Una vida social activa puede ser un paliativo para evitar la osteoporosis.
Los lazos sociales proveen protección contra el estrés, que a su vez desencadena mecanismos que dañan la salud ósea.
Consumir alimentos que garanticen una buena ingesta de calcio, exponerse brevemente al sol para que la piel produzca vitamina D, hacer ejercicio en forma regular, evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol. Esas son las recomendaciones básicas para garantizar una buena salud de los huesos y evitar así la tan temida osteoporosis.
Ahora, un reciente estudio sugiere que para ahuyentar
el peligro de descalcificación de los huesos que predispone a sufrir fracturas ante traumatismos mínimos también hay que… Llevar una vida social activa. ¿Cómo se explica eso? La clave está en que los lazos sociales proveen protección contra el estrés y el estrés desencadena ciertos mecanismos biológicos que resultan dañinos para la salud ósea.
“El estrés psicosocial puede incrementar el riesgo de fracturas a través de la degradación de la densidad mineral ósea”, escribieron los investigadores de la Universidad de Arizovestigación na, Estados Unidos, en las conclusiones del estudio publicado en la revista especializada “Journal of Epidemiology & Community Health”.
“Altera la estructura del hueso y estimula el proceso de remodelamiento óseo a través de la desregulación de la secreción de hormona como el cortisol, la hormona tiroides, la hormona de crecimiento y los glucocorticoides”, agregaron.
El estudio Women´s Health Initiative, conducido por la doctora Shawna Follis analizó la salud y el estilo de vida de más de 11.000 voluntarios de entre 50 y 70 años de edad. La insignificativos, tenía como objetivoidentificarestrategias de prevención para distintas afecciones frecuentes en mujeres, incluida la osteoporosis.
“Esta enfermedad se caracteriza por una alteración en la cantidad de calcio del hueso (baja masa ósea) y por una alteración en la distribución del mismo (deterioro de la microarquitectura), cuya consecuencia es un aumento de la fragilidad ósea que determina mayor riesgo de fractura”, explicó el doctor Pablo Costanzo, médico especialista en endocrinología, andrología y osteología.
Los investigadores de la Universidad de Arizona analizaron la información de la densidad ósea de las participantes a lo largo de los 6 años que duró el estudio, y la correlacionaron con los resultados obtenidos en cuestionarios que evalúan el estrés psicosocial, que es una forma de estrés asociada a las reacciones emocionales que las personas pueden experimentar como resultado del impacto de eventos vitales así como también como resultado de bajos niveles de optimismo, de satisfacción con la vida y de educación.
De todos los factores analizados que inciden sobre el estrés psicosocial, el que más impacto tuvo sobre la salud ósea fue el (no) contar con lazos sociales. La doctora Follis y sus colegas observaron que por cada punto adicional en la escala que mide ese factor de estrés psicosocial se incrementaba la pérdida de masa ósea (por cada punto adicional había un 0.082% menor densidad ósea del cuello del fémur, un 0.010% de pérdida en la densidad de la cadera y un 0.069% menos masa ósea en los huesos de la región lumbar de la columna).
Si bien se trata de un estudio que muestra asociaciones y no relaciones causales, los autores del estudio sostienen que aporta argumentos convincentes como para afirmar que la salud ósea de las mujeres mayores puede beneficiarse al contar con redes de apoyo social.