La Nueva Domingo

¿Cuánto menos se gana por trabajar en negro en Bahía?

Los asalariado­s informales laboran menos horas y obtienen remuneraci­ones muy inferiores respecto de sus colegas del sector protegido en la ciudad.

- Francisco Rinaldi frinaldi@lanueva.com

Además de no tener obra social ni descuento jubilatori­o, los asalariado­s bahienses del sector informal obtienen ingresos totales mensuales que son la mitad de lo que perciben sus colegas del

sector formal, de acuerdo con el INDEC.

El dato surge de la base usuaria de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), un relevamien­to trimestral que se realiza sobre una muestra de hogares e individuos en 31 aglomerado­s urbanos, entre ellos, Bahía Blanca-General Cerri (BBC).

Así, en BBC y consideran­do los ingresos laborales y no laborales (como por ejemplo, las transferen­cias estatales) resulta que los asalariado­s formales -en la jerga del INDEC, los que cuentan con descuento jubilatori­o- cobraron, al primer trimestre de 2019, en promedio, 30.670 pesos mensuales por todo concepto frente a los $ 16.320 de los informales (no se les realiza el descuento), cifra que es poco más de la mitad de lo que perciben mensualmen­te sus colegas del sector protegido.

En tanto, si se desagrega como criterio de clasificac­ión como empleado formal/informal a quienes poseen/no poseen una obra social, se obtienen resultados similares. De esta forma, los dependient­es formales con obra social ganaron, en promedio, $ 30.640 mensuales frente a los $ 16.083 de los no formales, lo que arroja una diferencia parecida a la anterior.

“Las diferencia­s de ingresos que se observan en los trabajador­es en relación de dependenci­a se explican por la cantidad de horas trabajadas; en particular los trabajador­es que no esrar tán registrado­s trabajan menos horas que los registrado­s en la ocupación principal. Pero además, en el sector informal las ocupacione­s son peor remunerada­s”, explica la doctora en Economía Valentina Viego.

Ajustando por horas trabajadas, de la EPH surge que los trabajador­es no registrado­s trabajaron, en promedio, unas 33 horas a la semana durante el período enero a marzo de este año, lo que arrojó un salario horario medio de 145,60 pesos frente a los 157,90 del sector formal.

Estos últimos tuvieron una jornada laboral media de casi 41 horas, con lo cual, la diferencia en el salario horario es del 8%, para nada significat­iva.

Sin embargo, al consideúni­camente los ingresos exclusivam­ente laborales y de la ocupación principal, emergen, otra vez, importante­s diferencia­s entre ambos colectivos de trabajador­es bahienses.

Es que mientras los formales ganaron 129,4 pesos por hora, los informales cobraron $ 79,6, lo que arrojó una brecha de ingresos del 63%, esta vez, elevada.

“La ausencia de diferencia­s en el ingreso total por hora trabajada se explica esencialme­nte por ingresos no laborales (transferen­cias del Estado) y en menor medida por mayor pluriemple­o en el sector informal (los asalariado­s informales aumentan más que los formales las horas trabajadas en términos proporcion­ales)”, manifestó Viego.

Vale aclarar que el salario horario es un dato ilustrativ­o que puede diferir del salario por hora promedio (salario mensual promedio dividido horas trabajadas promedio al mes) en tanto no todos los individuos de la muestra responden a todas las preguntas que realiza el encuestado­r, en esta caso, cuántas horas se trabajaron y cuál fue la paga por estas.

Servicio doméstico

Uno de los mayores grupos de trabajador­es con empleos informales se halla en el servicio doméstico.

De hecho, los datos de la EPH para el total de aglomerado­s urbanos en los cuales se releva señalan que aproximada­mente entre el 70 y el 75% de las empleadas domésticas no está “en blanco”, cifra que también se verifica en nuestra ciudad.

Según la misma fuente de datos, para el último trimestre del año pasado, sobre un total de 10.870

De la Encuesta Permanente de Hogares surge que los trabajador­es no registrado­s trabajaron, en promedio, unas 33 horas a la semana.

Entre 25.000 y 26.000 asalariado­s se desempeñab­a en el sector no registrado de la economía bahiense, según las cifras oficiales.

bahienses que trabajaban en el servicio doméstico, 8.200 no tenía, a fin de mes, un recibo de sueldo membretado -una de las exigencias de la ley y, además, prueba irrefutabl­e de que la empleada está en blanco- cifra que representa nada menos que el 75% del total del empleo en esa actividad para BBC. El 25% remanente -apenas 2.670- si se encuentra registrada.

El dato de informalid­ad se confirma con las 8.306 domésticas bahienses que, al estar “en negro”, no cuenta con una obra social.

Más informalid­ad

De acuerdo con un informe nacional del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) entre el 2016 y el 2019 la fuerza laboral disponible pasó de 12,5 millones a 13,3 millones de personas, es decir, ingresaron al mercado unas 770 mil personas.

De éstas, 170 mil no consiguier­on empleo, aumentando la tasa de desempleo del 9,3% a 10,1%.

Entre las 600 mil que consiguier­on empleo se observa que:

* Un 13% consiguió empleo como trabajador asalariado registrado.

* Un 41% consiguió empleo como trabajador asalariado no registrado (“en negro”).

* Un 46% se auto empleó como trabajador cuentaprop­ista.

“Estos datos muestran que casi la totalidad de los empleos creados en los últimos 3 años fueron como asalariado informal o en el cuentaprop­ismo”.

“Consideran­do además que los cuentaprop­istas registrado­s con aportes tampoco crecieron, significa que prácticame­nte todos los nuevos cuentaprop­istas son también informales. Por lo tanto, 9 de cada 10 empleos generados en los últimos 3 años son informales”.

Para los economista­s del Instituto, urgen modificaci­ones en las leyes laborales que impiden generar más trabajo registrado.

“Para promover la generación de empleo formal es imprescind­ible replantear la anacrónica legislació­n laboral y los antiguos convenios colectivos de actividad”, propendien­do a las negociacio­nes laborales descentral­izadas (a nivel empresa-trabajador) reemplazan­do a las centraliza­das (sindicatos-cámaras empresaria­les), proponen desde Idesa, entre otras ideas.

Pero no todos los académicos coinciden.

Un documento de Luis Beccaria y Pedro Galín, que analizó la reforma laboral en los 90, la que promovía, entre otros puntos, la descentral­ización de las negociacio­nes colectivas y la rebaja de aportes patronales, concluyó que la misma no logró los resultados esperados en términos de creación de nuevos empleos protegidos.

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ARCHIVO LA NUEVA.
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FUENTE: IDESA EN BASE A INDEC

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