Kevin Johansen: “Los músicos de las nuevas generaciones son más abiertos”
El cantautor argentino-estadounidense Kevin Johansen, despidió sus discos “Mis Américas” con un concierto en el Luna Park y elogió a la nueva generación de músicos argentinos porque consideró que “están muy abiertas a mezclar estilos y ritmos y no tienen los prejuicios de nuestra generación”.
Luego de editar un álbum doble, Johansen consiguió nominaciones a los Grammy, los Gardel y una muy buena recepción para estos dos discos, y ya se encuentra trabajando en su sucesor.
—¿Cómo será el nuevo disco, más new wave, punk o rockero?
—No necesariamente. Hay un tema dedicado al dueño de CBGBs que se llama “New York Without You” y es una balada casi sinatresca. Es la balada matadora nostálgica con cuerdas. Y con Hilly Kristal me pasó una cosa muy loca, porque fue como mi mentor tormentor, como le decía yo cariñosamente, en los años 90 en Nueva York. Me agarró con 26 años como un pibe un poco dubitativo respecto a su esencia, medio gringo y medio argentino y perdido. Estaba buscando la brújula, buscando el compás, y él me ayudó mucho a relajarme con lo de mezclar los dos mundos. De ahí salían temas como “Guacamole”, que es como una suerte de cadáver exquisito sin sentido que me sirvió mucho como puente a reconocer a la esencia de esa mezcla de dos idiomas y dos culturas. Esa canción “New York Without You” agradece
Luego de editar un álbum doble, Johansen consiguió nominaciones a los Grammy, los Gardel y una muy buena recepción para estos dos discos.
un poco a Hilly Kristal. Él se alegró mucho, vio la evolución en 10 años del 93 al 2003 de este pibe que la estaba empezando a encontrar. Cuando fui una vuelta en 2006 pasé por CBGBs, todavía estaba abierto y estaba su mano derecha, que se llama Louis, y me dijo que estaba en el hospital haciéndose unos chequeos pero que estaba bien. Me pasó un teléfono y lo perdí y no pude llamarlo, y al año siguiente un amigo me llamó acá en Buenos Aires y me dijo que había fallecido. Me agarró una suerte de tristeza y de bronca de no haber podido despedirme.
—¿Cómo se siente cuando ve que artistas como Vives, Mon Laferte, Lila Downs o Soledad Pastorutti instalan fuertemente la fusión de folclore de cada país de la región, algo que vos ya hacías?
-Lo siento como una suerte no te digo de reconocimiento, pero sí es una cosa orgánica que surgió y era eso. Siempre tenía el karma de que no sabían en qué batea ponerme, si en rock, canción, folk o pop. Yo les decía “sí, en ese orden” (risas). Yo en casa tenía folklore, tenía jazz, tenía chanson francesa, tenía música caribeña y obviamente todo el amalgama del boom de música latinoamericana de la época. Mi vieja era re psicobolche, así que tenía Quilapayún, Los Jaivas, Victor Jara, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Zitarrosa y etcétera. Creo que todo eso me marcó muchísimo. Un “desgenerado” —¿Qué tipo de folklore?
—Era desde una milonga a una zamba, cosas propias. Siempre canciones mías y estaban buenas, pero no vieron la luz, no era el momento. Seguramente yo estaba verde también, así como estaba verde para el pop, estaba verde para el folclore. Pero bueno, yo siempre acuñé el término desgenerado respecto al género. En España cuando empecé a ir en 2002 los españoles se volvían locos con qué género era y yo me rascaba la cabeza. Por suerte después me salió lo de desgenerado y después Drexler también dijo eso, un montón de amigos fueron por esa tangente. Ahí creo que se acomodó y uno no es el raro que pensaba.