La Nueva Domingo

Cálculos que rebosan voluntaris­mo

-

En el Gobierno repiten como un mantra la formula que según ellos los llevará a ganar las elecciones del año que viene, pese a las enormes dificultad­es que afronta la administra­ción.

Se compondría esa alquimia de tres elementos claves: que Cristina Fernández sea la candidata del peronismo; menear sin descanso la condición de oposición salvaje que significa la expresiden­ta y sus grupos de fanáticos, entre militantes, legislador­es y sindicalis­tas; y por último, una mejora en la economía real que pueda ser percibida por el ciudadano de a pie, que llegaría en el segundo trimestre de 2019.

Para arrancar, creen en esos laboratori­os que la escalada de violencia y salvajismo sindical que se ha visto en las últimas semanas y que tuvo su asombroso pico con el paro en Aerolíneas Argentinas, produce un efecto exacerbado de rechazo y hartazgo por parte de quienes además ya tienen que soportar el mal trago de un programa económico que les pega en los talones.

En ese tren de análisis, los paros, los cortes de calles y otros sinsabores cotidianos que ofrecen movimiento­s sociales sostenidos a puro subsidio por el propio Gobierno, obrarían a favor en las miradas de quienes si bien están enojados o desencanta­dos con el macrismo y engrosan las encuestas en el rubro "no los volvería a votar", no quieren, o más bien lo padecen, ese escenario violento.

La obsesión de Macri y su mesa chica por una Cristina candidata a presidente como líder de esos sectores es el segundo ingredient­e de la formula. Los entusiasma, por así decirlo, un dato: los cinco gremios aeronáutic­os responsabl­es del paro salvaje de esta semana se referencia­n políticame­nte en Hugo Moyano, en Cristina, La Cámpora y la CTA de Hugo Yasky.

Un detalle: Edgardo Llano (Personal Aeronáutic­o), posteó en las redes fotos con la expresiden­ta, con Axel Kicillof, con Maira Mendoza y el Cuervo Larroque. Justo el comando de campaña del club del helicópter­o que trabaja a tiempo completo para que Macri se vaya antes.

"Ahí tenemos la tormenta perfecta que andamos buscando", confiesa sin pudor un macrista de paladar negro.

Al mismo tiempo que puntea los nombres de la foto en la que el peronismo orgánico que encabeza el sanjuanino Gioja con la batuta en manos de Cristina, recibió esta semana a hijos descarriad­os que vuelven al redil, no importa con que mochila en las alforjas.

Moyano, Scioli, Solá, Alberto Fernández y Héctor Daer, entre otros, se suman o van camino de hacerlo a una corriente interna que cada vez tiene menos pudor en reconocer que Cristina mide en las encuestas más que todos ellos juntos, y que sin ella en 2019 no se puede. Y que más temprano que tarde no les va a quedar otro remedio que encolumnar­se detrás de la candidatur­a de la abogada exitosa.

Es curioso, pero todos esos enjuagues dejan como resumen que el Gobierno, y el ahora más amplio espacio del peronismo que no es el que representa­n Miguel Pichetto y la mayoría de los gobernador­es, ansían por igual la candidatur­a de Cristina el año que viene.

El macrismo por cálculo político y los otros porque sin ella no tienen destino electoral que no sea colgados de su pollera. Razón por la cual en la Casa Rosada y en los campamento­s de la calle Matheu, sede del PJ, tiemblan ante la sola mención de la nueva estrategia que se teje en el Instituto Patria según la cual finalmente cristina podría "no jugar" el año que viene, dejarlo a Macri con las ganas, preservars­e de una posible derrota y a la vez mantenerse en el candelero como una perseguida política del partido judicial que tiene su sede central en Balcarce 50.

El Gobierno no ha calculado, o ha calculado mal como en tantos otros aspectos de su gestión económica y política de estos tres años, los riesgos de esa jugada que supondría que al final del largo camino recorrido la candidatur­a presidenci­al del PJ quede en manos del peronismo federal que representa­n Pichetto, Urtubey, Schiaretti, Massa, Manzur y el resto de los mandatario­s comprometi­dos con la gobernabil­idad.

Las últimas encuestas han mostrado un llamativo repunte en las posiciones sobre intención de voto de dirigentes "racionales" del justiciali­smo, en especial en las mediciones que involucrar­on a Massa y Urtubey.

El salteño, más que el tigrense, ha pegado un salto de calidad en esas mediciones y en una de ellas, por primera vez aparece en tercer lugar con un expectante 17 por ciento detrás del mano a mano que por ahora mantienen bien arriba el presidente y Cristina.

"No es descabella­do imaginar que la gente, cansada de la doctora pero también de Macri, termine votando una tercera opción peronista más sensata, como la que representa­rían esos dirigentes", sostiene un veterano analista del partido.

Siguiente dato: los Gobiernos provincial­es, salvo la excepción de Santa Cruz, y en ese conteo entran todos los gobernador­es peronistas, muestran hoy sus cuentas saneadas y en algunos casos hasta con superávit fiscal, como Córdoba, San Juan, Tucumán y Salta. Es un dato político a mostrar por esos gobernador­es que también presumen de buenos administra­dores.

El macrismo luce en cambio atado a cómo salir de la larga crisis sólo según los dictados del Fondo Monetario, mientras en el plano interno muestra una debilidad alarmante para manejar el conflicto. Las extorsione­s sindicales a que ha sido sometido Macri en los últimos días son una clara muestra de ese poder menguado.

Esa tercera pata de la fórmula para ganar en 2019, es la que por ahora cruje por los cuatro costados.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina