UNS: aniversario durante el receso
Fue Bahía Blanca la primera ciudad no capital del interior de la Argentina en contar con una universidad nacional.
EN EL receso de verano, cuando sus espacios se mantienen cerrados, las aulas vacías y el movimiento de los estudiantes ausente, la Universidad Nacional del Sur celebra su aniversario fundacional.
EL 5
de enero de 1956, el presidente de facto, Pedro Eugenio Aramburu, firmó el decreto fundacional, sobre la base del Instituto Tecnológico del Sur (ITS), el cual, en una jugada política de alto riesgo, había cerrado sus puertas en octubre de 1955, después de siete años de funcionamiento, para presionar al gobierno.
FUE BAHÍA
Blanca la primera ciudad no capital del interior en contar con una Universidad Nacional, un logro que tuvo como principal sostén y motivador a la ciudadanía, que jamás dejó de manifestarse a favor de contar con esa casa de estudios universitarios en nuestro medio.
LOS PRIMEROS
intentos datan de la década del 20, con legisladores locales presentando proyectos, con las fuerzas vivas uniendo fuerzas y solicitando audiencias con presidentes y ministros.
LA CREACIÓN,
en 1948, del ITS, dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, fue clave en esa lucha.
DOS MESES
después del derrocamiento del presidente Juan Domingo Perón por parte de la autodenominada Revolución Libertadora, llegó a nuestra ciudad el presidente Aramburu, quien en un momento de esparcimiento asistió a tomar un copetín a la planta alta de La Central Faiazzo, en calle Alsina, frente a la Plaza Rivadavia.
APENAS SE
supo de esa presencia, miles de bahienses se reunieron en la calle y al grito de “universidad universidad” obligaron a Aramburu a asomarse al balcón de la confitería, con su traje militar. En un gesto inesperado y curioso, saludó a los bahienses con los dos brazos hacia adelante, al mejor estilo del presidente derrocado.
EN ESE
marco, improvisado e informal, Aramburu se comprometió a considerar el pedido, para terminar asegurando que Bahía Blanca “tendrá su universidad”.
UNA RICA
historia ha marcado a la UNS desde entonces. Pero nunca debe dejarse de lado que gran parte de su existencia es mérito de una ciudad que, como nunca, unió fuerzas para que eso se concretara, que salió de su acaso habitual ostracismo para obtener semejante logro. Quizá sea tiempo de celebrar y también de rescatar aquel espíritu de lucha y gestión.