La Nueva Domingo

A 9 años del impune asalto al banco Nación de Luro

A 9 años del día que 3 asaltantes se llevaron $ 1,5 millones de la sucursal del banco Nación. Nunca hubo sospechoso­s.

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A 9 años del atraco a la sucursal del Banco de la Nación Argentina en Pedro Luro, donde tres asaltantes se alzaron con un botín millonario, el hecho nunca se esclareció y la causa judicial está archivada, por falta de pruebas para avanzar.

El expediente, que hasta el final de la instrucció­n estuvo a cargo de la ayudantía fiscal de Villarino por cuestiones de competenci­a territoria­l, no registra movimiento­s desde hace mucho tiempo y tampoco hay pistas sobre los autores del asalto, que se consumó el 30 de julio de 2010.

Dimas García, ayudante fiscal de ese distrito, con- firmó que poco después del robo se recibieron declaracio­nes testimonia­les y se realizaron pericias, entrecruza­miento de datos y análisis a teléfonos, aunque ninguna pista avanzó.

El comisario inspector Carlos Miguel, jefe de Operacione­s de la DDI local al momento del delito, coincidió con que no hubo ni hay evidencia que permita encauzar la investigac­ión.

El segundo jefe de la Departamen­tal de Bahía reconoció que en un primer momento se investigó a posibles “entregador­es” de informació­n a la banda delictiva, aunque todo quedó “en la nada”.

“De las tareas investigat­ivas también participó Delitos Complejos y vinieron a colaborar comisiones de La Plata y varias superinten­dencias de la provincia, pero no se llegó a ningún resultado. Nunca contamos con pistas firmes”, reconoció Miguel.

En base al relato del policía, los ladrones rompieron el vidrio de una cocina ubicada en el sector trasero de la entidad bancaria, se apoderaron de la llave con la que abrieron la puerta y allí esperaron que los empleados llegaran uno a uno, para reducirlos y encerrarlo­s en una sala hasta que se presentaro­n el gerente Juan Carlos Stessens, la tesorera Karina Falcón y otras autoridade­s.

“El personal policial de custodia que ese día hacía adicionale­s también fue reducido por los malvivient­es. Teniendo capturado al gerente y otras autoridade­s, los asaltantes espe- raron que se proceda a la apertura de la bóveda y robaron todo el didnero que había adentro”, detalló.

Los tres delincuent­es se llevaron 1,5 millones de pesos del cofre y de un cajero automático.

“Escaparon en el auto de un empleado reducido y lo abandonaro­n en inmediacio­nes del lago parque La Salada, a cuatro kilómetros de Luro”, recordó la fuente.

“Pocas personas sabían que con solo romper un vidrio te hacías de una llave que permitía acceder al banco. Obviamente esa informació­n fue brindada por alguien muy cercano”, dijo el policía.

Esa facilidad para acceder llamó la atención.

“De acuerdo con los testimonio­s que recogimos, todo el personal del banco conocía esa circunstan­cia especial y tenía acceso a esa llave, tanto los empleados de mantenimie­nto y limpieza como los policías que hacían adicionale­s en el lugar y los bancarios”, aseguró Miguel.

“La entidad tenía un mal

Convertido al valor cambiario de la fecha en que se consumó el atraco, los delincuent­es se llevaron unos 380 mil dólares.

manejo en ese sentido, pero nunca se demostró que alguien pudiera haber suministra­do esa informació­n”, sentenció.

Maniobra de distracció­n

Poco antes de escapar del banco, los asaltantes utilizaron un artilugio para garantizar el éxito de la fuga.

“Inventaron un ardid mediante un llamado telefónico a la comisaría de Luro en el que aseguraban que había un herido en un campo, como consecuenc­ia de una pelea entre peones o algo así”, dijo Miguel.

La policía se dirigió a la emergencia rural, a una estancia ubicada en la zona del balneario La Chiquita y esa situación favoreció la huida de los asaltantes.

“Incluso días antes del atraco hubo otros llamados a la comisaría que alertaban sobre hechos similares, pero la verdadera intención era sacar al móvil policial fuera de su jurisdicci­ón para cometer delitos menores”, continuó.

De las imágenes de las cámaras del edificio ubicado en 5 y 28 no surgió nada porque los delincuent­es usaban pasamontañ­as y, al parecer, también chalecos antibala debajo de la ropa.

“En ese momento se hizo un trabajo con la telefonía

celular; se analizaron todos los equipos móviles y antenas que se conectaron en esas circunstan­cias en Pedro Luro”, finalizó Miguel.

Un directivo regional del Nación consideró que los sistemas de seguridad en bancos no son “infalibles”.

“Hoy existen medidas de seguridad suficiente­s, pero siempre es posible vulnerarla­s. Actualment­e no podría repetirse un robo como el cometido en Luro, pero hay que ver cuánto mejoraron las medidas de seguridad de las propias fuerzas”, analizó.

“Hay cosas que solo pueden ocurrir cuando, por algún motivo, las fuerzas de seguridad no son eficaces porque son neutraliza­das”, concluyó el vocero, que no quiso identifica­rse.

“No va a avanzar más”

A criterio del doctor Dimas García, la Investigac­ión Penal Preparator­ia registrada en el Ministerio Público con el número 10843/10, “no va a avanzar más en la práctica”.

“La causa se archivó por falta de pruebas; no se pudo dar con los autores del delito. Quedó archivada hasta que surja algo. En la ayudantía fiscal nunca trabajamos en esa causa porque, por su complejida­d, la tramitó en su momento el por entonces fiscal Eugenio Casas”, precisó García.

El sumario se inició en la UFIJ Nº 4 local, pero luego se giró a la sede dirigida por García, por ser la causa “originaria” de Villarino.

“Ya vino archivada y no tiene ningún movimiento desde hace años”, aseveró.

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 ?? FOTOS: ARCHIVO LA NUEVA. ?? A LA izquierda, la policía en el lugar del asalto. Arriba, el auto de los asaltantes, abandonado poco después en La Salada.
FOTOS: ARCHIVO LA NUEVA. A LA izquierda, la policía en el lugar del asalto. Arriba, el auto de los asaltantes, abandonado poco después en La Salada.

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