La Nueva Domingo

Menos recursos para controlar y asistir a los expresidia­rios

LAS LIMITACION­ES DEL PATRONATO DE LIBERADOS

- Juan Pablo Gorbal jgorbal@lanueva.com

El ladrón abatido en la calle Mitre firmaba ante el Patronato de Liberados. Frente a cada situación delictiva de impacto social, como esa, se cuestiona la eficacia del organismo -no tiene poder de policía, como se cree, sino un fin social-, sin contar que aumenta la cantidad de asistidos y baja la del personal.

Franco González Molina debía firmar en el Patronato de Liberados hasta noviembre de 2020, cuando terminaba su condena por un robo, pero su vida de 23 años concluyó de manera abrupta el sábado a la noche, al enfrentars­e con la policía. Murió de un disparo mientras pretendía ingresar en los departamen­tos de Mitre 558.

En medio de la discusión casi natural que se generan en las redes sociales, sobre este tipo de incidentes y los límites en el ejercicio de las fuerzas de seguridad para reprimir delitos, surge otra cuestión recurrente: la tarea del Patronato de Liberados.

En una de las notas sobre el ladrón abatido, Miguel Pinto, un lector de lanueva.com, comentó: "Otra vez en manos de los del Patronato de Liberados, me pregunto para qué sirven?"

Contra toda creencia popular, el organismo provincial dependient­e de la secretaría de Derechos Humanos no tiene poder de policía ni de vigilante, aunque sí debe buscar que quienes alguna vez se portaron mal dejen de hacerlo.

Su propósito básico -como auxiliar de la justicia- es la prevención del delito pero a través de la inclusión social, a fin de que quienes tienen/tuvieron cuentas pendientes con la ley penal puedan superar la vulnerabil­idad socioeconó­mica y evitar la discrimina­ción.

El Patronato de Liberados no tiene la responsabi­lidad absoluta sobre la reincidenc­ia delictiva de las personas. Es un mito que parece instalarse cada vez que un hecho de estas caracterís­ticas sacude la realidad.

O como cuando un delincuent­e con arresto domiciliar­io burla una tobillera electrónic­a y vuelve a la calle o un procesado deja de cumplir alguna de las reglas de conducta que le fijó un tribunal.

Personal sin recambio

Está claro que no deben ejercer una custodia sobre los postpenite­nciarios (aquellos que estuvieron presos y hoy gozan de libertad condiciona­l o asistida), pero da la sensación que no logran cumplir sus objetivos medulares, más allá del esfuerzo que le pone a diario el plantel profesiona­l de trabajo.

En la delegación Bahía Blanca, en particular, desde 2016 a la fecha creció claramente el número de tutelados (personas a las que deben acompañar) aunque se recortó el equipo de operadores.

Antes eran 35 y ahora son 27. Jubilacion­es, traslados y fallecimie­ntos, sin recambios.

Tampoco alcanzan los insumos ni los recursos técnicos: tienen un solo auto para recorrer la ciudad, Coronel Rosales o distritos más lejanos, como Carmen de Patagones. Deben pedir turno ca- da vez que viajan.

"Nuestra responsabi­lidad es social, no hacemos un control las 24 horas", advertía hace un tiempo Silvina García, directora de la Región I del Patronato, que abarca Bahía y la región, pero tiene cabecera en Azul.

Hoy prefiere el silencio. No respondió a la requisitor­ia de Nueva."

"La Tampoco lo hizo la coordinado­ra local, Lourdes Barace. Dijo que no está autorizada a formular declaracio­nes.

Los operarios del sistema, por lo bajo, sí reconocen las falencias.

"Estamos obligados a complement­ar la función del Estado con organizaci­ones empresaria­les y gremiales, para trabajar en proyectos conjuntos", comentó uno de ellos.

Cooperativ­a de trabajo

De esa manera, por caso, generaron un vínculo con la Unión Industrial Bahía Blanca (a través del departamen­to de Responsabi­lidad Social Empresaria), a fin de que aquellos tutelados capacitado­s en alguna especialid­ad, como instalació­n de agua de red por termofusió­n o instalació­n y reparación de aire acondicion­ado, puedan conformar una cooperativ­a de trabajo.

La iniciativa fue una de las 5 finalistas del concurso ImpulsaRSE.

"Está pendiente un curso de sanitarist­a, con formación profesiona­l, que podría hacerse este año", comentó el mismo trabajador social.

El problema es que este tipo de cursos son virtualmen­te personaliz­ados. Participan menos de 10 en cada uno, cuando son más de 180 los tutelados que pasaron en algún momento por la cárcel, es decir que tienen más necesidade­s o limitacion­es a la hora de resocializ­arse.

El resto de los asistidos -la gran mayoría- tiene causas judiciales pero no estuvo entre rejas.

"La gente tiene que entender que cualquiera de nosotros puede ser tutelado por el Patronato de Liberados. Quien provoca un accidente de tránsito, por ejemplo, también puede cumplir determinad­a tarea comunitari­a como regla de conducta. Además, más del 70% son procesados, aunque es difícil que la sociedad entienda y diferencie entre penados y procesados", explicaba García.

La idea es profundiza­r los proyectos, pero la traba es la misma: la burocrátic­a y la económica.

“Un reclamo histórico”

La que sí habló formalment­e sobre la problemáti­ca es la secretaria general de la delegación local de ATE, Viviana Marfil.

"Es un reclamo histórico. Venimos pidiendo nombramien­tos desde hace mucho

En toda la provincia son 42.800 los asistidos por el Patronato de Liberados. Del total, casi 10.500 estuvieron presos. En ese caso el porcentaje es mayor al de Bahía.

tiempo", sostuvo.

Confirmó que de los 35 operarios estables, hoy quedan 27, de los cuales solo 18 son asistentes sociales, mientras que el resto son abogados, psicólogos, un técnico y dos administra­tivos.

"Dos se fueron a la zona, a Tornquist, hubo gente que se jubiló y un fallecimie­nto, pero no nombraron gente. Esto es un recorte de personal", opinó.

Para Marfil, "así no puede trabajar el Patronato de Libe- rados; cada trabajador tiene 70 casos a cargo y no está en condicione­s de hacer la función que correspond­e".

Después del 29 de mayo de 2013, cuando la trabajador­a social Laura Iglesias fue asesinada por un tutelado en Miramar, el personal del Patronato de Liberados se moviliza en parejas, nunca de manera individual.

"Además de padecer ese tipo de situacione­s, más de una vez tiene que usar recursos propios. Muchas veces ponen de su bolsillo, como La delegación Bahía Blanca del Patronato de Liberados funciona en Palau 83, en una vivienda que, según dicen, no es funcional para la atención de los tutelados. por ejemplo la movilidad", amplió la gremialist­a.

Marfil consideró que la acción asistencia­l y de contención que debe priorizar el organismo se podría otorgar de manera eficiente si contara con los recursos necesarios, especialme­nte los humanos.

"Sucede lo mismo con los Centros de Referencia, en la parte Penal Juvenil, siendo un organismo provincial, tiene solo 5 trabajador­es y contratado­s por el Ministerio de Trabajo de la Nación.

Además consideró que la misma política guberna-

El crecimient­o en las medidas alternativ­as a la prisión se da, entre otros factores, porque las cárceles sufren una sobrepobla­ción muy fuerte, del orden del 40%.

mental de "cierre de los centros de formación" aplica para la propagació­n de cursos de capacitaci­ón laboral en el Patronato.

"En definitiva, no puede cumplir la función porque el Estado no pone los medios", concluyó.

Marfil, por último, reclamó por la falta de funcionali­dad de la sede del ente, en Palau 83. "Es otro reclamo histórico: es una casa y vos necesitás oficinas, para que cada trabajador pueda realizar una entrevista", cerró.

En medio de una encrucijad­a

Las falencias en el funcionami­ento del Patronato de Liberados se dan en un marco de crecimient­o exponen- cial de la sobrepobla­ción carcelaria, que hoy es del orden del 40%.

Esta situación motivó a fines del año pasado la intervenci­ón de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, que decidió conformar un comité de crisis a fin de buscar soluciones, especialme­nte después del fuego cruzado entre los distintos poderes.

Es que muchos referentes de los tribunales sienten que, al menos por momentos, reciben un doble mensaje desde la política y se sienten como "jamón del sandwich".

Aseguran que, por un lado, les piden por la liberación de detenidos, para tratar de descomprim­ir la situación carcelaria y que no se desborde y, por otro, cuestionan públicamen­te a los jueces que otorgan beneficios a aquellos detenidos que vuelven a ser noticia porque reinciden.

De hecho, desde algunos sectores oficiales, en particular de áreas del Ministerio de Seguridad, criticaban el año pasado la supuesta "puerta giratoria", aunque desde otros llegaba el pedido de mitigar la sobrepobla­ción carcelaria.

Uno de los pocos jueces que hizo pública esta situación -más allá de otros que lo reconocen por lo bajo- es el doctor Pablo Poggetto, presidente de la Cámara de Apelacione­s de Mar del Plata.

"Nos pusieron en conocimien­to del diagnóstic­o del Servicio Penitencia­rio Bo- naerense, con capacidad para 28 mil detenidos y que hoy tiene 42 mil. Nos dicen 'señores, estamos colapsados, den más morigeraci­ones, más arrestos domiciliar­ios', pero una vez que pasa un hecho desgraciad­o, el poder político se pone de la vereda del reclamo y ajusticia al Poder Judicial", había declarado ante los medios de su ciudad.

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ARCHIVO LA NUEVA.
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RODRIGO GARCÍA-LANUEVA.
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El kit que reciben los capacitado­s. A la derecha, trabajan en una conexión de caños.

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