Cuando Bahía fue “capital” de una polémica
Amediados de 2016, un informe espeNueva. cial de La desató una polémica. Para algunos especialistas en criminología ajenos a la ciudad, Bahía Blanca podía ser sindicada como "la capital de la trata de personas".
Esa afirmación no tardó en recibir respuestas y críticas desde distintos sectores locales, como organizaciones intermedias y fiscales del medio, que entendían exagerada la afirmación.
En el marco de aquella nota, la abogada mediática Raquel Hermida Leyenda -especialista en la materia y presidente de la Red de Contención contra la violencia de género y los delitos contra la integridad sexual y menores- posicionó a Bahía de esa manera por su "ubicación geográfica determinante y su larga historia".
"Es como Tandil con el abuso. En el caso de Bahía, el puerto y el ingreso a la Patagonia son determinantes", sostenía.
Y agregaba que distintos organismos internacionales, como Missing Children, con sus estadísticas anuales ubicaban a nuestra ciudad en la ruta de ese delito.
"Estudié la problemática de trata en el exterior y siempre aparece el nombre de Bahía. En distintos congresos, como en Londres o España, siempre figura Bahía. Está identificado por los organismos internacionales. Cuando uno hace un estudio de trata, lo hace con un globo terráqueo y usted sabe qué ciudades de Italia, de España, Francia y hasta Estados Unidos tienen la organización. Y dentro de ese globo están marcadas Bahía y la Patagonia. Son el centro de mayor trata del país", ratificaba Leyenda.
En el mismo sentido se había manifestado la licenciada Zaida Gatti, titular del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, quien describía a Bahía como “una zona roja”, al punto que para esa fecha evaluaba crear en estas tierras una oficina de esa dependencia del Ministerio de Justicia de la Nación, medida que, finalmente, no prosperó.
Quienes no compartían ese mote de "la capital de la trata" explicaban que otras ciudades -por caso Mar del Plata- más complejas y po- pulares y también con puerto, inevitablemente tendrían un mayor tráfico de mujeres con fines de explotación sexual, aunque posiblemente con una menor trascendencia pública.
Sin embargo -según decían- en Bahía la situación se tornaba más "visible" por la existencia de un mayor ataque a este flagelo, no solo con operativos de distintas fuerzas -provinciales y federalesen casas de cita o prostíbulos sino con condenas a proxenetas y "tratantes" en el ámbito judicial.