Pensamiento transversal e interconexión
El padre Dionisio señaló que en la actualidad, una persona está acostumbrada a tener un sacerdote que se encargue de su fe, un médico que vela por su salud y un psicólogo que atiende su mente.
“Tenemos muy bien separados los conocimientos y discursos de cada uno, por lo cual muchas veces nuestra vida sufre de desconexión y nos cuesta ver todo junto. Es fundamental que estén interconectados -asegura-. Hay que pensar todo esto en forma transversal”.
En la autoconciencia cristiana oriental, la fe es una práctica, una forma de vivir, de comprender y usar el espacio.
“Por ejemplo, un cristiano oriental ora hacia el oriente, hacia la salida del sol, porque Cristo dijo que iba a volver por ahí. Hay una comprensión espacial de la oración, que también se expresa por distintos movimientos: por ejemplo, la señal de la cruz se hace de otra manera. Hay distintos modos de postración, de inclinación y de participación del cuerpo dentro de la oración. Existe la oración mental, pero fundamentalmente hay una participación del cuerpo, de psiquis y espíritu”, explica.
Algo similar ocurre con la alimentación, en cuanto a nutrir el ser propio en la vida de la fe. En cuanto a la medicina, el mismo ritual incluye las distintas facetas de la naturaleza para que puedan alabar a Dios.
“Hay una comprensión de la familia para vivir la fe como tal, y que está conectada en la forma que comen o se visten. Hay una manera que integra todas las áreas. Es una manera menos disociada de vivir la fe”, cuenta Sergio.
Para él, en el día de hoy hay “una búsqueda sedienta de armonía” por parte del hombre, debido a la angustia, el respirar un aire que no es seguro o convivir con el fraccionamiento de las familias.
“¿Cuántas personas practicaban la fe cristiana en su ámbito, y a medida que el mundo se ha vuelto más espasmódico tienen una necesidad visceral de esa armonía? Entonces, muchos terminan en prácticas orientales, pero paganas; y otros hasta cambiaron su lenguaje religioso, pasando de hablar de pecado o de perdón, a hablar de karma o nirvana”, dice.
“La gente está aturdida de división; todo es lucha por dinero o bienestar. Son pocas las alternativas que se ofrecen, y esa angustia lleva a una gran búsqueda que no siempre está bien dirigida. Lo nuestro es una propuesta para vivir la fe, y que integra a toda la persona”, agrega.