Toma impulso la obra de un Centro Comunitario
Los primeros movimientos comenzaron hace poco más de un año, pero este mes se aceleró el ritmo.
Un nuevo empuje recibió días atrás la construcción de la Casa de Encuentro Comunitario Natan 3, en pleno Villa Caracol.
Los primeros movimientos y la preparación del suelo comenzó a fines de 2017 a impulso de los vecinos, con colaboración municipal.
Luego el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia se comprometió a un aporte que permitió retomar el trabajo con otro ímpetu desde el 7 de marzo.
Trabajan todas las mañanas unos 15 vecinos sin mayor experiencia en la construcción, más un oficial. Caracol es un barrio de cartoneros, orgullosos de su oficio.
“Esas pequeñas deficiencias en la técnica de trabajo no nos interesan, porque las reemplazan con unas ganas impresionantes. Además, esto les sirve para aprender y mejorar”, dice el ingeniero Mauricio Abrile, a cargo de la obra.
Desde que comenzó el programa “Que ningún chico duerma en piso de tierra” en el barrio comenzó un movimiento inédito, no solo por los beneficios propios de ese plan sino porque a mucha gente le cambió la forma de pensar.
Incluso, de a poco, fueron mejorando la plaza donde está inserto el nuevo edificio, que prevé 265,50 metros cua- drados cubiertos, con una oficina, aula de música, 7 talleres de oficios, cocina-comedor, y baños para mujeres, discapacitados y varones. Este último tendrá una puerta hacia el exterior, para que sirva a los chicos que practican fútbol en la canchita de al lado.
“Para nosotros es un sueño más. Hace varios años venía a dar una copa de leche en el SUM de Caracol, pero por distintas razones me tuve que ir alejando. Volver de esta manera es muy emocionante”, dice Dora Sensini, titular de los centros Natan y quien administrará las actividades del lugar junto con su equipo de trabajo.
Luego de agradecer al ministro Santiago López Medrano, el intendente Héctor Gay, el jefe de Gabinete, César Tomassi, y el secretario de Infraestructura, Alejandro Meneses, contó que la sorprende el compromiso de la comunidad.
Si todo va bien, la obra debería estar lista en septiembre como para empezar con las primeras actividades.
Y un detalle más: el centro llevará el nombre de dos vecinos recientemente fallecidos, Rubén Cavero y Jano Toledo.