Qué hacer cuando los niños piden una mascota
Adoptar una puede ser muy beneficioso para su desarrollo, siempre y cuando sea realice con responsabilidad.
“Mascota” significa animal de compañía y, acompañar se puede entender como participar de los sentimientos de alguien. Tal como marcan estas definiciones, tener una "mascota" tiene muchos beneficios para los niños y el entorno familiar, pero hay ciertos factores que deben tenerse en cuenta para garantizar el bienestar mutuo.
La decisión de tener una implica una profunda reflexión para la familia, ya que recibirla contempla una serie de responsabilidades.
"Por ello, es importante ser objetivos a la hora de evaluar si las condiciones son favorables para traer a este nuevo integrante: necesitan cuidados, amor, tiempo, recursos y adiestramiento, para que la vida compartida sea saludable y enriquecedora para ambas partes", dijo la doctora Romanette Hurtado Latapiat.
Los adultos deben trabajar en que el niño se haga cargo de proporcionar cariño y cuidados a su mascota, de acuerdo al nivel de desarrollo alcanzado por éste. En este sentido, es conveniente definir qué animal se podría adaptar mejor a las condiciones particulares de cada ho- gar, considerando el espacio físico; la edad de los niños; la disponibilidad; y sus necesidades. Por ejemplo, generalmente, un perro requiere de uno a tres paseos diarios y un gato requiere ser peinado dos veces a la semana.
En esa línea, es importante conocer las características y las diferentes conductas de cada raza y especie.
Entre los beneficios de tener una mascota se pueden citar que desarrolla el sentido de responsabilidad, porque ocuparse de su limpieza o alimentación, permitirá que el niño desarrolle el valor de lo que significa hacerse cargo de este ser vivo, siendo capaz de lograr una vinculación de protección y cariño, dejando afuera las posibilidades de maltrato.
También ayuda a la socialización. La mascota estimula y convoca el interés de su dueño, por ejemplo, al compartir juegos.
Genera empatía. El niño empieza a ponerse en el lugar del otro, en este caso de un ser indefenso, que puede tener hambre por ejemplo. Para favorecerlo, es central explicarles que los animales no son ‘cosas’ ni ‘juguetes’, sino que sienten al igual que ellos.
Favorece la autoestima del niño al valorar su capacidad de hacerse cargo de otro ser.
Contribuye al aprendizaje moral. No maltratar a un animal es algo que se incorpora del código moral familiar. Por ello, si el entorno no está convencido de tener animales o mascotas, no es recomendable adoptarlas, por-
Ocuparse de su limpieza o alimentación permitirá que el niño, a través de la experiencia, desarrolle el valor de lo que significa hacerse cargo de este ser vivo.
que el niño podría percibir al animal como algo que molesta o replicar la indiferencia hacia el mismo.
Además, enseñan el ciclo de la vida. La muerte accidental o por enfermedad de una mascota explica el ciclo de vida-muerte en una dimensión diferente. Tener esta experiencia puede involucrar sufrimiento, pero en la conversación con los papás el enfrentar la desaparición de ese ser puede tener una enseñanza.
Riesgos y prevención
La agresión es una de las principales preocupaciones a la hora de decidir tener una mascota en casa. Esta es una conducta emocional propia del estrés de un animal, que puede darse por malas condiciones de manutención (que son responsabilidad de sus cuidadores), por condiciones propias a la naturaleza del animal o por factores clínicos.
La estadísticas indican que el mayor porcentaje de víctimas de mordeduras de perros son niños de 5 a 9 años, edad donde comienzan a relacionarse muy activamente con los animales, aunque sin plena conciencia de si están siendo invasivos o sobre entusiastas. Por ello, para evitar estos accidentes, se recomienda no molestar a los animales mientras comen, duermen o tienen a sus crías cerca.
Las medidas preventivas simplemente implican la tenencia responsable de las mascotas, con controles veterinarios periódicos y vacunación; evitar que se alimenten con restos obtenidos de la calle; ofrecer alimentación envasada, un área limpia donde vivir; y propiciar la desparasitación periódica. En los gatos, particularmente, se debe evitar que salgan a la calle y estén en contacto con animales silvestres.