La Nueva Domingo

Juan Manuel Fangio: toda una leyenda del automovili­smo

El “Chueco” se destacó notablemen­te dentro de las pistas, pero quienes lo conocieron los destacan como persona.

- José Valle (*) Especial para “La Nueva.” (*) EL AUTOR ES HISTORIADO­R DEL TANGO, ESCRITOR, PRODUCTOR CULTURAL.

A pesar de haber nacido ambos en la misma ciudad, las vueltas de la vida hicieron que lo conociera en Buenos Aires, más precisamen­te en la mítica pizzería “La Guitarrita” ubicada en el corazón del barrio de Núñez, en calle Cuba al 3300. Me lo presentó nada más y nada menos que el intocable Nicolino Locche en 1990, en una mesa que también compartier­on el Flaco Alberto Morán y el reconocido periodista y relator deportivo, José María Muñoz.

Después de hablar con Don Juan Manuel cosas típicas del pago chico, me dediqué a escuchar lo que hablaban esos personajes increíbles. Fangio deslizó entonces frases como ésta: “Luché mucho, pero siempre de frente. No creo haber merecido el enojo de nadie”. “Siempre hay que tratar de ser el mejor, pero nunca creerse el mejor”. “Estoy satisfecho con la cosecha de amigos que conseguí. En todas partes hice de la amistad un culto y de la seriedad una obligación”. “Pude cometer errores con la cabeza, nunca con el corazón”.

No se cansó de hablar de su admiración por Locche, confesó disfrutar mucho al escuchar a Carlos Gardel y le dijo a Morán “Usted tiene mis mismas raíces italianas, me gusta su interpreta­ción del tango Medianoche”.

Lo volví a ver dos veces más. La primera, en una fiesta organizada por la revista “El Gráfico” y me sorprendió, cuando lo fui a saludar diciéndome "como le va amigo…” y comentándo­le a los que lo acompañaba­n “el muchacho es de los buenos, balcarceño como yo".

La segunda fue al año siguiente, en Radio Nacional. Me dijo “usted está en todos lados”, ese día lo acompañaba Don Luis Landriscin­a.

Yo sentía una profunda admiración por el “Fangio piloto” por todo lo que me habían contado mi viejo y el tío Juan Paolinelli (fanático del automovili­smo) y comencé a valorar cada vez más al “Fangio persona” con su humildad, su don de buena gente.

Fangio nació el 24 de junio de 1911 en la calle 13 N° 321, entre 6 y 8, de la ciudad serrana de Balcarce. Sus padres fueron Loreto Fangio (1880-1972) y Herminia D'Eramo (1885-1975).

Desde pibe su apodo fue el “Chueco” por sus cualidades como futbolista; jugó como volante derecho (Nº 8) en distintos equipos de su ciudad (Club Atlético Rivadavia y Ferroviari­os) llegando inclusive a integrar la selección local. En sus años mozos también entrenó boxeo.

Debutó oficialmen­te como piloto el 27 de marzo de 1938 en Necochea con un Ford V8 que adquirió con el apoyo de varios amigos. Obtuvo el séptimo puesto.

En 1940 pasó a competir con Chevrolet, con el cual obtuvo el Gran Premio Internacio­nal del Norte y se consagró como Campeón Argentino de Turismo Carretera, título que repitió al año siguiente.

El 25 de abril de 1948 en la Vuelta de Entre Ríos, Fangio ganó su última carrera en Turismo Carretera.

Luego compitió en Fuerza Libre (antecesora­s de la Fórmula 1 Mecánica Argentina).

Desde 1947 hasta 1958, con apoyo económico del gobierno peronista, compitió en Grandes Premios de Fórmula 1 de manera oficial para las marcas Mercedes-Benz, Maserati, Alfa Romeo y Ferrari obteniendo cinco títulos mundiales y dos subcampeon­atos.

Fangio obtuvo 24 victorias, 35 podios, 29 pole positions y 23 vueltas rápidas en 51 Grandes Premios. Mantuvo el récord de más títulos en F 1 hasta que fue desplazado por Michael Schumacher en 2003.

Sin embargo, se mantiene como el piloto de mejor promedio de victorias, el único piloto que ganó campeonato­s de Fórmula 1 con cuatro escuderías distintas y el piloto campeón más longevo de la historia (46 años y 41 días).

Víctima de un grave accidente en Monza en 1952, estuvo dos temporadas alejado de los autódromos. Una vez recuperado, se proclamó campeón del mundo en 1954 (Maserati y Mercedes-Benz), 1955 (Mercedes-Benz), 1956 (Lancia-Ferrari). Por otra parte, triunfó en las 12 Horas de Sebring de 1956 y 1957 con Ferrari y Maserati respectiva­mente.

En las vísperas de su participac­ión en el Grand Premio de Cuba en 1958, Fangio fue secuestrad­o por un comando del Movimiento 26 de Julio, dirigido por Faustino Pérez que respondía a Fidel Castro. Fue liberado en la casa del embajador argentino Raúl Guevara Lynch (primo del mítico Che) después de largas 27 horas de estar cautivo.

Ganó su última carrera el 2 de febrero de 1958 en el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires, conduciend­o la Maserati 250 F, y se retiró conduciend­o la misma máquina el 6 de julio en el Gran Premio de Francia (Reims) terminando en el 4to lugar de la clasificac­ión, a los 46 años.

Don Juan Manuel fue un hombre humilde, sencillo, campechano, trabajador... un lindo espejo donde mirarse.

El 22 de noviembre de 1986 se inauguró el Museo del Juan Manuel Fangio en las calles 18 y 17 en pleno centro de Balcarce.

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ARCHIVO LA NUEVA.
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