Se recuperarán dos plazoletas con mucha historia para Bahía
La comuna planea realizar varios trabajos con el objetivo de poner en valor los sectores linderos al Teatro Municipal, que son parte del diseño original de la manzana desde 1913.
La comuna local licitará en breve las obras para mejorar el estado de las plazoletas Garibaldi y Payró, linderas al Teatro Municipal. Los arreglos incluyen la completa reparación del piso, la construcción de un sistema de riego y la colocación de bebederos, bicicleteros y cestos. También se procederá a la limpieza de los monumentos existentes en el lugar y se modificará el espacio asignado a los árboles. El presupuesto oficial alcanza los 3,5 millones de pesos.
Con un presupuesto oficial de 3,5 millones de pesos, la municipalidad licitará en los próximos días la puesta en valor y equipamiento de las plazoletas Garibaldi y Payró, linderas del teatro Municipal.
Los arreglos incluyen la completa reparación del piso del conjunto, el cual conforma una muestra única en la ciudad de las denominadas calzada portuguesa, conformado por pequeñas piedras de dos tonos con un atractivo decorado que se extiende por todo el piso, dado unidad al conjunto.
En este punto en particular, las plazoletas vienen sufriendo la afectación de su piso por el paso del tiempo --fue colocado en 1932-y por varias intervenciones inadecuadas que generaron daños nunca reparados.
La puesta en valor contempla entonces la reparación integral de la calzada, respetando los materiales originales y reconstruyendo los dibujos, arabescos y guardas del conjunto.
La obra también incluye la construcción de un sistema de riego, la colocación de bebederos, bicicleteros y cestos, al tiempo de proceder a la limpieza de los monumentos existentes.
Se construirán además dos rampas para permitir el acceso a personas con limitaciones físicas, considerando que las plazoletas se encuentran elevadas respecto al nivel de las veredas.
Se ampliará la zona de acceso vehicular por calle Portugal y se mejorará el espacio asignado a los árboles.
Esta última intervención permitirá además recuperar piedras que serán reutilizadas en donde se detecten faltantes.
Una vez terminada la reparación del piso, se tiene contemplado someter el mismo a un lavado con hidrolavadora a presión, lo cual le devolverá su brillo original.
El lugar
Las plazoletas son parte del diseño original de la manzana que ocupa el teatro municipal desde 1913.
Su diseño data de 1931, contratado por la municipalidad con el estudio del ingeniero Adalberto Pagano.
La elección de una calzada portuguesa fue algo in- édito en la ciudad. Se trata de un sistema constructivo habitual en países de habla portuguesa --Lisboa y Río de Janeiro cuentan con cientos de modelos de plaseos, plazas y veredas con este esquema-- consistente en utilizar pequeñas piedras de tonos diferentes que se colocan sobre camas de arena o de hormigón, permitiendo la generación de distintos dibujos a modo decorativo.
El nombre de Roberto J. Payró asignado al paseo sobre Zeballos data de 1932, en homenaje al prestigioso periodista y escritor que vivió en nuestra ciudad a fines del siglo XX.
La plazoleta Garibaldi lleva el nombre por el monumento a Giuseppe Garibaldi emplazado en el lugar en 1928 por la colectividad italiana.
En el paseo se pueden ver también los bustos de Miguel de Cervantes Saavedra y de Luigi Pirandello.
Cabe recordar también que la plazoleta Payró fue declarada en 2004 sitio histórico de relevancia provincial.
La necesidad
Se trata de dos espacios públicos de jerarquía, en un lugar de privilegiado de la ciudad y que son fundacionales del propio teatro, diseñadas en 1911 como parte del conjunto y encargadas en gran medida de preservar la escala del edificio frente al crecimiento edilicio en el entorno.
Las plazoletas han sufrido las consecuencias propias del paso del tiempo. Diseñadas y construidas en 1931, han transcurrido casi 90 años sin que se concretaran las necesarias obras de adecuación, mantenimiento e incluso modernización.
El lugar se destaca por su añosa y variada forestación, por un equipamiento que merece ser reconsiderado y una renovación integral de sus partes.
El elemento que más se destaca por su originalidad es el tratamiento que tiene el piso de las plazas y veredas, el cual se resolvió mediante la construcción de una calzada portuguesa, una propuesta única en la ciudad.
Este tipo de solado es propio de ciudades portuguesas y brasileñas.
Se materializa mediante el uso de piedra caliza, generalmente en dos tonos, que se colocan de manera artesanal y permiten el dibujo de guardas y dibujos.
Una vista aérea de las plazoletas permite advertir el tratamiento integral que tienen, una verdadera obra de arte que no debiera pasar desapercibida y, por el contrario, debería revitalizarse como patrimonio local.
Con el tiempo muchos sectores del paseo se han visto afectados por obras de servicios, excavaciones, roturas, sin que se tome conciencia del valor que tiene esa calzada, sin ocuparse por reconstruir cada sector que se vea afectado por ese tipo de trabajos.
Su diseño data de 1931, contratado por la municipalidad con el estudio del ingeniero Adalberto Pagano.