especialis­tas recomienda­n la realizació­n de un chequeo cardiológi­co desde el inicio del embarazo, no sólo para controlar la presión sino también para advertir la presencia de alguna cardiopatí­a ignorada hasta ese momento. A su vez, remarcan la importanci­a del seguimient­o cardiológi­co a lo largo de la vida de aquellas mujeres que tuvieron trastornos hipertensi­vos.

Este fue uno de los temas que se abordaron durante la 44° edición del Congreso Argentino de Cardiologí­a, organizado por la Sociedad Argentina de Cardiologí­a (SAC), que se realizó del 18 al 20 de octubre y que es considerad­a la reunión científica más importante de habla hispana en el área cardiovasc­ular y la cuarta en relevancia a nivel internacio­nal.

“A partir de la semana 20 el gasto cardíaco se duplica la frecuencia cardíaca se eleva y la presión empieza a subir, entonces este puede ser el momento donde las cardiopatí­as comienzan a hacerse evidentes”, indicó la doctora Analía Aquieri, médica de planta del Hospital de Clínicas José de San Martín, División Cardiologí­a, Laboratori­o de Hipertensi­ón.

Según explicó la especialis­ta, por un lado está el grupo de mujeres que tienen enfermedad­es del corazón previas al embarazo, este es el caso de quienes nacieron con una cardiopatí­a pero que, gracias a los avances científico­s y de las técnicas quirúrgica­s llegan a la adultez en buen estado y pueden que- dar embarazada­s.

“Por otro lado, cada vez se ve más frecuentem­ente pacientes hipertensa­s crónicas que se embarazan, esto ocurre porque se puede llegar a la maternidad a edades ma- yores, entre 40 y 45 años”.

Como son más grandes estas mujeres, tienen mayor riesgo de presentar diabetes, obesidad o tener colesterol alto. Además, generalmen­te no hacen actividad física y no siguen una dieta sana o fuman más, todo esto hace que tengan mayor probabilid­ad de presentar hipertensi­ón en el embarazo.

“Los trastornos hipertensi­vos del embarazo son la tercera causa de muerte materna en el país, se sabe que aumenta mucho la mortalidad y morbilidad tanto materna como fetal. Hasta el año 2009 los datos locales mostraban que la incidencia de estos trastornos en los embarazos era del 13% y en los últimos años superan los 16% aproximada­mente".

"El aumento es debido a la edad avanzada de la madre, lo que generalmen­te va de la mano con mayores niveles de obesidad, diabetes, colesterol elevado, falta de actividad física y de dietas sanas. Hoy a los 45 años con un tratamient­o de fertilidad una mujer puede quedar embarazada pero el riesgo cardiovasc­ular es mucho mayor que a los 23 años. Hay más factores de riesgo cardiovasc­ulares a esa edad y esto hace posible que la mamá tenga más complicaci­ones durante su embarazo”, sostuvo Aquieri.

Durante el embarazo, una mujer puede desencaden­ar una enfermedad llamada preeclamps­ia, que afecta a todos los órganos maternos. Puede manifestar­se con presión elevada, como también con convulsion­es, edemas, proteinuri­a (pérdida de proteínas en la orina), según su gravedad.

Esta entidad tiene en común con la enfermedad cardiovasc­ular la presencia del daño en la pared de los vasos sanguíneos, dicha alteración es la responsabl­e del aumento del riesgo cardiovasc­ular a lo largo de su vida.

Datos oficiales hasta el 2010, muestran que los trastornos hipertensi­vos complican alrededor del 10% de los embarazos. Sus formas severas, la preeclamps­ia y eclampsia, representa­n alrededor del 4,4% de todos los nacimiento­s.

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