Ana Katz, la directora de cine que logró convencer a la crítica argentina. 5
Con sus últimas películas, Ana Katz ha logrado convencer a la crítica. Se impone “Sueño Florianópolis”.
Con un puñado de películas Ana Katz se ha convertido en una de las directoras más sobresalientes del cine argentino y un nuevo ejemplo de esta singularidad es "Sueño Florianópolis", protagonizada por Mercedes Morán, su hija Manuela Martínez, Gustavo Garzón y su hijo Joaquin Garzón.
La historia tiene como eje a un matrimonio de psicólogos que al comenzar la década del '90 y una vez superados sus 50, está en crisis terminal y quizás en busca de una sola improbable buen final salen con un destartalado Renault 12 Break a la ruta camino a Santa Catarina, para llegar a un lugar con una forma de vida muy diferente a las que ellos traen a cuestas.
—Por una cuestión de edad, en esta historia ¿Es probable que la directora se identifique más con los hijos que con los padres? —
Me pasa mucho escribiendo pero principalmente como lectora que la identificación y la empatía se produce de las maneras más extrañas. Creo que muchas veces con la gente que está en la misma situación que uno no se tiene suficiente perspectiva como para sacar alguna conclusión. En mi película tengo un disparador muy particular, los viajes que hice a Brasil con mis padres y mi hermano, viajes de 2000 kilómetros sin GPS y si tenías que llamar a alguien necesitabas un locutorio. Conexión afectiva —Pero va más allá de esas anécdotas.
—La idea de anclaje me resultaba muy adecuada para trabajar en algo que también tenía que ver con mi viaje interior, por la transformación que estaban sufriendo ellos. Cuando se vive una transformación hay algo de perder la referencia ¿Por qué la época? Porque creo que hay varias cosas: el concepto mismo de viajar que cambió mucho. La comunicación con celulares de ahora, la sensación de inmediatez del otro presente, lo modifica todo. Ahora estamos muy conectados pero eso no implica necesariamente una conexión afectiva. Esta pareja hace un viaje de soledad, en el caso de Lucrecia no en un sentido de sentirse sola, sino de poder encontrarse por fin con ella misma.