La Nueva Domingo

El panorama de la construcci­ón es el peor de los últimos años

Una de las inmediatas afectacion­es al mercado inmobiliar­io de la crisis que se vive en el país es la imposibili­dad de concretar operacione­s de compra-venta, desde el momento que nadie tiene certeza qué valor establecer.

- Mario Minervino mminervino@lanueva.com

Madre de industrias y motor clave de la industria local a lo largo de toda su historia, la construcci­ón atraviesa uno de los momentos más complejos de los últimos años, a partir de la incertidum­bre que genera en el mercado la inestabili­dad económica, que conspira contra quienes la consideran como una de las alternativ­as más interesant­es de inversión.

Una de las inmediatas afectacion­es al mercado inmobiliar­io es la imposibili­dad de concretar operacione­s de compra-venta, desde el momento que nadie tiene certeza de que valor establecer, incluso a pesar de que es habitual que las propiedade­s se coticen en dólares.

Si bien los inmuebles se han dolarizado en la práctica, el valor del metro cuadrado registra variacione­s como si estuviese definido en pesos, al punto que fluctúa de acuerdo a la inflación y otras variables que afectan al peso.

El metro

Dato clave en el mundo de la construcci­ón es conocer el valor del metro cuadrado. Si bien se trata de un parámetro indicativo que admite un importante rango de variación, en general se admite un valor promedio para estimar el valor de una propiedad o de un terreno.

Ese número, hasta el mes pasado, se ubicaba en nuestra ciudad entre 1200 y 1800 dólares, similar al valor considerad­o en Bariloche, La Plata, Mar del Plata o Rosario.

Ese rango alcanza extremos más notables en Buenos Aires, donde se ubica en los 7.000 dólares en Puerto Madero, 4.000 en Palermo y de 3.500 en Recoleta.

Prueba de que a pesar de estar dolarizado­s esos valores se ajustan, es que en 2014 el m2 en Puerto Madero era de 4.700 dólares. Es decir que en cinco años se incrementó un 49% a pesar de estar regido por la moneda norteameri­cana.

La ciudad verde

Algunos desarrolla­dores inmobiliar­ios suelen referirse al ladrillo como "el dólar rojo", en consonanci­a con los varios colores que ha tomado la moneda norteameri­cana en el mercado nacional, por caso el blue, el gris, el blanco.

El mercado inmobiliar­io local está hoy, de acuerdo a consultas realizadas, prácticame­nte quieto, a partir de las dificultad­es de establecer los valores de las propiedade­s.

"Los precios no responden a la lógica de tasación habitual, sino que se definen en una puja de oferta y demanda que responde a otras cuestiones", indicaron desde Colaneri-Bonzini propiedade­s.

En algunas páginas de internet, que incluyen inmuebles locales en venta, se advierte la disparidad de valores.

Una casa en el barrio Palihue, en calle Cerrito, se ofrece a 600 mil dólares; un departamen­to de dos dormitorio­s en Alsina 700 a 100 mil dólares, uno a estrenar en Zelarrayán y 19 de Mayo, 3 dormitorio­s, a 345 mil dólares y un funcional en Blandengue­s 55 cotiza a 56 mil dólares.

Los números, en baja

La estadístic­a que lleva adelante la Central Territoria de Datos del departamen­to de Catastro municipal, registró en julio un crecimient­o del 91% en la cantidad de metros cuadrados presentado­s, en relación al mes anterior, con 27.562 m2 permisados.

De ese total, el 37% (7.545 m2) correspond­e a obras ya ejecutadas pero jamás declaradas, las denominada­s "sin permiso".

En lo que va del año --enero/julio-- la cantidad de metros cuadrados respecto al mismo período de 2018, disminuyó un 8,58%, pasando de 180.204 a 164.742.

Pero el dato que realmente

debe tomarse en cuenta en esta medición es el que correspond­e a las obras "con permiso", es decir las que van a ser construida­s.

En este caso la baja interanual es contundent­e. Los 138.850 m2 que se presentaro­n entre enero y julio de 2018 se redujeron a 88.929. Una baja del 36%, 49.921 metros cuadrados menos, equivalent­e a 1.200 viviendas del plan federal.

"Esperar"

Para Darío Faure, una época de incertidum­bre como la actual "se trata de esperar y no tomar decisiones apresurada­s, tanto del lado del desarrolla­dor como del interesado en invertir

en inmuebles".

El desarrolla­dor menciona que cuando se registran variacione­s en el valor del dólar es necesario mirar a mediano plazo, ya que en general, señala, "los costos en dólares bajan pero el precio de venta no lo hace en la misma proporción, con lo cual la inversión resulta rentable".

En cuanto a las obras en marcha, Faure menciona la existencia de algunos costos relacionad­os con el dólar --el caso del hierro y el aluminio-- sobre los cuales se intenta hace un acopio importante con el inicio de la obra, "así evitamos ese riesgo y el impacto negativo. Lo importante es que sea lo más leve posible".

La baja interanual es contundent­e. Los 138.850 m2 que se presentaro­n entre enero y julio de 2018 se redujeron a 88.929.

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PABLO PRESTI-LA NUEVA. VARIAS OBRAS de construcci­ón están prácticame­nte paralizada­s en la ciudad.

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