Algunas curiosidades del peculiar destino
De estreno. Tanto Gabriela como David es la primera vez que salen de Argentina. "Para nosotros es todo nuevo y muy tecnológico", dice ella.
Todo en latas. Por las calles, es normal encontrar a cada paso máquinas expendedoras de café frío o caliente, sopas y gaseosas, todo en latas.
Todo con clave.“Acá se usan claves en lugar de llaves y las cocinas son eléctricas. Además, cuando terminás de lavar la ropa hay secadoras con esterilización”, comentó.
Culto al inodoro. Grande fue la sorpresa de ambos cuando descubrieron que en japón, los inodoros son artículos con múltiples funciones. Además de su función básica, tienen calefacción y hasta cuentan con música relajante, para una mejor "estadía" de los usuarios en el sanitario.
Buena onda. En general, los japoneses demostraron tener buena onda. “Una anécdota: en una cafetería pedimos un capuchino frío y no me gustó. Tenía mucho hielo y estaba muy amargo. Disconforme le dije a mi hijo que era una porquería y no sé cuantas cosas más. De repente un joven japonés, que estaba en la mesa de al lado, se acercó y nos preguntó, en español, de donde éramos ¡Había entendido todo! Quería que me tragara la tierra,. Lejos de ofenderse por mis dichos el muchacho no le dio importancia y hasta nos aconsejó lugares para ir a visitar. Sabía nuestro idioma porque había vivido tres años en España", contó Gabriela.
Tarjeta. Madre e hijo lograron recorrer varios lugares de Tokio por haber obtenido con antelación el JR Pass, un billete de transporte que les permite viajar de forma ilimitada por todo el país durante el período prefijado en los transportes del Grupo Japan Railways (JR) a en la clase de servicio indicado en el billete. Hay vagones standard, de primera clase y el vagón verde. El Rail Pass ha sido diseñado para estimular el viaje y el turismo a través de todo el país.
Kimonos. "En ocasiones, tanto chicas como muchachos, visten kimonos y salen a pasear por Tokio. Es una costumbre, como vestir de gala. Cada 20 de enero, las y los jóvenes que cumplen 20 años ese año, visten kimonos y visitan algún templo para celebrar la mayoría de edad", dijo Gabriela.