La Nueva Domingo

El sueño de Cárdenas, a un paso de morir

Hace 5 años le confirmaro­n que sería empleado judicial como esperaba desde hacía 25. Nunca se efectivizó.

- Sergio Prieta sprieta@lanueva.com

Eduardo “el Chango” Cárdenas todavía espera, a pesar de que su espera lleva más de 30 años.

Usa la misma campera y corbata de hace 5 años atrás, cuando le contó su increíble historia a “La Nueva”. Desde 1987 aguardaba ser designado por la Justicia para ocupar un puesto de trabajo en el Palacio de Tribunales.

Ese mismo año aprobó el examen de ingreso con una nota de 8 sobre 10.

Mientras tanto --aún hoy- sobrevivía haciendo cadetería y pagándole los impuestos a quienes trabajan en la primera cuadra de Estomba, es decir, sus propios compañeros.

“Sigo esperando como siempre, pero no quiero hacer lío”, contesta el Chango cada vez que se le preguntan los motivos por los que aún no trabaja formalment­e en Tribunales.

Semanas después de dar a conocer públicamen­te su historia, el 9 de junio de 2013, el entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia Bonaerense, Héctor Negri, tuvo en sus manos la nota Nueva.” publicada en “La ¿En serio lleva 26 años esperando?, dijo sorprendid­o.

A partir de ese momento asumió el compromiso de darle una solución y cumplió. Días después y con un decreto impulsó la incorporac­ión, aunque el trámite quedó cajoneado.

Desde la Asociación Judicial Bonaerense, el sindicato que pelea y reclama junto al Chango, explicaron que a ese trámite solo le faltó la firma de uno de los siete ministros de la corte, Luis Esteban Genoud.

“Sabemos que hace poco hubo algún movimiento en ese expediente pero desconocem­os de qué se trató. Seguimos acompañand­o a Eduardo en todo lo que podemos junto con la Defensoría del Pueblo y reclamando soluciones”, contó el titular del gremio, Flavio Meles.

Como si la historia no fuera complicada, el Chango ya cumplió 63 años y está en edad de jubilarse. Los judiciales pasan a retiro a los 60.

“Es una situación muy difícil pero de todas maneras vamos a seguir dándole apoyo y evaluaremo­s un pedido de resarcimie­nto por todos estos años de discrimina­ción”, agregó Meles.

El “Chango” sufre una hemiplejia de nacimiento que le dificulta su movilidad. Nació en una familia de escasos recursos y no pudo estudiar abogacía en la universida­d, como le hubiese gustado. Sin embargo leyendo La

Nueva Provincia en 1987 supo que había un concurso de ingreso al Poder Judicial y no dudó en presentars­e.

“Quizás nunca sea abogado, pero puedo trabajar en Tribunales”, imaginó en ese momento. Después aprobó los exámenes de ingreso y esperó en silencio el llamado.

En 2001 envió 57 cartas a los diferentes juzgados, dependenci­as oficiales y al sindicato contando que aún esperaba cumplir su sueño.

En ellas hizo mención a la ley 22.431, que establece que las dependenci­as estatales deben incorporar en su planta de trabajador­es un tope del 4% de personal discapacit­ado que demuestre idoneidad para el puesto que pretende.

Luego se instaló en uno de los bancos de ingreso al palacio de Estomba 34 y su caso se hizo más conocido.

 ?? ARCHIVO LA NUEVA. ?? Hoy, a 31 años de aquel examen, el “Chango” Cárdenas aún sueña en conseguir el trabajo.
ARCHIVO LA NUEVA. Hoy, a 31 años de aquel examen, el “Chango” Cárdenas aún sueña en conseguir el trabajo.

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