Maximiliano Chambi, el primer bahiense del milenio, vuelve a sus raíces
Maximiliano Chambi nació el 1 de enero de 2001 en el Hospital Penna y vivió toda su vida en Pedro Luro. Terminó el secundario sin llevarse nunca una materia y estudiará Arquitectura en la Universidad Nacional del Sur.
El bebé tenía que nacer a fines de enero. Pero como las cosas pasan cuando tienen que pasar, Laura Castro canceló la cena del 31 de diciembre por razones de fuerza mayor, se subió junto a su madre en Pedro Luro a una ambulancia y, exactamente a la medianoche, entró a una Bahía Blanca estruendosa e iluminada por los fuegos artificiales.
Media hora después, en la maternidad del Hospital Penna escuchó el llanto de Maximiliano, su primer hijo y el primer bebé bahiense del siglo XXI y del tercer milenio.
A tener en cuenta: el siglo XX terminó el 31 de diciembre de 2000 y el siglo XXI empezó el 1 de enero de 2001.
“De muy chico no sabía ni entendía lo que significaba haber nacido en esa fecha, cuando tenía 7 años me empezaron a mostrar la tapa del diario en la que salí. No me genera nada especial haber nacido en esa fecha, mi cumpleaños siempre estuvo superpuesto con el Año Nuevo y me acostumbré a pasarlo en familia, a la que siempre fui muy apegado”, contó Maximiliano Chambi, quien este martes alcanzará la mayoría de edad.
Su familia está compuesta por su mamá Laura, su papá Ariel, y sus hermanos Kevin (16) y Benjamín (6). Vivió toda su vida en Pedro Luro, fue al colegio Madre Mazzarello en la primaria y al Instituto Don Bosco en la secundaria, de la que acaba de egresar.
“En 2019 voy a estudiar Arquitectura en Bahía, estaba entre esa e Ingeniería Civil, pero me terminé inclinando por Arquitectura porque no incluye solo lo exacto, sino también lo social, lo urbano, lo relacionado a las humanidades, que de hecho es la orientación que seguí en la secundaria”, contó el alumno que nunca se llevó una materia.
El primer bahiense del siglo –ese 1 de enero nacieron 9 bebés entre el Penna y el Privado del Sur-- sostiene que le gusta bastante su pueblo
“Arquitectura no solo incluye lo exacto, sino también lo social, lo urbano, lo relacionado con las humanidades, que es la orientación que seguí en la secundaria”.
--algunas cosas no tanto-- y augura que dentro de unos años será más lindo aún.
Con respecto a Bahía, ciudad en la que viven una tía y algunos tíos abuelos, dijo que últimamente viene con mucha frecuencia por las cuestiones del ingreso a la UNS y por la búsqueda de un departamento donde vivir.
“Lo que más me gusta es el ambiente de ciudad, creo que me voy a adaptar muy bien”, vaticinó.
No le llaman la atención los deportes, se declara más adepto a las series y a la lec- tura, y consultado por su generación, la “posmilenial”, a la que tanto se le achaca su estrecho vínculo con la tecnología, Maxi la considera “muy abierta mentalmente, gracias a la cantidad de información que fluye en Internet. Puede ser un arma de doble filo, porque además de ser la puerta del saber también nos genera extensos momentos de ocio que nos pueden perjudicar”.
“Somos una generación más entusiasmada por el conocimiento, no tanto por el saber en sí, sino por las ganas de aplicarlo y de relacionarlo con otros saberes”, añadió.
Los otros bebés bahienses que nacieron aquel día fueron Adrián, hijo de Ana Ivala; Ludmila, hija de Silvana Arosteguichar; Marco, hijo de Patricia Aguilar; Néstor Nicolás, hijo de Luciana Carrasco; María Luz, hija de Claudia Milesi; y Abril, hija de Griselda Domínguez, todos ellos en el Penna.
También, pero en el Privado del Sur, Rocío Ehulech, hija de Alberto y Graciela Alfaro; y Rodrigo, hijo de Eugenia Cárdenas.