Campo: cada vez más hectáreas en manos de menos propietarios
La cantidad de hectáreas por explotación agropecuaria creció el 7,2 % desde 2002. El dato, que es preliminar, surge del Censo Nacional Agropecuario 2018 que concluirá el 31 venidero.
La cantidad por establecimiento agropecuario en nuestro distrito creció el 7,2 por ciento respecto del año 2002. El registro no hace sino confirmar la presunción de que la titularidad de las tierras está en cada vez más restringida a unos pocos. El relevamiento definitivo concluirá el venidero domingo 31.
La cantidad de hectáreas por explotación agropecuaria en el distrito de Bahía Blanca es de 865 hectáreas, un 7,2 % más respecto de 2002, lo que confirma una presunción: la propiedad de la tierra está en cada vez menos manos.
El dato, que es preliminar, se desglosa del Censo Nacional Agropecuario (CNA 2018), que comenzó la Dirección Provincial de Estadísticas, dependiente del ministerio de Economía bonaerense, el 1 de septiembre y, tras una prórroga, concluirá el venidero domingo 31.
“El último dato relevado registró 807 hectáreas por explotación agropecuaria en el ámbito de la provincia de Buenos Aires”, dijo Matías Belliard, a cargo de la Dirección Provincial de Estadísticas.
“Claramente se advierte que en Bahía Blanca, aunque el fenómeno podría extenderse a todo el territorio bonaerense, existe una concentración en la propiedad de la tierra”, agregó.
El Censo Nacional Agropecuario no se realiza desde hace 17 años y, no obstante unos retrasos en el norte y en el noroeste provincial, el promedio del relevamiento, a falta de 15 días para el cierre definitivo, es del 90 %.
De las 215.000 hectáreas previstas, en el partido de Bahía Blanca se han censado poco menos de 200.000 Has.
Aplicación de un sistema de cartografía digital
El formato para el censo, basado en tabletas digitales para una carga de datos dinámica y ágil y con secciones temáticas, no permite aún conocer más datos preliminares.
“Hay indicadores de avance, pero por ahora no podemos observar hacia el interior (del relevamiento). Solo podemos precisar las hectáreas y el nivel de cobertura”, aseguró.
“Pero no podemos procesar las superficies afectadas a soja, maíz y trigo, así como tampoco la cantidad de cabezas bovinas, solo por citar
algunas referencias”, sostuvo Beillard, en diálogo con Nueva.”. “La
“Los datos están, pero no los vemos y hasta no terminar el censo no se podrá adelantar nada en ese sentido”, dijo.
Para el trabajo también se utiliza un sistema de cartografía digital que permite a los productores, así como al censista, marcar con más facilidad las explotaciones agropecuarias.
El CNA 2018 contiene varias otras secciones.
En una de ellas se le pregunta al productor por la relación que tiene con la tierra desde el punto de vista jurídico.
Luego se consulta acerca de la agricultura realizada. Más tarde respecto de las prácticas culturales como, por ejemplo, con qué tipo de fertilizantes y de agroquímicos se trabaja el suelo y demás.
También se consulta por el tipo de maquinarias agrícolas y su utilización en el campo.
Asimismo, la infraestructura que se posee en el establecimiento, los materiales con los cuales se trabaja (alambrados, por ejemplo), los metros cuadrados de las instalaciones y demás.
Finalmente, se consulta sobre el personal que trabaja y reside en la explotación agropecuaria, tanto sea temporario como permanente.
Las hectáreas y las tierras arrendadas
“La primera parte responde sobre dónde reside el propietario del campo”, dijo Beillard.
“Pero en un segundo tramo se alude a toda la gente que forma parte de la estructura, como es la prestación de los servicios agropecuarios para levantar la cosecha, por ejemplo, o de mano de obra, de dónde residen y su nivel educativo, solo por ci- tar algunos datos a relevar”, comentó.
Una de la mayores expectativas para conocer del Censo Nacional Agropecuario está en saber, justamente, el número de hectáreas de tierra arrendada.
Extraoficialmente, y de acuerdo con entidades referentes del sector agropecuario que intervienen en la cadena directa de siembra y de cosecha, en la provincia de Buenos Aires el 60 % de la tierra está en situación de alquiler para fines productivos, especialmente para agricultura y ganadería.
“Sabemos de la incidencia de este tipo de datos”, admitió Beillard.
“Porque también hay tierras fiscales, como por ejemplo en el parque Iraola, en La Plata. Hay un poco de todo y se debe analizar con detenimiento”, afirmó.
“Quién es el dueño de la tierra ya no es una pregunta que no tiene respuesta. Se sabrá cuando concluya este censo, así como dónde residen quienes producen y la gente que trabaja en los campos; si vive en el casco del establecimiento o en la zona urbana y debe trasladarse todos los días, lo que es muy probable que suceda. Pero está claro, son todas hipótesis que se resolverán”, manifestó.
Tras el cierre del próximo domingo 31, que esta vez no prevé prórroga, los primeras conclusiones se aguardan para el mes de junio, en tanto que los resultados definitivos estarán listos antes de que finalice el año.
Respecto de la realización del censo, Beillard sostuvo que las tasas de respuestas de los productores fueron muy altas.
“No se produjeron rechazos. Sí hubo complicaciones para poder encontrarse con el productor y para terminar de concertar una entrevista, pero todo dentro de una lógica respecto de la logística de estos casos”, explicó.
Beillard recordó que el censo es una base general donde “se barren temáticas diversas” y que las expectativas apuntan a muchos cambios en distintos sentidos, habida cuenta de la prolon-
“Quién es el dueño de la tierra ya no es una pregunta que no tiene respuesta”, manifestó Matías Beillard, titular de la Dirección Provincial de Estadísticas bonaerense.
gada sequía de datos.
“Sabremos, con precisión, qué se está produciendo tanto en cultivos como en ganadería. Y cómo ha ido cambiando la composición del territorio productivo, la forma en que se renovó y en qué magnitud. Será muy interesante”, amplió.
“La gente del campo lo apreciará. Los censos son políticas públicas donde se permite desagregar para así proyectar y repensar al sector, y no sólo desde lo geográfico, para por lo menos cinco años”, sostuvo.
Precisión de muchas variables al mismo tiempo
El funcionario —oriundo de San Antonio de Padua, en el conurbano bonaerense— dijo que las encuestas, en comparación con un censo, tienen la desventaja de no permitir “abrir mucho la geografía”.
“Cuando se empieza a jugar con las variables, uno se queda con menos casos y los datos son menos robustos”, dijo.
“Los censos permiten justamente eso: jugar con muchas variables a la vez, para poder responder muchas preguntas: por sector, por región y demás”, indicó.
Si bien el CNA 2018 concluirá el 31, Beillard admitió que dejarán algunos puntos fijos abiertos para los resultados remanentes.
Mientras los censistas están debidamente identificados con credenciales con foto y DNI que llevarán el sello de la Dirección y del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), los productores podrán constatar esa identificación a través de la web del CNA 2018.
Los datos obtenidos, en tanto, son absolutamente confidenciales y se encuentran protegidos, según lo dispuesto en la Ley Nº 17.622.
La información será publicada en forma anónima y compilada solo con fines estadísticos.
Otros organismos. Asimismo, el director de Estadísticas provincial, Matías Beillard, comentó que es probable que la certificación censal también sea exigida ante otro tipo de instituciones. “Estamos hablando de Agroindustria, el Senasa y el INTA; es decir, organismos nacionales y provinciales que podrían exigir el cumplimiento del Censo Nacional Agropecuario para cualquier tipo de trámites, también por el término de un año”, dijo.
“Los censos son políticas públicas donde se permite desagregar para así poder proyectar y repensar al sector, y no sólo desde lo geográfico”.