Impulsan un plan integral que tiende a optimizar la movilidad urbana
Los concejales Paola Ariente, Pablo Rosenfelt y Marcelo Feliú (PJ-Cumplir) presentaron una iniciativa para que se analice en el Deliberante, que se basa en usar menos el auto y promover la movilidad no motorizada.
Con el objetivo de aportar soluciones concretas al caudaloso y complicado tránsito bahiense, los concejales Paola Ariente, Pablo Rosenfelt y Marcelo Feliú (PJ-Cumplir) presentaron un proyecto para implementar un Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable.
La idea es buscar alternativas para la reducción del uso del automóvil, evaluar el funcionamiento del sistema de transporte e incluso crear una comisión encargada de elaborar un “pacto de movilidad” que permita lograr consensos entre profesionales en la materia, vecinos, el Deliberante y el Municipio.
“La movilidad es un elemento básico para mejorar la calidad de vida. El sistema de transporte debería ser visto como el motor que a Bahía cada día. Ya no se trata sólo de dejar de poner al automóvil en un rol central, sino de empezar a enfocar el eje en el acceso a los bienes y servicios, explicó Ariente.
Entre los fundamentos de la propuesta, se incluyen la necesidad de que la ciudad logre definir un plan para abordar el problema a conciencia de que las acciones que se realicen impactarán “de múltiples maneras”, tanto en aspectos urbanos como en los usos y costumbres.
“Todos nos damos cuenta que hay que hacer algo con el tránsito del centro y la congestión vehicular, las emisiones sonoras y contaminantes de aire. Un reordenamiento implica repensar temas como estacionamiento y convivencia entre modos motorizados y no motorizados de transporte, públicos y privados y colectivos e individuales”, detalló.
La argumentación del proyecto también menciona las bicisendas y valora la jerarquización que se le dio a ese medio de transporte no motorizado, aunque se asegura que no se ha podido aún convencer a los bahienses para que hagan un uso masivo de las mismas.
“No se trata de poner bicisendas y, más allá de las atendibles críticas y observaciones que se hicieron, como vemos que no pasan bicicletas las sacamos y volvemos a lo que había, si no de estudiar la cuestión con seriedad hasta encontrar la forma de extender los beneficios a la mayor parte de la comunidad”, consideró.
Los últimos datos de los registros de automotores indican que hay en Bahía Blanca 180 mil automóviles y 50 mil motocicletas.
“Esto supone una densidad vehicular de 616 automóviles cada mil habitantes, cuando el promedio nacional llega a 286. Nuestra ciudad está un 215 por ciento por encima de la media argentina”, dijo Ariente.
Varios relevamientos han indicado que Bahía tiene 12.347 cuadras, de las cuales el 25 por ciento están pavimentadas con asfalto (un 25 por ciento), 1321 con hormigón (11 por ciento), 289 con otros materiales, como por ejemplo articulados (apenas un 2 por ciento) y hay 7598 calles de tierra, lo que constituye un estremecedor 62 por ciento del total.
“Tenemos uno de los porcentajes de calles de tierra más altos de la región, y si lo combinamos con tan alta tasa de motorización, tenemos como consecuencia una sobreuso de las calles pavimentadas y un detrimento de su calidad operativa y su durabilidad”. “La correcta señalización no significaría una erogación importante. Vecinos de esos sectores han manifestado que la falta de señalización provoca confusiones entre quienes caminan y quienes andan en bicicleta. Hace un tiempo se hizo una señalización vertical en algunos puntos, con carteles, pero los mismos se fueron perdiendo”, señaló Schieda.